•°•Especial•°•

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Narra Kim Taehyung:

-Desde pequeños nos enseñan que nuestros días de halloween son de pura diversión con tus amigos y caramelos-Jungkook abrió la puerta en frente de nosotros con una severa sonrisa algo emocionada, miré a sus ojos sin ninguna expresión en mi rostro y luego asentí a lo que me decía como si entendiera de que se trataba.

Cuando la puerta blanca de su sótano por fin fue abierta, me dejó ver el principio de unos escalones marrones, lo demás que logré observar era total oscuridad. Me armé de valor al momento decidí por fin preguntarle el porque. El porque sus palabras tan bien pensadas estaban siendo dirigidas a mi.

Bajé la mirada con timidez- ¿Porque me has traído únicamente en el día de Halloween a tu sótano? Se suponía que hoy Hoseok y yo iriamos a disfrasarnos-escuché un quejido de parte de él, levanté mi mirada al escucharlo y vi como Kookie encendía la luz del sótano y comenzaba a bajar el camino lleno de escalones. Lo seguí para no quedarme solo.

-No seas marika Taehyung ¿Desde cuando los chicos universitarios se disfrasan de princesitas para recoger dulces...me averguenzas, ah-solté un suspiro pesado por mis labios, pero cuando mis pies llegaron a mis últimos tres escalones, estos se detuvieron para dejarme ver las cosas peculiares que tenía de decoración el sótano.

Las paredes eran de un color negro intenso, explicando porque el lugar se veía tan oscuro desde los primeros escalones. Una cama bastante grande como para cuatro personas permanecía en el medio del lugar, con sabanas rojas como la sangre y almohadas tan blancas como mi pálido rostro.

-¿e-eh?-di algunos pasos para ir a hasta donde Jungkook miraba la habitación con alguna especie de orgullo. Ahí fue dónde noté un armario de madera de buena calidad, una alfrombra, una lámpara de cristal en el techo y algunas extensiones en las paredes con varias cosas extrañas colgadas en ella- ¿Que es esto?- alcé una ceja mirandole a él mayor con confusión y algo de miedo. Yo mismo sabía que Jeon era un especie única de persona, no aceptaba a cualquiera en su vida, no le interesa cualquiera y no se metía con cualquiera. Pero es si, cuando ese "cualquiera" se vuelve deseable para su gusto...estarás en leves problemas.

-¿Esto? Esto es sólo una pequeña celebración para Halloween. La noche de la oscuridad y maldad-me quedé totalmente quieto y traté de respirar normalmente. Pues ver como él se quitaba lentamente su camiseta y la tiraba a un lado de la habitación me hizo tragar en seco- Quiero que te sientes en la cama...es una orden- parpadeé varias veces y seguí su orden casi temblando al notar que sus pasos se dirigían hacia la pared con juguetes sexuales.

Me senté con cuidado sintiendo las sabanas suaves con la yema de mis dedos. Con mi mano ya acostumbrada a la suavidad del mueble peiné mi cabello hacia atrás, mientras continuaba con esa duda en mi cabeza de que hago en este lugar. Un ruido de cadenas, una risa traviesa y una simple orden me contestaron de inmediato.

-¡Quitate la ropa!...y acuestate boca abajo en la cama, caramelito-fruncí mis labios al ver las cadenas largas que traía el mayor mientras se acercaba a mi con la nariz frucida. Sólo pude asentir levemente y luego levantarme. Me quité mi camisa sabiendo que él estaría observandome con intensidad, la tiré a un lado para después bajar mis pantalones junto a mis boxers rojos. Dejandome totalmente expuesto ante sus ojos brillantes y llenos de lujuria extrema.

Me abracé a mi mismo y le miré con pena. No tengo el mejor cuerpo que digamos, aunque debo decir que si tengo un buen trasero y unos muslos bastante grandes. O al menos eso me decía N cuando estaba de mascota en su grupo de mafia junto a Kookie.

Una mano de Jeon se dirigió a su entre pierna y por encima de su pantalón apretó y masajeó en esa zona. Mis ojos miraban con curiosidad la acción tan sucia e inmoral del mayor, como si nunca lo huviera visto antes.

Oreo «Yoonmin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora