Había pasado una semana desde aquel "trato" si es que algo así puede llevar ese nombre, con Stefan. Nuestro proyecto iba bien, estábamos a sólo unos detalles finales de terminarlo y lo más sorprendente de todo es que desde que "acepté" no nos habíamos vuelto a acostar, por muy ilógico que sonase y fuese.
Hoy era la fiesta de Kappa, la hermandad de chicas más grande del campus, y a pesar de no formar parte de ningún comité ni mucho menos vivir en la casa Kappa debía asistir por ser miembro y sobre todo porque mi abuela y madre fueron las presidentas durante todo su ciclo universitario, cosa que nunca en la vida pensaba hacer, y no haría.
– ¿Cómo va el trabajo con Stefan? –Matt se encontraba recargado en el umbral de la puerta. Traía unos pantalones negros, camisa blanca y una corbata turquesa que hacía juego con el vestido que Dani usaría en la fiesta. Estaba perfecto–. No revolees los ojos Alex, es sólo una pregunta.
Tomé el vestido negro que Matt había escogido para mí y lo puse frente al espejo. –Bien Matt, tranquilo que no ha estado en esta cama. –Al menos en eso no mentía. El vestido por otro lado no me convencía en absoluto.
– No sería bueno para ti, sé por qué te lo digo. –No pude evitar querer preguntarle a qué se refería, pero alejé la idea de mi mente enseguida o Matt entendería que estaba interesada en Stefan y de ser así nada bueno me esperaría.
– No va a suceder, controla tu paranoia. –Me senté en el borde de la cama frustrada. No tenía el ánimo y el vestido seguía sin convencerme del todo–. Recuérdame por qué debo ir...
– ¿No quieres ir a una fiesta? ¿Te sucede algo? –Lancé el vestido con dirección a su cara y di justo en el blanco, mi puntería a veces era asombrosa–. No, en serio ¿Qué sucede?
– Sabes que odio todo lo referido a Kappa, además seré la única sin pareja... –Matt se acercó a mí y golpeó mi hombro–. El año pasado al menos Dani era mi compañera, ustedes enojados...
– Puedo decirle a Tobias que te acompañe. –La expresión en mi rostro cambió sin que pudiese evitarlo. Sin embargo, mi primo pareció no notarlo.
Caminé hasta mi armario y comencé a revisar. –Olvídalo. –Fue lo único que pude decir en medio de mi desesperación por encontrar algo–. Iré, sola.
Matt rio por lo bajo. –Si es lo que prefieres...
Luego de una infructuosa búsqueda en mi armario, igualmente me decidí por el vestido de Matt y unos botines de taco alto que hacían juego con el vestido. Mi cabello suelto por primera vez en la vida me acompañaba siendo calmado, apenas pinté mis labios y puse una chaqueta sobre mis hombros. El glamour al menos hoy no era lo mío.
A más o menos 5 cuadras de la Casa Kappa podías escuchar la música y el estruendo de la que podría asegurar era toda la facultad allí.
Parada a unos metros de la puerta principal no tenía idea qué hacía en ese lugar. Estuve a punto de dar la vuelta y rendirme ante la maratón que pasaría AXN de Criminal Minds mientras comía helado y galletas o incluso pensé en las guías y apuntes de Anatomo-fisiología general que esperaban por mí y realmente llegaron a ser tentadoras.
Pero ya estaba ahí, así que alejé aquellas tentadoras ideas de mi mente y entré al salón con mi mejor actitud.
– ¡Estás preciosa, Alex! –Comenzó a coquetear Andrew apenas me senté en el bar, había perdido a Dani y Matt en la entrada. No quería coqueteos, al menos no por ahora–. Pero veo que no estás de ánimo. –Le sonreí fingidamente y desapareció.
– ¡Un Jack Daniels, Mike! –Alcé mi mano y el moreno de ojos verdes que esta noche trabajaba de barman comenzó a preparar mi trago. Nos habíamos acostado 1 vez, sin embargo, había comenzado a salir con una chica al día de haberlo hecho. No le guardaba rencor, no había para qué. Él en cambio parecía siempre dispuesto a hacerme sentir increíble con esfuerzos sobre humanos por la culpa.
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Demonios: Mi Error Favorito
Teen FictionAlex y Stefan no son exactamente la princesa y el príncipe de cuentos de hadas respectivamente; ambos buscan sólo diversión y libertad, porque con los demonios que cada uno esconde es difícil que algo pueda terminar realmente bien en sus vidas. Se...