Capítulo 1 (Parte 1/2)

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Maldije en mi mente cuando escuché el despertador a mi lado, casi rompiendo mis tímpanos con el molesto sonido. No sabía qué era peor, la escuela o el trabajo a las 3:00 pm. Me levanté con pereza, mis pies tocando el frío suelo de mi habitación, miré un poco por la ventana, dándome cuenta de lo oscuro que iba a ser el resto del día. Bufé y fui directamente al baño, poco después, mi cuerpo fue puesto en el agua tibia que había puesto, estrujé bien, para al menos poder tener un día tranquilo y que empezara sin estrés alguno.

Luego de estar vestida, bajé a la sala, encontrándola vacía y oscura, como casi siempre solía estar. Mi madre dejando sus papeles en la mesa, y la botella de licor, echa pedazos en el suelo. Con repugnancia miré lo que ya estaba acostumbrada a ver en mi día a día, antes de que ella tomara consciencia de nuevo, y tal vez, limpiara la asquerosidad que ella hacía siempre. Tomé mi bolso y una galleta integral que conseguí en los gabinetes, salí, caminando casi nada para poder tomar el bus e irme de una vez por todas.

Estaba todo tan silencioso y frío en el viaje, mis ojos se cerraban con lentitud, debido al cansancio del día anterior y... de los otros días, en realidad. Me acurruqué en mi desgastada chaqueta de cuero, agradeciendo tener unas botas de espuma para calentarme un poco, al menos tenía suerte con algunas cosas. Me detuve en cada pensamiento, que nunca salían de mi cabeza, nunca me dejaban en paz, llenándome de cuán ansiedad sea. A veces me faltaba el aire, queriendo tener otra vida, y si es mucho pedir, sólo quisiera tener a persona a mi alrededor, que de verdad me quisieran o por lo menos me tuvieran aprecio alguno.

Tomé un respiro ahogado cuando sentí el bus frenar de una manera brusca, haciéndome tirar casi todos los objetos que traía en mi bolso, porque sólo a mi se me ocurría llevarlo abierto. Con frustración tomé algunas cosas que se me había caído, excepto una de mis cosas, un pequeño estuche, realmente pequeño, fue llevado a mis manos, de una persona totalmente desconocida, a mi lado. Temerosa alcé la mirada, para encontrarme unos lindos ojos color verdes o miel muy claros, aunque con la oscuridad del día. Él me entregó el estuche, dándome una sonrisa acompañada, un pequeño hoyuelo se mostró en su mejilla derecha.

Oh, eh, gracias—. Dije sin más. Él asintió y se acomodó en su asiento, mientras se colocaba los audífonos de vuelta a sus oídos.

Yo lo miré un poco más, hasta que lo vi moviéndose un poco incómodo, sabiendo que era por mi mirada curiosa. Miré hacía el lado derecho, dándome cuenta de que ya estaba por bajarme del bus. Caminé con lentitud, y le di el dinero al señor al bajarme; viendo de reojo, pude observar al chico que me había ayudado, bajándose en el mismo lugar que yo. Bajé completamente, caminando hacia la gran entrada del Bangor Grammar.

Tonta clase de química. Era gracioso que las personas pensaran que era buena en los estudios porque quería, o porque me gustaba. Cuando en realidad, no tenía nada más que haces a parte de estudiar. Luego de asegurar que mi bolso estaba cerrado, lo colgué en mis hombros. No quería que pasara de nuevo lo del bus. Mi mente inmediatamente viajó al chico de lindo ojos, casi podía mirarme en ellos. Vagando en mi mente, salí del salón, con mis manos aferradas a las correas de mi bolso. Con los pies en la tierra, y la mente en el aire. Como de costumbre. Los pasillos siendo transitados rápidamente por los alumnos que salían de sus respectivas clases. 15 minutos antes de otra clase. No tenía el dinero suficiente en mi billetera para ir al cafetín, entonces solo caminé hasta el patio central. Me vendría bien la sombra de un árbol. Así mismo como lo pensé, fui hasta uno de los tantos árboles cerca de la entrada principal. Dejé caer mi cuerpo en la fresca grama, cruzando mis piernas una sobre otra. Decidí revisar mi mochila, esperanzada conseguir algo interesante que leer.

Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora