– Entonces, ¿Aceptan? –Nos miramos enseguida, yo aceptaría encantada si no fuese por el gran detalle del modelo.
Me miró y luego sin decir nada tomó mi brazo y me alejó. –La traigo en un segundo.
– ¿Qué rayos te sucede? –Sonrió.
– Si aceptas, yo acepto. –Debía estar bromeando–. Y no te estoy pidiendo que volvamos. Pero sería entretenido hacer algo así, sobre todo contigo... La paga es buena, son sólo fotos, Alex.
Miré a Parker junto a Caroline y luego a él. –Será algo netamente profesional. –Sonrió victorioso.
– ¿Y? –Las expresiones de ambos eran de expectación al vernos volver, asentí al mismo tiempo que Stefan y sus sonrisas fueron gigantes en cosa de segundos–. ¿Quieren firmar el contrato ahora mismo? Podemos pasar a mi oficina, tenía planeado el que aceptaran así que está todo listo.
– ¿Podemos al menos leerlo y luego firmarlo? –Asintió Caroline–. No es que desconfié, pero quiero saber qué tendré que hacer con él...
Stefan hizo un gesto de ofendido, revoleé los ojos. –Es así todo el tiempo, tranquilos, se van a acostumbrar.
– Eres un idiota, ¿Lo sabes? –Besó mi mejilla y se dirigió a la oficina de Parker.
Caroline me miró sonriente. –Se nota que aún le gustas, no seas tonta, Alex.
– Ay Caroline, no hables estupideces. Por favor. –Me abrazó mientras reía, y caminamos hasta la oficina de Parker.
En la oficina de Parker con Stefan discutimos los puntos de lo que era nuestro contrato. Tenía una duración de 2 campañas, las cuales no podíamos dejar a medias y salirnos, a menos que quisiésemos pagar una suculenta multa.
Básicamente iba a pasar más o menos todas las mañanas de mis fines de semanas por los próximos 12 meses junto a él, posando casi desnuda ¡Yupi! Pensé al terminar de leer.
Al final, luego de más o menos 1 horas discutiendo horarios, pagas, y todo lo necesario salimos de allí con un contrato por 1 año y un sueldo realmente bueno.
Oficialmente trabajaba para las próximas 2 campañas de Pepe Jeans aquí en Great Falls y en varias otras ciudades que no me esforcé por recordar el nombre.
– Si te invito a tomarnos un trago y celebrar... ¿Aceptas? –Negué.
– Ni en el mejor de tus sueños... –Tomé el casco de mi moto para ponérmelo y antes de hacerlo en mi cabeza lo tomó–. ¿Qué rayos...?
Lo levantó lo suficientemente alto como para que me fuese imposible alcanzarlo. –Acepta ir conmigo y te lo devuelvo.
– Tiene que ser una broma... –Negó sonriente. Era un bastardo–. ¿Sabes qué? Caminaré.
Saqué las llaves de la moto y comencé a caminar. –¿En serio Alex? ¿2 kilómetros a pie? –No me di vuelta y seguí caminando–. Di que sí, es sólo un trago. Nada más.
– ¿Sabes que rogar es feo? –Grité cuando sentí su mano sobre mi hombro–. Stefan, por favor...
– No te estoy pidiendo que te cases conmigo, es un trago. Te rogaré lo que sea necesario porque quiero festejar... –Me abrazó sin pedir permiso–. Y, ¿Qué mejor que con mi colega?
Saqué su brazo de mis hombros y le miré. –¿Tú crees que no te conozco? –Sonrió y luego dio una carcajada.
– ¿A qué te refieres con eso? –Le miré, sabía perfectamente a qué me refería.
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Demonios: Mi Error Favorito
Teen FictionAlex y Stefan no son exactamente la princesa y el príncipe de cuentos de hadas respectivamente; ambos buscan sólo diversión y libertad, porque con los demonios que cada uno esconde es difícil que algo pueda terminar realmente bien en sus vidas. Se...