Narra Jeon Jungkook:
Abrí la puerta de la oficina de mi jefe rápidamente, para luego cerrarla detrás de mi con una expresión de seriedad en mi rostro. Mi actitud no era para nada amistosa como casi siempre me presentaba ante él. La rabía de ser interrumpido en tan hermoso momento con Jimin me puso de ese modo tan rebelde. Pues si no fuera por el hecho de que N era mi jefe, les juraría que ya estaría la oficina completamente destrozada por mis propias manos, yo con un arma de fuego apuntandole entre sus cejas y una sonrisa perversa diseñando mis labios en tal victorioso momento. Era lamentable admitir que le tenía respeto; respeto que no duraría mucho si seguía arruinando mis fantasías.
-Señor N- hago una pequeña reverencia y camino por el área hasta tener una silla en frente, la silla en donde sensentaban sus invitados-¿Me ha llamo por algo grave señor? O ¿Pasó algo con EXO acaso?-levanté una ceja y reposé mis brazos en la silla, tomando equilibrio de esta para no caerme en frente de tal presencia importante. Porque ¿Saben? Jeon Jungkook no caería tan fácil ante cualquier persona.
Le ví reír gosozo como primera impresión con mis palabras, luego retomó su postura conviertiendose en el hombre serio y maduro que conocía. Acomodó su traje elegante con algunos movimientos rápidos y tomó unos papeles para organizarlos y ponerlos justo en el medio de su escritorio. Debía admitir que odiaba cuando se ponía asi de sarcástico conmigo, sabiendo que yo podía jugar el mismo juego --Oh Jungkook, la compra con EXO aún sigue en pie. Lo que significa que nosotros hemos ganado más del 50% de ganancias--recogí mis brazos cruzandolos en mi pecho y luego rodeé la silla lentamente para sentarme en esta.
-Entonces si todo va bien...¿Para que me ha llamado?-crucé mis piernas de forma elegante, sutíl y calmada, estaba algo sorprendido. No tenía ni la remota idea por la cual me ha llamado tan urgentemente.
Sus manos estaban encima del escritorio, con sus dedos cruzados unos con los otros, comenzó a explicarme poco a poco--Aún recuerdo como tu amigo pudo disparrar a los pies de ese hombre. Lo mantengo rodando en mi cabeza desde hace horas Jeon...Jimin es...es alguien peligroso-fruncí el ceño al notar lo forma tan pegajosa en la que hablaba de mi objeto, mi propiedad y mi chico.
-¿A que te refieres?-murmurré por lo bajo.
-Me refiero a que Jimin podría ser una persona muy utíl si es influenciada hacia el lado oscuro de la mafia por una persona como tu. Es como si fuera una rosa Jeon, es hermoso por sus pétalos, pero dañino por sus espinas-negué varias veces tratando de no perder el control al escuchar esas palabras llenas de pura mierda.
-¡Ve al punto N! ¿¡TE DIJE QUE PARK ERA Y ES MIO DESPUÉS DE GANARLE A EXO!? pues te lo repito...él-es-mío-Rodé los ojos al terminar y luego solté un gruñido cuando él continuó con su labia.
-Escucha Jeon, él puede ser la única cosa que nos pudiera llevar a la victoria-movió sus manos escandalisado por el tema.
-¡No! ¡No! ¿¡Para que querremos la victoria de ser la mafia más buscada!? ¿¡Que acaso no reaccionaste cuando encerraron a tu padre N!? LO ENCERRARON POR ANDAR BUSCANDO FAMA-me levanté de la silla y golpeé el escritorio con fuerza, hice que as cosas se cayeran y temblaran gracias a esos dos puños que estaban a puntos de golpear a ese idiota.
-Este es el trato...tu conviertes a Jimin en una máquina asesina...y yo no lo envió a Alemania-me guiñó un ojo al verme de momento un poco pasmado con ese tipo de trato, creí a verlo callado con mi fuerza...pero el tenía algo que yo no.
-Alemania...¡No te atreverías!-rugí como el hombre poderoso que creía ser. Vi la determinación en su cara, esa que me decía que él si era capaz de enviar a mi Jimin lejos de mis brazos.
En Alemania N tiene un edificio especial, donde encierra a todas sus mascotas favoritas que cuando se aburre de ellas las envía a ese horrible lugar. Y claro, cuando digo el término "mascotas" significa "hombres esclavisados" que utilizaban para muchas cosas. Algo asi como para traficarlos, protituirlos y hasta vender sus organos. Eran algo asi como lo que es Taehyung.
Suspiré varias veces luego de imaginar que harían con Jimin allá dentro si llegaban a ingresarlo. Le estarían drogando día y noche, lo amarrarían en su cama y cada vez que gritara por ayuda, le inyectarían algo para calmarse. No quería que mi bebé tuviera una vida de mierda, a menos de que fuera a mi lado.
-¿Que tal si...olvidamos este tema por unos momentos? Y...-caminé alrededor del escritorio mientras lo acariciaba a este con una sonrisa perversa en mis labios. Sino podía convencerlo con mis palabras, entonces tendría que hacerlo con mis encantos ocultos-Mejor nos relajamos, dejandonos llevar por este momento privado. No siempre estamos solos en tu oficina ¿Sabes?-
Me arrodillé en frente de él, colocando mis manos en sus muslos, acariciandolos por encima de la tela. Lamí mis labios de forma sensual para llamar la atención de esos ojos tan atentos y rasgados mientras reía de forma divertida.
Debía proteger a mi Jimin a toda costa.
-Ahora se porque Chanyeol disfrutó tanto esa noche contigo ¿Quien diría que fueras un gran chico en la cama?-sentí como su diestra comenzó a acariciar mi cabeza revolcando y metiendo sus dedos entre mis finos cabellos, mientras que mi boca mordía y rozaba con el bulto de su entre pierna que poco a poco crecía.
Ojala todo lo que he dejado de disfrutar sea suficiente para tener mi victoria, mi propia e intima victoria.
¿Creen que porque Jimin esté con N y Jeon ya comenzó el infierno?
Oh por favor, no me hagan reír.
Este fanfic ni si quiera está cerca de las llamas de tal lugar inmundo.
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Oreo «Yoonmin»
Fiksi Penggemar¿Quien diría que una confesión de amor cambiaría la vida de siete chicos? ¿Que todas las fuerzas del mal irían tras ellos para romper su tan amistosa armonía? ¿Quien pensaría que todo esto comenzaría con un maldito paquete de galletas? •Shipps•...