Acababa de despertar de una siesta larga, sin interrupciones; se irguió en la cama y sintió el abdomen un poco tenso, luego recordó que su tío le había vendado con fuerza, como si fuera un matambre, para contener las costillas que se le habían fisurado tras el accidente. Antes que levantarse a ver a Nathan, tomó su teléfono y llamó a Mortimer; respondió al primer timbre.
—Helen, ¿qué tal va todo por allí?
—Mi tío dice que Nate se repondrá en algunos días.
—¿Ha despertado?
Tardó unos segundos en dejar salir el monosílabo de su boca.
—No.
Un silencio corto antes de despedirse.
—Oh, casi lo olvido.—dijo el hombre.—Temo que no podremos ir a donde tú hoy; hemos tenido una visita un poco molesta que nos trajo algunos problemas.
—No te preocupes, estaremos bien.—colgó sonriendo y se preguntó qué habría sucedido.
Oyó la puerta de su habitación—le habían cedido una pequeña habitación al final de un pasillo que nadie en todo el hospital parecía recordar—y, por alguna extraña razón, decidió simular que aún dormía.
Unos pasos lentos, sigilosos, se acercaron a ella, y una respiración caliente y agitada le cubrió el rostro. Pasaron varios segundos hasta que se apartó; antes de salir, alcanzó a oír que hablaba con alguien.
—Aún duerme.
—Excelente; llama a Matt, dile que están listos.—respondió una voz demasiado familiar.
Su tío.
Sin dudarlo, tomó el teléfono otra vez; ahora, Mortimer demoró casi un minuto en responderle.
—¿Sucede algo?
—Morti, debemos irnos de este hospital lo antes posible.—hablaba en un susurro y el hombre no hizo preguntas.
—No te preocupes por Nathan, nosotros lo sacaremos de ahí. Ocúpate de escapar.—hablaba con firmeza.—Nos veremos en una hora.
—De acuerdo.
—Y Helen...
—Dime.
—Por favor Helen, cuídate.
La llamada finalizó y ella contempló su teléfono algunos segundos; jamás había oído a Mortimer tan preocupado. ¿Qué demonios había sucedido en el Centro desde el accidente? Se calzó rápidamente y se acercó a la ventana: había una caída de más de diez metros, aunque no libre, sino que cada tanta distancia había balcones o equipos de aires acondicionados sobresaliendo. Podría descender saltando sobre ellos, usando mi Progresión no debería hacerme daño, pensó. Pero había un detalle pequeño pero muy importante que no estaba considerando: cuánto resistiría haciendo aquello con su Progresión activa.
Más voces llegaron desde el pasillo, y esta vez no tenía tiempo de meterse en la cama, así que abrió la ventana, se colgó por fuera y comenzó a saltar.
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Cuando los gritos callaron, Marge y Harry aguardaron unos minutos antes de subir a la enfermería; en cuanto entraron, observaron desde el umbral a su hijo agachado sobre Kat, quien estaba recostada e inmóvil.
—¿Cómo está?—preguntó Harry.
Jake se sobresaltó y se volteó a mirarlo de una manera insultante.
—¿No saben golpear antes de entrar?
Harry no respondió y se le acercó; para su sorpresa, Kat estaba despierta, bañada en sudor y agitada. Sin embargo, su hombro estaba impecable, excepto por una líneas finas y oscuras que se veían dolorosas.
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Progresión
Mystery / ThrillerAlgunas personas nacen con la capacidad de transformar partes de su cuerpo para obtener ventajas en la batalla; esto es conocido como Progresión. Jake trabaja junto a sus amigos en el Centro, un lugar donde entrenan para explotar al máximo sus prog...