George Harrison.
Era el día de la competencia. Era hoy y no podía creerlo.
Apenas abrí los ojos al despertarme quedé unos segundos, o quizás minutos, mirando el techo y sin querer levantarme. Tenía tanto miedo de ir y fallar, ya que no sólo decepcionaría a Paul, sino a John y Richard también. Quería llorar por eso, llorar mucho, pero los gritos del pelinegro me lo impidieron.
─¡Georgie! ─Gritó más fuerte que nunca y se tiró sobre mí, aplastándome.─ ¡Hoy es el día! ¡Vamos, vamos!
Y sin siquiera cambiarme de ropa, Paul me arrastró hasta el taxi que afuera nos esperaba, donde ya estaba John con todas las cosas que íbamos a necesitar. Éste al verme me saludó efusivamente y con una gran sonrisa.
─¡Geo! Recuerda que debes usar mis patines, porque los nuevos necesitan desgastarse.
Asentí con una sonrisa floja y el auto partió rápidamente hasta el establecimiento. Durante el camino fui con los audífonos puestos y la música a tope, pues necesitaba algo urgente para calmarme. Ojalá pudiera ver a Ringo antes de la competencia... Probablemente él me ayudaría mucho con tan sólo una sonrisa.
Al llegar al lugar determinado sólo pude saberlo por el golpe que Paul había proporcionado en mi cabeza, dejándome bastante adolorido.
─¿Estás bien, Geo? ─Preguntó éste mismo y suspiré, asintiendo con una sonrisa.
─Lo estaré, no te preocupes.
─Cualquier cosa puedes decirlo, George. Y si no quieres hacer esto, está bien, prefiero tu salud mental ante todo. ─Reí por lo último que dijo y lo abracé con mucha fuerza.
─Tranquilo, todo está bien. Iré a cambiarme, ¿sí?
Ya nos habíamos bajado del taxi y me fui directamente a los camerinos, en cambio Paul y John irían a otro lugar que no quisieron mencionar. No insistí por temor a la respuesta.
Ya me había puesto los ajustados pantalones de cuero, los cuales me tomaron más de cinco minutos en ponerlos en mí, de verdad eran muy apretados. Luego la blanca camiseta que estaba más que limpia se acomodó en mi cuerpo, quedando justo en mi talla, esperaba que no se manchara en lo que quedaba de día. Finalmente la chaqueta de cuero daba el último toque al asunto.
─No se ve tan mal...
Susurré mientras me miraba en el espejo, pero mi pelo no combinaba para nada con lo que llevaba puesto, de hecho me hacía ver algo chistoso. Antes de que alguien pudiera verme, tomé la laca y una peineta, ordenando mi cabello justo como lo había hecho el peluquero el día de ayer.
─¿Por qué tan triste, niño bonito?
Me di media vuelta al escuchar esa voz que no reconocí y me sorprendí cuando vi al castaño del supermercado, puesto que no creí que me recordaría. ¿Cuál era su nombre? ¿Patrick?
─No estoy triste. ─Dije a secas. No estaba de ánimo para hablar con él.
─Tu rostro no dice lo mismo. ─Respondió con un puchero en sus labios, a lo que respondí con un gruñido.─ ¿Tienes miedo por la competencia?
─Hm, un poco. ─Me crucé de brazos y desvíe la mirada hacia el espejo otra vez, así pude inspeccionar mi cabello, pero se veía más que bien.
─No debes tener miedo, te irá bien. ─Sonrió dulcemente e imitó mi acción de cruzarse de brazos.─ He escuchado sobre ti.
─¿De mí? Ah ya sé, ¿El chico raro? ¿El ñoño de pelo extraño?
─¿Dicen eso de ti? ¿De un niño tan bonito? ─Rodeé los ojos ante las palabras que usó y me enojé conmigo mismo cuando sentí mis mejillas enrojecer.─ No, no. Tú eres el que aprendió patinaje en unos días, ¿no? Eres conocido aquí.

ESTÁS LEYENDO
Cold Dreams [Starrison]
Fiksi Penggemar[STARRISON] A pesar de todos esos sueños fríos dentro de mi cabeza, él era el principal.