Capítulo 13.

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PDV Ashton.


El alcohol claramente invadiendo su sistema. No hubiera querido que tomara tanto. Pero el tipo de “equipo” que hizo con Elizabeth para tomar hasta el cansancio, no me ayudaba. Ya ibamos camino a casa. No la dejaría en su casa en ese estado. Estaba recostada en los asientos de atrás del auto. Mi vista fija en la carretera, pero mi mente viajaba de un pensamiento a otro.

— ¿Ashton? — Su voz sonaba algo distorcionada, pero por la mirada en su rostro, que capté por el espejo retrovisor, supe que tenía unos minutos pronuncioando mi nombre.
— ¿Pasa algo? — Respondí una pregunta, con otra pregunta. Su mirada perdida, el bonito azul de sus ojos no tan brillante como me gustaría que estuvieran. Sus labios entreabiertos, como si quisiera decir algo, pero no se ordenaran las ideas en su mente. Le hice una mueca animandola a que hablara, y ella sólo negó con la cabeza, bufando. Se recostó del espaldar del asiento, y llevó sus manos a su cara. Quise decirle algo, o animarla a que siguiera su relato, pero suspiré y la dejé. Había aprendido a que su cabeza siempre está en funcionamiento, pensando diversas cosas, y que hay que dejarlas arreglarse en ésta para que ella pudiera expresarse. Pronto ya nos encontrábamos a las afueras del edificio en que vivía. Me ofrecí a ayudarle a bajar, pero sus labios me articularon un casi audible ‘Yo puedo.’ Asentí con una mueca, y caminaba unos kilómetros detrás de ella, me sorprendió cuando detuvo su cuerpo de repente. Se volcó hacia a mi, y yo la miraba atento.
— Maldita sea.— Pude leer sus labios, porque eso ni siquiera fue audible para ella.— Tienes mi corazón en luz amarilla, ¿sabes? Si es frustrante, porque no puedo tenerte de la forma en la que quiero.— Sus manos hacían cosas en el aire mientras ella hablaba, y terminaron posadas en su pecho. Yo no supe como reaccionar, a lo que obviamente me sentí idiota. Se rió sarcástica, y rodó los ojos. Caminando lo más rápido que pudo hasta el ascensor. Mi cerebro no respondía, simplemente no se movía. Luego de que el ascensor se cerró con ella dentro, pude comenzar a correr. Tocando el botón del elevador más de diez veces por segundo, maldiciendo por lo bajo. Terminé por elegir correr por las escaleras. Mi respiración agitada, subiendo escalones de dos en dos. Cuando sentía que no podía seguir subiendo, porque no me responderían las piernas, miré la puerta conocida. Estaba entreabierta. Ella no tenía llaves, pero dejaría la duda de cómo abriría para otro momento. Caminé rápidamente hasta ahí, sin pensalo dos veces, mi mirada desesperada buscando la familiar figura. No estaba en la sala. No estaba en la cocina. No estaba en la habitación. Mis manos haciendo contacto con la puerta.
— Abre, por favor.— No podía hacerme el frío justo ahora, queriendo o no, mi voz salía en tono suplicante. No obtuve respuesta alguna.— Hannah… Y-yo lo siento. Tenemos que hablar. Abre, por fav…— La puerta se abrió, cortando mis palabras. Sólo quería tenerla en mis brazos. Sus ojos tan apagados, tan oscuros, tan fríos y vacíos, no veían los míos, pero se hacían notar, como desde que la conocí.
— Buenas noches, Ashton.— Su tono frío, me hizo estremecer. Apreté fuerte mis ojos, cuando pasó por mi lado, chocando su hombro con mi brazo, y a ella no le importó. Mi chica de ojos bonitos ni siquiera podía verme. En los momentos que más necesitaba hablar, y expresarme, mi cerebro me fallaba. Maldición.

PDV Hannah.

Luego de haber luchado contra el tiempo, y la puerta para poder entrar, tuve una reunión de lágrimas de frustración el baño, mi corazón se detuvo al escuchar el leve toque en la madera. No podía verlo. No era capaz en éste momento. Caminé hasta la cama, me senté buscando las sábanas y acomodando las almohadas. Hundí mi cuerpo en la gran cama, me hacia sentir más pequeña y tonta el no tenerlo ahí para abrazarlo. Cerré mis ojos, no encontraba el sueño, pero no podía darme el lujo de levantarme y verlo. Mi mente dando mis vueltas, viendo las cosas de maneras diferentes. Sentí la cama moverse. Se había acostado a mi lado, a mi espalda. Después de todo, quizás sacaría algo bueno el parecer estar dormida.

— Si supieras que estoy dispuesto a darle luz verde a tu corazón cuando quieras.— Susurró, y supe que lo hizo cerca de mi, porque pude sentir su aliento en mi cuello. Mi corazón latiendo con mucha fuerza. Me contuve inexplicablemente para no besarlo cuando sus labios chocaron con su mejilla. Sabía que estaba cerca de mi, así que en mi momento de ‘Estoy muy dormida, pobre Hannah.’ Di vuelta, buscando el calor de su cuerpo con el mío. Me hizo bien el que su mano, se entrelazara con la mía. No pude elegir mejor cosa, que fingir sueño.

PDV Ashton.


Había sido un largo sábado, luego de risas, amigos, alcohol y un baile a la melodía del baile, vinieron las confesiones inesperadas, reacciones tardías y una muy mala noche tratando de dormir seguidamente. Cuando por fin tomé un sueño profundo, a las pocas horas salió el sol. Abrí mis ojos por pereza, buscando alrededor la pequeña figura de Hannah. No estaba. Por un momento sentí pánico que se hubiera ido, y al segundo siguiente me tranquilicé al ver su bolso con sus cosas aún ahí. Me levanté, para entrar al baño y hacer el aseo matutino. Salí a la cocina, y ahí estaba ella. Con sus manos alrededor de la taza, y una tranquilidad inexplicable invadió mi cuerpo, cuando su mirada cayó en la mía. 


— Buenos días.— Hablé por lo bajo, esperanzado de una respuesta. No quería que estuviera enojada conmigo. No hubo más que un silencio. Tomé una taza, y vertí café en el. Lo ingerí, y miré como se aproximaba a la puerta.— Estás siendo inmadura, Hannah. Yo también te quiero, de la misma forma que tú a mi. Pero necesitamos tiempo, necesitas tiempo. No creo ser lo que tú necesitas.— Escupí las palabras sin más, no podía tenerlas atragantadas por más. Se volcó hacia mi, y dejó la taza sobre el gran mesón.

Caminó lentamente hacia mi, y me fue eterno el tiempo antes de que sus labios se abrieran para pronunciar algo. No lo soporté, no más. Cerré sus labios con los míos, necesitaba sentirlos. Me relajé cuando sus brazos fueron alrededor de mi cuello. Tal vez la solución a todo, era escupir lo que pensaba, y un beso que realmente saliera desde adentro. El oxigeno fue faltando en mi cuerpo, así que nos separamos de a poco.
— Lo siento. Ayer estaba muy tomada, y… Sólo perdón.— Su dulce voz habló, como solía hablar siempre, en un tono bajo, yo noté que realmente lo sentía. Pero en todo caso, no tenía nada que sentir. Próximamente nos bañamos, nos pusimos ropa para estar en casa, y nos tiramos en el sofá a mirar películas mientras. Con algunos besos robados, o quizás, de eso se trató todo el rato. Mientras comíamos pizza, que Hannah pidió mientras yo me bañaba. Ella era mi forma favorita de pasar el tiempo libre. No entendía por qué se había vuelto tanto en tan poco tiempo. Muchas veces lo había pensado. Había querido olvidar todo. Pero ella era mucho mejor que despertar con amnesia.

Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora