17.

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– Es noche de chicas, ver películas, comer como si no hubiese mañana y hacer cosas que contigo aquí no podríamos. –Matt me miraba como si no entendiese absolutamente nada de lo que decía. Reí–. Explícame cómo serás un neurocirujano y puedes ser tan idiota...

– ¿Y qué se supone que haga durante toda esta noche? Me estás corriendo de mi propia casa, Alex. –A veces podía ser tan dramático–. ¿Stefan tampoco está invitado?

– No idiota, es noche de ¡C-H-I-C-A-S! –Deletreé la última palabra fuerte y clara. Me miró con odio, sonreí.

– Entonces nosotros tendremos una noche de chicos. –Podía ser tan infantil cuando quería, pero qué la tuviesen, no quería que nada arruinase la noche con mi amiga.

– Emborráchense hasta que no haya mañana y no recuerden su nombre, me da igual. Sólo no arruinen mi noche con Dan. –Luego de revolear los ojos se levantó–. Por favor...

– Atente a las consecuencias y después no llores. –Odiarlo era poco–. Te quiero. –Dijo en tono burlón y salió de mi habitación antes de que el cojín lo pudiese alcanzar.

"Pasaré la noche con Matt, al parecer..." No pude evitar reír.

"Sobrevivirás, es sólo una noche." Tecleé y respondí tan rápido como pude.

"Quiero otra noche como la del lunes..." El rubor no se hizo esperar en mis mejillas. "Despertar contigo, fue... lindo".

"Este fin de semana será nuestro el lago, te raptaré y no podrás decir que no." Respondí al instante.

"¿Despertar 2 días junto a ti? ¿Dónde firmo?" ¡Odiaba el que me gustase tanto!

"Lo acabas de hacer." Tecleé rápido.

"Matt acaba de llegar. Te quiero".

"Y yo a ti :)." Respondí para luego dejar mi teléfono a un lado y meterme en la ducha.

Cuando eran casi las 8 de la noche fui a recoger a mi amiga, su Range Rover había sido confiscada y antes de comenzar nuestra noche debíamos ir por algunas provisiones para subsistir a lo que se venía.

Dani era mi amiga desde más o menos los cuatro años, junto a Nicholas, su hermano Jake y Matt habíamos sido inseparables, hasta que por distintas razones terminamos alejándonos, entre ellas el que Jake se fue de la ciudad, Nicholas creció más rápido que todos y Matt se convirtió en un idiota cuando entró en la adolescencia, pero aun así con mi amiga nos mantuvimos inseparables y a pesar de que desde comenzó a salir con Matt tuvimos cierta distancia las cosas después de todo habían vuelto a la normalidad y con ellas nuestra noche de chicas mensual.

– Debo pasar a la gasolinera, o quedaremos en el camino antes de llegar a casa... –Mi amiga asintió mientras abría un paquete de papas fritas.

Comió una para luego darme otra a mí. –Subiremos 10 kilos con toda esta comida... –Asentí, mientras me metía en la gasolinera–. Pero rodaremos felices por la vida.

– ¡Dios! ¡Amo que comprendas mis sentimientos! –Volvió a darme otra en lo que yo manejaba.

– Lo sé, soy tu alma gemela. –Reímos y mi amiga volvió a hurguetear en la bolsa de provisiones, si mañana no nos declaraban diabéticas sería por suerte.

Detuve el auto frente a la pistola de gasolina y el tipo a cargo se acercó, no pude evitar mirar a Dani, quién no ocultó su sorpresa.

– ¿Estanque lleno, Alex? –Asentí, pasándole la llave del auto. Golpeé el hombro de mi amiga que parecía haber visto un fantasma y siendo sincera podíamos catalogar de esa manera a Austin.

Demonios: Mi Error FavoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora