Capítulo 3.

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Ashton; 

Mi vista estaba fija al frente, sin embargo, con mi vista periférica, podía notar los momentos en los que me miraba fijamente. Relajé mi posición en el asiento cuando vi el camino hacerse conocido. Por alguna razón me tensaba el hecho de pensar que ella tenía miedo de mi. A los minutos después, me estacioné frente el edificio abandonado. Bufé, y me volteé para mirarla. Su mirada miedosa fija en mi, sus ojos de un tono azul templado. Estaba casi hundiéndose en el asiento. Mirando por la ventana un lugar que seguro se le hacia feo para ella.

—No voy a lastimarte, ¿Bien?—. Hablé con cautela y a un bajo volumen para no sobresaltarla más de lo que ya estaba.— Lo prometo por tus bonitos ojos azules.— Asintió. Le tendí mi mano para que ella la tomara, así lo hizo, y el azul de sus ojos se volvió más relajado. Le sonreí sin separar mis labios y acaricié el dorso de su mano. La solté levemente y me bajé del auto. Ella no podía salir aún, la puerta tenía que ser abierta por fuera. A pesar de su buena reacción a mis palabras, pensé en que podría comenzar a correr lejos si le dejaba salir por su cuenta. Me dirigí hacia la otra puerta, y le abrí. Le tendí la mano para tomarla, así no echaría a correr. Comencé a caminar hacia la parte trasera del edificio, sus manos estaban mías. Su figura caminando a mi lado.— Sólo quiero mostrarte algo.— Susurré sin hacer contacto visual. Supe en ese momento, que ella no era alguien de muchas palabras. Subimos las escaleras, quizás eran muchas, pero estaba acostumbrado. La ayudé con la última, quedando al final del edificio, en la azotea.

El sol no brillaba con tanta fuerza, ya era pasado el mediodía. Podía verse los altos edificios desde ahí, y los no tan altos también. Las casas, algunos carros circulando, incluso se veía mi casa.

— Vengo acá cuando quiero estar sólo, o pensar. Ya sabes, cuando se necesita escapar del mundo por un momento.— Había varios bloques de cemento, toqué uno como silla para sentarme. Ella tomé otro cerca de mi, pero con distancia.—Siento haberte gritado en el auto... Me dio miedo que te hubiera pasado algo.

—Perdóname a mi. Por pensar que simplemente ibas a matarme y dejar mis restos tirado en la puerta de mi casa.— La vi encogerse de hombros, y reí levemente. Pasamos los próximos minutos ahí, ella preguntando por mi vida, y yo por la suya, hasta que se hizo hora de llevarla a su trabajo. Quedamos de hablar por textos, y antes de entrar a la panadería y dejarme solo afuera, ella besó mi mejilla. Ella realmente lo hizo.

**

—Ashton—. Entraba y salía gritando a mi oído—. ¡Ashton!—. Gritó por última vez, haciéndome sobresaltar un poco. Yo lo miré asustado, pensando en que estaba en otro lugar. Mis pensamientos volviéndose polvos cuando regresé a la realidad.

—Ashton vino a quedarse con cara de mediocre en el sofá, nada más—. Los tres rieron con la actuación que había hecho Calum. Yo negué con la cabeza mientras reía, mi mano alcanzando un cojín para tirarlo a su cabeza.

—¿Juegas?—. Me preguntó Michael tirando el control de la consola, yo asentí tomándola, mientras le daba una mirada retadora a Luke. Se escondió de broma tras un cojín. Estuvimos todo el resto de la tarde jugando, Luke ganó más de 3 veces, y yo por mi ida del mundo, sólo 2. Fuimos a la cocina por algo de comer, estaba más que seguro que ellos iban a querer ordenar alguna pizza, yo aceptaría de inmediato a tal opción. A los diez minutos de apagar el televisor, ellos fueron a la habitación de Calum. Mi teléfono vibró en mi bolsillo trasero, revisé el mensaje, sonriendo al ver el nombre de la chica en la pantalla. Hannah.

“Ya salí del trabajo, perdón por no responder antes... tuve que soportar un regaño de mi jefe.” Por alguna razón, me la imaginé bufando con fastidio.

“Tal vez fue por mi culpa, prometo no hacer que te pierdas más conmigo. ¿Quieres que te recoja?” Esperaba un sí ansioso, sólo quería sentir su mirada en mi, ella me daba una especie de curiosidad, me gustaba que me apreciara, yo sabía que lo hacía.

“No, uhm, no. No te preocupes, no quiero abusar de ti.” Yo sonreí irónicamente.

“Espérame ahí.” Tomé mis llaves sin avisarle a los chicos, de todas formas, ya sería hora de todos irnos a nuestros departamentos. Por suerte, no quedaban muy lejos todos. No me imaginaría sin tener el contacto con ellos, pese a que no los veía desde hace unos cuantos días. Encendí el motor, viendo como el color naranja del sol se asomaba, indicando que ya caería la tarde, me gustaba esta parte del día, sobretodo en Australia.

Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora