En cuanto regresó al Centro, se dirigió a su cuarto; podía sentir el efecto del alcohol en su sangre, viajando por todo su cuerpo, haciéndolo sentir extasiado. Golpeó dos veces y aguardó, pero nadie respondió; volvió a intentarlo, esta vez con más fuerza. Nada. Decidió entrar a la habitación que estaba sumida en la penumbra; comenzó a desabrocharse la camisa y se acercó a la cama.
—Te fuiste sin esperarme.—dijo en un balbuceo.—Te lo cobraré, ¿sabes?—se rió y se sacó los zapatos, mientras luchaba con la bragueta.—Voy a morder esos pezones hermosos hasta que grites que me detenga.
Se lanzó a la cama y cayó sobre los almohadones; instantáneamente, se levantó y encendió la luz, para encontrarse con que estaba completamente solo. ¿Seguiría en la fiesta? ¿Se habría ido con otro? Se acomodó la ropa y salió a los saltos.
En la enfermería, Mortimer revisaba el archivo con ansiedad.
—¿Qué buscas?—preguntó, molesto. No le gustaba que revisaran sus cosas.
—Necesito el archivo de Jennifer.—respondió sin levantar la vista.
Se le heló la sangre.
—¿Le sucedió algo?
El hombre pareció notar el miedo en su voz y dejó el archivo para observarlo atentamente.
—Aún no. ¿Estás bien?—vio el sudor en su frente y sonrió.—Has estado tomando, picarón.
Lo ignoró y se alejó hasta su propia habitación; trabó la puerta con el armario y se encerró en el baño. Marcó rápidamente en el teléfono y a cada tono que sonaba le rogaba que respondiera. Finalmente, atendió.
—¿Sí?
—Logan, soy yo; no encuentro a Jennie, ¿está allí?—le temblaba la voz.
—Por supuesto que no.—antes de que pudiera decir nada, agregó, enojado—: Y será mejor que no le haya sucedido nada, porque no te gustará saber lo que soy capaz de hacer. ¿Oíste?
—Sí, señor.—colgó y lanzó el teléfono contra la pared; luego, se giró y vomitó dentro del inodoro. Pensó en la palabras que había cruzado con Mortimer: ¿qué habría querido decir con "aún no"? Se arrastró hasta el teléfono y llamó a Matt; el chico respondió con su alegría habitual.
—¡Tom! ¿Qué sucede?
—¿Está Jennie allí?
—No. ¿Sucede algo?—su voz se convirtió en un susurro.
—No lo sé.—respondió; unas voces sonaban detrás de Matt, riendo y gritando.—¿Podrías preguntarle a los demás?
—Claro.—dijo y colgó.
Se levantó y fue hasta la cama, arrastrando los pies y apoyándose en las paredes: el mundo le daba vueltas; finalmente, se dejó caer entre la ropa que había dejado allí y que no había guardado, y durmió hasta casi el atardecer.
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Kat despertó y se dio una ducha rápida y revitalizadora; los acontecimientos de la noche anterior la habían dejado exhausta. Bajó a por un café con el cabello goteando en su espalda, unas calzas viejas y una remera blanca algo gastada por el paso del tiempo. Detrás suyo entró Helen: parecía que llevaba despierta un buen rato, porque tenía el cabello rojo como el fuego recogido en dos trenzas impecables y se había maquillado el rostro para cubrir sus ojeras.
—¿Qué tal tu noche?—preguntó Kat. Sabía que hacía ya algunos meses que salía a tomar algo o entrenaba con Matt.
—Increíble.—respondió y se mordió el labio mientras sonreía. Kat le dio un suave codazo.
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Progresión
Misterio / SuspensoAlgunas personas nacen con la capacidad de transformar partes de su cuerpo para obtener ventajas en la batalla; esto es conocido como Progresión. Jake trabaja junto a sus amigos en el Centro, un lugar donde entrenan para explotar al máximo sus prog...