Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.

Capítulo 8.

Ashton se ofreció a llevarme a casa, pero le dije que no tenía ganas. En parte era verdad, pero también quería pasar más tiempo con su compañía. Apenas eran las 4:30 de la tarde, todavía podíamos estar juntos, tal vez paseando. Su auto nos llevó a un parque un poco lejos del lugar donde estábamos, pero no me sentí incómoda, y tampoco quise hacer un show como el otro día. Conversamos sobre los libros, me agradó que, a pesar de no gustarle leer, se interesó en mi conversación y lo emocionada que estaba por leer las nuevas historias.

—¿Quieres comer algo? Tal vez podemos pasar para comprar algunas cosas—. Me preguntó cuando el semáforo se colocó el verde.

—Tal vez, pero no me gustan los restaurantes—. Avisé, ¿Tienes otra idea?—. Su cara pasando de pensativa e imaginativa, a alegré, me hizo sonreír. Tomé su mano y acaricié sus nudillos, sintiendo una tranquilidad con su mano en la mía. Ciertamente, era tan alto, sus manos y pies eran extremadamente largos, sin exagerar. Me sentí cómoda viendo detallando sus uñas y las líneas de su palma. Él no interrumpió, siguió conduciendo sin prestar mucha atención a lo que yo hacía.

Poco después, pasamos por varios lugares a comprar cosas variadas, frutas, galletas y otros bocadillos para merendar o cenar. Estuvimos en el parque, mis ojos detallando cada parte verde que se encontraba en el lugar. Me gustaba saber que Ashton tenía mismos gustos que yo para los lugares; o eso creía.

Nos sentamos bajo un árbol, el viento moviendo mi cabello constantemente. Sacamos nuestras compras, mi instinto poniendo todo en orden en la grama. Él se rió de mi por poner todo en orden de tamaño y tal vez de sabores dulces y agrios, tenía hambre, pero no tanto.

—¿Te gustan los parques?—. Preguntó, sus dedos llevando una galleta con crema de leche a su boca.

—Sí, me encantan. Son mis lugares favoritos, igual que la playa y bosques—. Sonreí antes de sentir crujir la manzana en mi boca.

—Los míos también, pero prefiero casa y la consola de play—. Se rió, lo acompañé, negando con la cabeza.

—¿Por qué no tienes novia?—. Pregunté de la nada, recostándome en el árbol. Tal vez fue un poco salteada la pregunta, pero yo tenía curiosidad.

—No he encontrado a nadie, por ahora. Soy algo difícil para las relaciones, pero desde hace 1 o 2 años no tengo pareja—. Otra cosa en común. Asentí, mordiendo mi manzana y tomando un poco de agua. Era curioso saber de Ashton, no sabía cómo no había conseguido novia, tal vez dejó una en Australia, estaba enamorado y me besó sólo porque quería pasar el tiempo. El pensamiento repentino me hizo dar escalofríos.

—Y, ¿Estás enamorado?

—No—. Soltó una risa—. No lo estoy desde hace tiempo—. Me sentí mejor con la respuesta. Mis dedos tocando alguna de las galletas que él casi se había terminado solo.

Estuvimos hablando más, su cabeza en mi regazo mientras yo acariciaba su cabello lentamente. El viento moviendo mi cabello y el de él al mismo tiempo. Me sentía tranquila y alegre, por estar con él. Aunque se vea extraño estar con alguien que conoces hace casi dos semanas, pero me gustaba, y el tiempo no me importaba.

—¿Sabes?—. Su voz sonó, mis ojos guiándose a su cara rápidamente—. Luces hermosa, desde hoy puedo amar el rojo en ti—. Sonrió para mi. Oculté mi sonrisa y mis mejillas sonrojadas mientras bajaba la cabeza, aunque no era lógico, porque él estaba en mis regazo. Solté un “Gracias” en silencio. Tomé una bolita de chocolate, y la puse en mi boca, el sabor caliente y dulzón, me hizo gemir levemente. Ashton abrió la boca, indicándome poner una bolita de chocolate dentro. Negó con la cabeza cuando mis dedos iban a ponerla directamente en su lengua.