Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.

Capítulo 2

Gruñí cuando el conocido sonido de mierda hacía eco en mi mente, llevándome a la realidad de la mañana. Amaneció tan rápido que parecía una simple mentira. Escuché caer el aparato de tanta vibración, lo tomé lo brusquedad, viendo la hora en el instante. 5:10 am. Me pregunté por qué había estado sonando tan temprano, si la hora era a las 6:30, como siempre. Mamá. Seguro ella había acomodado el horario diario del reloj.

Me recosté, bien apenas como el color naranja se asomó por mi ventana, haciendo sombra de las cortinas en la pared. No iría a clases. No tenía ganas de salir de mi burbuja hoy. Quería tener un día para mi; era muy raro que eso sucediera, porque siempre estaba dispuesta a dar por en frente la realidad que tenía. Mis problemas familiares agobiándome a mi sola, sabiendo que mi madre nunca me apoyó en esto, aún ella prometiéndome que saldríamos de las lágrimas. Las dos. Mi corazón se hundió y mis ojos cerrándose con lentitud al recordar a mi padre, cuanto lo extrañaba. Quería abrazarlo tanto, pegarlo a mi y que me ayudara con lo que sentía, como él siempre sabía hacerlo. Sonreí débilmente pensando que ya estaba bien con su otra familia, tal vez evitando el contacto conmigo o con mamá. Lo odiaba porque no se acordaba de mi, o eso daba a demostrar. 2, casi 3 años de eso y no salíamos aún del agujero.

Me tambaleé al momento de levantarme de mi suave y caliente cama, yendo hacia la puerta para cerrarla con seguro, asegurándome de que mi madre no me molestaría por el día de hoy. Por lo menos no por ahora.

**

Coloqué mi brazo derecho encima de mi cara, intentando evitar el contacto caliente del sol con mis ojos, maldiciendo por olvidarme cerrar las cortinas, sólo porque el reflejo del sol se veía lindo en la pared. Menuda estúpida era.

10:10 am, seguro ahorita debería estar en clase de dibujo, aprendiendo una inútil técnica de puntillismo que no me serviría para nada. Tomé mi teléfono, y vi dos mensajes sin leer al lado del cajón de la batería, pensando en quién podría ser. Desbloqueé la pantalla con lentitud, mi corazón acelerándose con el conocido nombre en la pantalla. Ashton.

“Buenos días, quería saber si ¿Nos podíamos ver en el cafetín hoy? Para desayunar juntos, quisiera conversar contigo.x”

“Pensé que habías ignorado mi petición, pero al ir a tu primera clase del día, no te vi allí. ¿Está todo bien?”

Me reí levemente a su pensamiento de ser ignorado por mi. No podría, a pesar de que su acercamiento repentino, se volvía algo extraño y curioso.¿Por qué se interesaba tanto en mi?

“Oh, uhm, buenos días, Ashton. No tuve ánimos de ir a clases hoy, me sentí un poco mal, pero estoy bien. Perdón por no responder a tu petición, no te ignoré.” Mis dedos tocaron el botón de enviar, dejando que el mensaje llegara al chico de ojos mieles. A los pocos minutos, él respondió.

“Oh, está bien. No te preocupes, tampoco pensé que podrías ignorarme” —que engreído— “¿Tampoco irás a tu trabajo? Podría a tu casa, sin tu permiso”. Me reí levemente con el final. En realidad, quería verlo, o más bien, no quería estar en casa.

“Sí, al trabajo si iré. Y no, no es necesario que vengas a casa.” Mandé sin más.

“Te veré allí.” Su mensaje cortante me dejó con una duda extraña, que no supe identificar en mi interior.