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Narra Taehyung:

Podía sentir mis piernas temblar al igual que mis labios. Mi cuerpo parecía estar diciendome como debía reaccionar por la tensión. Mi ropa era oscura y mi cabello estaba despeinado antes de salir de casa. El frío y la ansiedad me estaban persiguiendo por mi camino. Pues al parecer el mensaje de texto que resibí de Jeon y la curiosidad voló rápidamente de mi cabeza.

"ven a mi casa por respuestas"

Estaba parado al frente de la puerta que tal vez o no, se guardaba mi mayor pesadilla. El lugar estaba silencioso, al igual que el departamento en su interior. Observé una de las ventanas que parecía estar cubierta por unas cortinas de color rojo, que me recordaban a la sangre que un día vi derramar por las temibles manos de Jeon Jungkook. ¿Aún es tarde para volver a casa? ¿Podría olvidar ese mensaje e irme en paz?, No lo creo.

La puerta se abrió sola sin necesidad de tocarla su cerradura.  Vi a JungKook en unos pantalones cortos y sin su camiseta puesta para cubrir su musculoso cuerpo. Sus abdominales estaban muy marcados como una mesa firme y dura, su cuerpo se mantenía cubierto por una capa de sudor ligera y sus ojos traviesos consumían los míos como era de costumbre. ¡Joder! Acabo de encontrar la respuesta a mis dudas. Yo no vine por respuestas ni dudas, yo vine por su atención, su sonrisa y sus hermosas facciones que decoraban su rostro.

-¿Cuanto tiempo has estado aquí parado en la nada TaeTae?- me sonrió cruzando sus brazos en su pecho, mientras que una mirada pícara de su parte, me hizo sonrojar de inmediato.

-Hace algunos minutos- susurré mintiendole, había estado como diez minutos ahí parado pensando y controlandome mentalmente para ver si podía tener el valor de tocarle su puerta.

Kookie soltó una pequeña risa agradable y colocó su mano en uno de los bolsillos de su pantalón. De ahí sacó un encendedor acompañado por una caja de cigarrillos bastante costosos -¿Quieres uno?- me preguntó acercandome la cajita abierta, enseñandome doce cigarros intactos.

-N-no gracias, no me gusta fumar- contesté con una sonrisa nerviosa y algo forzada. Como respuesta él sólo se encogió de hombros, colocó su cigarro en su boca, lo encendió con estilo y luego dejó que el humo consumiera sus pulmones.

-Como desees chico santo.  Pasa, pasa, te puedo preparar algo dentro- se apartó de la puerta dandome espacio suficiente para entrar. Con mis labios fruncidos  caminé con la mirada agachada al interior de su hogar, no quería hacerlo enojar ni nada parecido con algún mal entendido.

Pudé presenciar que él me inspeccionaba todo mi cuerpo con su mirada intensa, cuando me senté en uno de sus sofás peludos de color blanco. Uno de los muebles más elegantes y bonitos que había visto y sentado.

Continuó fumando mientras atravesaba la sala y se sentó al frente de mi, con una mesa pequeña separando nuestros cuerpos me sonrió escupiendo el humo gris de sus fosas nasales.

-Si viniste fue porque tienes preguntas...quiero escucharte Taehyung- había una taza pequeña la cual JungKook usaba para dejar las cenizitas del cigarro, cada vez que movía su mano para soltar ese polvo maligno me ponía totalmente nervioso. El interior de ese envace debería estar ardiendo coml el infierno, o al menos, una pequeña parte de él.

-Quiero saber, ¿Porque fingimos ser una pareja en frente de los chicos? E-es que no entiendo...creí que lo de nosotros no sería nada serio y sólo era una mascota de tu propiedad- tocí un poco al respirar ese humo el cual no tardó en llenar la sala de estar y sus alrededores -Creí que sólo sería tu muñeco o un juguete- susurré mirando mis manos con mis dedos cruzados uno con los otros. Tenía que saber, aquel día en donde anunciamos ese acontecimiento tan falso, Jeon sólo me había dicho que hacer y que decirles a loa chicos que se quedaron tan sorprendidos. Al menos espero que todo esto es para algo útil. 

Oreo «Yoonmin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora