PDV Ashton.
El techo familiar fue reconocido al instante, el sol filtrándose por las cortinas como todas las mañanas, el frío me estremeció cuando una fuerte brisa se hizo presente. Me volteé con fastidio, una sonrisa apareció en mis labios al recordar que tenía a Hannah durmiendo a mi lado. Ella se veía tan hermosa, tranquila, relajada y sin ningún miedo encima, como cuando yo me acercaba a ella, que se tensaba demasiado. Su cabello castaño estaba en su hombro derecho, sus piernas y brazos acurrucados por su estómago, su respiración tranquila y serena. Me quedé observándola un rato más, cubriéndola hasta más abajo de los hombros para que el frío no le molestara su sueño.
Me levanté de la cama sin hacer ruido, busqué un par de shorts y un suéter grueso en el closet para evitar el frío. Caminé hacia la cocina, buscando leche en la nevera, serví un poco y calenté agua para hacerle un té a Hannah antes de que despertara. Coloqué el sobre en la taza y serví el agua hirviendo, mientras la miel fue mezclada.
—¿Ashton?—. Escuché casi en un susurro la voz de Hannah detrás de mi. Se veía tan hermosa, tan pequeña, el vestido que cargaba se había subido un poco más arriba de sus muslos, sus pies descalzos caminando hacia mi, su mirada con timidez y ojos azules cálidos por el recién despertar, me hizo querer abrazarla.
—Buenos días, nena—. Me acerqué a ella plantando un beso en sus dulces labios. Se sonrojó levemente mirando por encima de mi hombro—. Oh, te... te hice un té de menta, pensé que querías tomarlo?—. Pregunté y ella asintió, tomando la taza en sus pequeños dedos.
Fue hacia el sofá, sentándose con las piernas hacia su estómago, titiritaba levemente, cubriéndose más con el pequeño vestido de cargaba.
—Uhm, ¿Qué hora es?—. Dejó la taza en la mesa cuando me acerqué a ella.
—10:10 am—. Miré el reloj de la pared.
—Oh, creo que debería irme—. Su mueca fue de fastidio.
—¿Tienes planes para hoy?
—No, no—. Negó con la cabeza—. Sólo que, no quiero agobiarte tanto con mi presencia, de todas formas no me siento bien en casa, y creo que lo sabes—. Asentí en su respuesta. Estaba seguro de que no quería ver a su mamá.
—Puedes quedarte un rato más, pensaba llevarte a almorzar y luego dejarte a tu casa—. Sonreí casualmente. Ella asintió, tomando el último sorbo de su té.
—Uhm, ¿P-podría tomar una ducha?—. Preguntó con nerviosismo, jugando con sus dedos.
—Claro. Puedes ir, cualquier cosa que necesites, estaré aquí en la cocina—. Sonreí y ella fue casi corriendo al dormitorio de nuevo.
PDV Hannah.
Entré al dormitorio frío de Ashton, buscando alguna toalla sin usar en su closet. Pensé que estarían en el baño. Me acerqué y cerré la puerta con seguro, pasando a desnudarme y colocar mi vestido en un lugar seguro para que no se mojara, eso usaría hoy y no quería tener que tardar secándolo. Entré a la tina cuando el agua estuvo completamente tibia para mi. Mojé mi cabello, empezando a limpiar mi piel de una forma calmada. Hace tiempo no despertaba así, mejor dicho, nunca había despertado, ni dormido así. La compañía de Ashton fue la mejor en la noche, mis preocupaciones se habían ido a un lado, además de que desperté sin estrés, con un beso y una taza de té a mi alcance en la cocina.
Salí unos 30 minutos después, enrollando la toalla hasta mis pechos. Caminé hacia el dormitorio, pensando en qué ropa interior podría usar. Pensé mucho para que mis dedos tomaran unos bóxers de Ashton en lo más profundo de sus cajones, el más pequeño que hubiera. Coloqué mi sostén y vestido, pasando a ponerme mis vans.
—¿Tienes algún cepillo para el pelo?—. Mordí mis labios nerviosamente al salir a la sala. Dirigió su mirada del teléfono, hacia mi cara.
—En la parte que está arriba en mi closet—. Indicó.
Me peiné rápidamente, dejando mi cabello húmedo secarse en mi espalda, coloqué las toallas en su lugar y acomodé un poco el desordenado dormitorio de Ashton. Convencida de mi rápido trabajo, nuevamente fui a la sala. 11:13 marcaba el reloj. Palmeó sus muslos cuando me vio, me acerqué con cautela, sentándome en él.
—Te ves hermosa aún con la misma ropa puesta—. Dijo lentamente, me sonrojé una vez más, juntando mi mejilla con la de él. Se sentía un poco caliente, cerré los ojos cuando sus dedos tocaron mis muslos, dando el sentimiento relajante.
—¿Cuándo almorzaremos? Ya serán las doce dentro de unos 40 minutos—. Pregunté aún con su tacto en el mío.
—¿Qué quieres comer?—. Besó mis labios rápidamente.
—Cualquier cosa está bien para mi—. Sonreí para él. Asintió, levantándome de su regazo.
—Iré a ducharme, ten—. Me lanzó su suéter grueso—. No quiero que tengas frío—. Me dijo dulcemente, desapareciendo por su habitación.
Me sentí segura cuando el suéter de Ashton fue puesto por encima de mi cabeza. Mi ojos rastreando su apartamento nuevamente, dándome cuenta de lo agradable y cálido que se veía de día. Fui a la cocina por un poco de agua, para volver a la ventana donde había estado pocas horas antes. La poca gente transitaba en sus autos, se escuchaban algunas voces en el pasillo. Pensé en lo que podría estar haciendo mi padre ahora mismo, me gustaría poder pasar el tiempo con él nuevamente, tal vez viajaría para verlo, pero no sabía dónde se encontraba exactamente. Suspiré, pensando en que mañana tendría que ir a la escuela de nuevo, ya quería salir de ahí e ir a la Universidad, necesitaba un respiro de mi agitada vida. Llegué otra vez a pensar por qué Ashton no asistía a la Universidad, y sólo trabajaba en una escuela secundaria. Me estremecí cuando sentí sus fríos dedos en mis muslos casi cubiertos por el largo suéter.
—¿Lista?—. Dijo en mi oído.
Asentí, antes de que él me diera la vuelta, pegándome a la pared. Vi su sonrisa traviesa salir de sus labios, al momento que apretó mi nalga con descaro. Me quejé, queriendo protestar, sus labios pegados a los míos antes de que pudiera decir algo al respecto. Me sentí extraña, pero cubierta por sus dedos, y me gustaba la sensación, de alguna manera, se sentía bien. Estaba más que segura de querer conocerlo más a fondo, por lo bien que me hacía sentir. Me besó nuevamente, antes de impedir mi salida hacia la puerta.
—Ashton—. Protesté en sus labios—. Ashton—. Él se rió cuando lo pellizqué en el brazo—. Ashton, vamos—. Su risa me contagió, dando un último beso en sus labios antes de salir del caliente apartamento.
**
Luego de que fuimos a comer, como siempre, pasé un buen rato. Era Ashton, siempre pasaba un buen rato cuando estaba cerca. Era mejor que despertar con amnesia. Por suerte me llevó pronto a casa, me sentía un poco incomoda con su bóxer, no estaba acostumbrada a la sensación y la forma que tenía. Me propuso que hiciéramos vídeo-llamada, y yo me negué diciéndole que tenía algunas cosas que hacer. Sentía que mi presencia lo agobiaba un poco, por más que él dijera lo contrario. Me había quedado con su suéter. Quizás lo usaría de escusa luego para ir a verlo. Pasé el resto de la tarde extrañándolo. Tal vez no fue buena idea negarme a hacer la llamada, pero ya no podía retractarme. Revisé mis cuadernos para asegurarme de que no tenía actividades pendientes para ninguna de las clases que vería mañana.
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Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.
FanfictionEspero que esta novela sea de su agrado. Soy nueva acá en wattpad y es la primera novela que me atrevo a subir, me gusta bastante escribir. Disfruten la novela. <3 Por favor, les agradecería montones si comentaran y votaran :( de verdad me ayudar...