Capítulo 23.

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―Si quieres, puedes probarte estos―. La chica me mostró varios vestidos. Hice una mueca insegura, no me gustaban mucho los escotes, además de que el color sería algo usado en la fiesta.

―Uhm, creo que, mejor iré a ver otros―. Intenté ser lo más amable posible. Una sonrisa se curvó en los labios de la chica, junto con asentimiento. Solté un suspiro al darme cuenta de que no se había enojado por haberla parado tantas veces pidiéndole que me mostrara diseño tras diseño.

Ashton me tomó de la mano, su vista en cada una de las tiendas mientras yo buscaba un buen vestido con mi mirada. Subimos de nuevo las escaleras, una vidriera al lado de una ventana, llamó mi atención. Me acerqué, mirando el vestido que estaba puesto justo al lado de varios, pero ese era el más bonito para mi. Sonreí con emoción, entrando a la tienda. Le indiqué a una de las chicas el vestido que quería, ella asintió, diciéndome que fuera al probador.

El vestido fue subido por mi cuerpo, sonreí al verme en el espejo. La falda color vino-tinto, junto con el top blanco, hacían un contraste perfecto con mi piel y mi cabello. Salí a medias del probador, susurrándole a Ashton que me viera.

―¿Y...?―. Le dije, impaciente por escuchar su respuesta. Él sonrió, levantándose para mirarme bien. Su mirada curiosa escaneó cada parte de mi, volviendo a mis ojos de nuevo.

―Te ves hermosa―. Halagó sinceramente. Una pequeña risita se escapó de mis labios, mis dedos tomando las puntas del vestido, agradeciéndole en voz baja. Volví al probador, los jeans y mi camisa holgada fueron puestos de nuevo en su lugar.

―¿Lo vas a llevar?―. La chica rubia me preguntó. Le asentí, entregándole el vestido. Ella se dirigió a la caja, diciéndome que estuviera ahí en unos minutos.

Tomé las manos de Ashton, su cabeza en mi abdomen mientras mis dedos masajeaban su desordenado cabello. Lo había extrañado. Mucho y más que eso. Hace unos cuatro días que no lo veía, ni siquiera cuando fui al instituto. Me dijo que había estado muy ocupado, con asuntos que no sabía cuáles eran, pero no me dignaba a preguntar sobre ellos. Me quedé en casa, peleé con mi mamá como de costumbre, diciéndome cuántas groserías sean, ofendiéndome y otras cosas a las que ya me había acostumbrado. Lo único que me calmaba era la voz de Ashton por la línea telefónica, diciéndome que pronto nos veríamos y seguiríamos con nuestra rutina.

―Te extrañé mucho, bebé―. Leyó mi mente. Subió su cabeza para mirarme, sus brazos enrollados en mi cuerpo cuando sonreí con cautela.

―Y yo a ti―. Toqué su mandíbula con cariño.

Se levantó para acompañarme a la caja y pagar. Sus brazos envueltos en mi cuerpo, apretándome a él. Me impregnó con su perfume, el que tanto me encantaba. Me dio pequeños masajes en la espalda, haciéndome relajar por completo. Dejó un beso en mi cabeza, antes de retirarme para poder pagar. 

Sólo faltaban los zapatos. Estaba con un montón de cosas en la mente, pensando en que tenía que llamar a las chicas que me habían pedido ir al baile. Tenía que organizarme con ellas para ver en qué podía ayudar y otras cosas más. Me sentía extraña, yo no quería asistir, y ahora estoy con mi novio comprando mi vestimenta. Dentro de sólo dos días sería ese gran día esperado para muchos, y de alguna forma, esa emoción también se transmitía en mi.

―Tenemos que comprarte un traje―. Di un sorbo a mi té frío, mirando los zapatos de las vidrieras. Él bufó, negando con la cabeza.

Amnesia | Ashton Irwin Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora