Capítulo 5.

968 61 5
                                    

Yo no sabía qué hacer, si tocarlo o simplemente que siguiera el beso, me tomó muy desprevenida. Toqué su cabello lentamente, mis labios a un ritmo parecido a los de él. Mordió mi labio inferior antes de alejarse de mi, yo lo miré nerviosa, sin saber qué hacer nuevamente. Salí de la habitación sin compartir otra mirada con él ¿Por qué me besó? Ya estaba saliendo de todo esto, y yo no sabía qué pensar. Luke, Michael y Calum, me miraron al verme salir nerviosa de la habitación.

—Hannah...—. La voz reconocible dijo detrás de mi. Yo tomé mi bolso, despidiéndome de la mano con cada uno de los chicos, ellos me miraron extrañados, imitando mi gesto de despedida. Salí del apartamento, ansiosa porque llegara el ascensor—. Hannah—. Dijo nuevamente cerrando la puerta del apartamento.

Yo corrí por las escaleras, alivio recorriendo mi cuerpo al ver la puerta principal que era familiar. Sentí los largos dedos de Ashton en mi brazo, dándome vuelta para él. Yo no lo miré.

—¿Adónde vas?—. Su tono me sobresaltó, nuestras respiraciones siendo agitadas por el correr de las escaleras.

—A-a casa—. Mis palabras saliendo tartamudeadas.

—Hannah, fue sólo un beso—. Me dijo al notar aún mi nerviosismo. Sí, tenía razón, sólo fue un beso, y yo no sabía por qué me ponía así, eso lo hacen todos los seres humanos, no entendía la razón para que me afectara. Pero es que él y yo no nos conocemos, no tenía derecho de besarme, y yo tampoco de seguirle.

—Sólo quiero ir a casa—. Repetí con palabras diferentes lo que había dicho en la tarde. Él suspiró, abriendo la puerta para mi, salí, ya calmada con el aire natural de la noche moviendo mi cola de caballo. Entré a su auto cuando él presionó el botón de sus llaves, suspiré nuevamente al sentirlo a mi lado.

—Perdona—. Yo lo miré, ya harta de mi propio comportamiento. Yo tenía casi 19 años, y no sabía las razones para estar así, no debía, y mi mente seguía de necia repitiéndome eso. Él es un hombre apuesto, debería sentirme orgullosa de que haya posado sus labios en una chica como yo. Yo asentí, queriendo estar en casa de una vez por todas.



**

El chillido de mi despertador, me hizo sobresaltar de mi poco sueño, del muy poco sueño, estos cinco días que habían pasado, y aún no podía quitar la sensación de sus labios en los míos. Lo extrañaba, para ser sincera, no lo veía desde ese día. Me sentía extraña, pero bien, tenía el presentimiento de que él no era todo lo que mi mente pensaba, él era más que eso, y esperaba que entrara en mi vida para quedarse, porque me hacía sentir bien, aunque escapara de sus brazos.

Por fin era viernes, el sábado tenía planeado ir a la feria de lectura, para comprar un par de libros que esperaba conseguir. Me vestí lo más casual posible, el clima templado, lo más seguro era que lloviera en la tarde. Me coloqué mi última prenda, mis botas marrones con espuma por los lados, mis favoritas. Dejé mi cabello húmedo a un lado en mi hombro derecho. Tomé mi bolso, saliendo de mi habitación.

Vi todo ordenado, pensando en qué haría mi madre la noche anterior. Revisé dinero en mis bolsillos antes de salir de casa, tomando un poco de la cartera de la señora. Salí hacia la parada del bus, haciendo mi rutina de siempre al instituto.

Al llegar todos estaban muy dispersos, mis clases comenzaban en menos de media hora, así que podría desayunar antes de entrar. Fui al cafetín, la amable señora me brindó un sándwich y un jugo de naranja. Le agradecí, mientras le daba el dinero correspondido. Me senté en una mesa más cerca de la ventana, para poder relajarme un poco viendo el patio trasero, lleno de flores margaritas. El pan fue llevado a mi boca, mordiscos lentos para que se procesara la comida, mientras mi mente me llevaba a el chico de ojos claros. Ashton.



—Eres tan amable—. Una voz chillona dijo a mi lado. La risa conocida sonó a mi lado, llevándome a voltear a ellos. Ashton estaba con tres chicas chillonas en dos mesas después de donde yo estaba. Un nudo en mi estómago de enojo me hizo toser, para llamar la atención de él. Celos. Volteó su mirada hacia mi, viéndome con cautela, mientras que las tres delgadas chicas me miraban con desprecio.

—Creo que no había visto unos ojos tan lindos como los tuyos—. La de cabello castaño tocó sus mejillas, luego sus cejas. La oleada de enojo aumentaba más. Me levanté de la silla, dejando la bandeja de comida ahí. Mis manos se mantenían en la correa de mi bolso mientras yo me alejaba de la cafetería.



Me sobresalté al sentir el tacto conocido en mis brazos, ¿Por qué siempre hacía eso? Lo odiaba. Quité sus manos de mi brazo, me miró expectante.

—Hola a ti también, Hannah—. Dijo irónicamente. Claro, después de haberme besado, su fue con tres putas casi universitarias para que le tocaran la puta cara y halagaran sus lindos ojos. Ugh. Bufé, mientras lo miraba de nuevo. Estaba siendo estúpida, los celos me llevaron a esto, pero era tan inevitable, me sentí tonta de nuevo. Él se echó a reír en mi cara, mientras yo lo miraba molesta aún.

—Tengo clases, puedes reírte con las tres putas de allá—. Le señalé la puerta de la cafetería, alejándome del lugar. Él me siguió hasta la parte trasera del instituto, se sentó a mi lado cuando me incliné para sentarme bajo el árbol—. Te puedes ir, por favor—. Pregunté sin mirarlo.

—Los celos no deberían mostrarse tanto, Hannah—. Un tono de burla saliendo en su voz.

—¿Celos? No lo creo, no tengo por qué, no hemos hecho nada para yo estar celosa—. Sabía que lo estaba, y no me importaba realmente si él lo notaba.

—El hecho de yo haber estado hablando con ellas, no las hace putas. Belén es muy agradable.

—No me importan—. El silencio quedó ahí, la mirada de Ashton en mi, poniéndome nerviosa, como la ha sabido hacer por una semana. Nos quedamos así hasta que el timbre sonó por todo el instituto, quería seguir ahí con él, pero no podía. No podía tampoco dejar de pensar en sus lindos labios sobre los míos. Quería sentirlos nuevamente. Lo vi colocando sus manos hacia atrás, para poder levantarse. Un instinto llevó mi mano hacia su brazo, haciendo que bajara, sentándose de nuevo. Me acerqué, mis labios posándose en los de él, disfrutando del sabor, su respiración caliente de su nariz, él sonrió en medio del beso, a pesar de estar confundido. Chocó tiernamente su nariz con la mía, mis ojos cerrándose por el tacto de él. Me gustaba que me diera esos toques, me hacían sentir bien, querida, con atención. Simplemente me gustaba.

—Vamos, no queremos que te retrases—. Se levantó, tendiendo su mano hacia mi. Pequeñas bromas fueron dadas entre nosotros, mientras nos íbamos hacia mi salón de clases—. Te veo luego—. Se despidió, perdiéndose por los pasillos.

Entré al aula, tres minutos después, el profesor dio una guía de estudio, odiaba historia, aparte daba mucho sueño como para estar aquí tan temprano. Nos mandó actividades, por suerte ningún trabajo como solía hacerlo. Ya quería salir de acá e irme a la Universidad, mi sueño de ser psicóloga estaba presente todavía, y esperaba con todas mis fuerzas poder cumplirlo. Si tenía dinero.

El día pasaba rápido, no me gustó no haber visto a Ashton en el resto de la mañana, sólo cuando salí, para encontrarlo parado en la puerta del copiloto. Le di una pequeña sonrisa, él me besó la mejilla, indicando que subiera al auto. Entré, el frío del aire me puso los pelos de punta, esperando a que dijera algo sobre el beso de hoy. Aunque, me gustaba nuestro silencio, decía mucho. Yo no sabía que estaba haciendo él conmigo, me tenía hechizada, me estaba amarrando a él de la manera menos imaginable. Los pocos días que llevábamos conociéndonos, estaban despertando cosas inimaginables en mi.





Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora