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—¿Qué pasa?

Habíamos cortado el beso por falta de aire, él me miró a los ojos. Yo lo hice también.

Me miraba con ternura, sus pálidas manos estaban reposadas en mi cintura, y las mías en alrededor de su cuello. Puedo deducir que en ese momento parecíamos una pareja común y corriente, demostrándose lo mucho que se aman. Claro, nosostros no éramos una pareja en sí, nunca habíamos acordado que seríamos detrás de las paredes de su casa. Claro está, seríamos vecinos, y nada más.

Aún qué para ser verdad, la gente no sospecha ni un poco de lo nuestro. O... de las cosas inapropiadas que hacemos...

—N-necesito hablar contigo...

—¿De qué?

Antes de responderle, relamí mis labios y dudé mucho el poder generar una charla con él. Por qué sí, le tendría que preguntar los dudas existenciales que tenga acerca de lo nuestro. Aparte esa noche me sentía completamente fuera de lugar, me sentía rara.

—E-es sobre lo nuestro... —vacilé—, c-claro sí me puedo referir así a esto.

Él se veía... normal.

Su expresión neutral característica no se hizo esperar, tengo entendido que sí esto se alarga y tendremos más confianza... Lo auto-nombraría un oso gruñón.

—Lo nuestro...—repitió en voz baja—¿Hay algo que quieres proponerme?

—No, sólo quiero hablar sobre algo que me tiene muy pensante.

—¿Y sobre que es?

—Tú...¿Ya habías hecho esto anteriormente?

Por un momento pensé que no me respondería, que su silencio me daría la respuesta. Me quedé esperando una respuesta clara de su parte, tragué saliva y observé mi muñeca como sí fuera la cosa más interesante del mundo, cosa que hago siempre cada que me encuentro nerviosa o como sí el hecho de hacerlo me traiga consigo un bien como matar el tiempo o esperar algo que me ayude a salir de un momento incómodo e inquietante.

Cuando menos me lo esperaba, su mano, acarició tiernamente el grosor de mi muñeca, sabía que yo era su centro de atención, él no dejaba de mirarme con aquellos ojos pulcros, que reflejan lujuria, y me vigilan a toda costa, en todo momento.

—Hay cosas qué debes saber y otras que no.

—...

—Sabes cuáles son mis gustos —hizo una pausa—, pero no pienso tener está conversación contigo.

Me sonrió por nueva cuenta y se fue, me dejó con una gran incógnita sentada en uno de eso grandes sillones de aquella sala de estar que lo único que abundaba era el acogedor silencio y nada más.

A los pocos minutos regresó con un vaso de... Al parecer whisky en sus manos.
Antes de poder decir algo más, bebió un gran sorbo de su bebida con ímpetu.

—Pensé que habría más confianza.

—Y así será —bebió un poco más—, quiero hablar contigo sobre algo que a mí también me tiene...

—¿Intranquilo?—respondí.

—Diría que no, pero... es momento de ajustar más las cosas.

¿Ajustar más las cosas?

¿De que habla?

¿A qué se refiere con eso?

Me mantuve firme. Sin hacer ningún tipo de movimiento, o sonido que logrará poner de este, un lugar más incómodo.
No es la primera vez que esto pasa, y apuesto a que tampoco será la última.

Pero antes que nada recordé sus palabras de aquella vez, en uno de nuestros tantos encuentros aquí mismo.

—Mi niña, apartir de ahora las cosas cambiarán —soltó de golpe, haciéndome volver a la realidad.

Inhale y exhale, tratando de poder resistir lo que pronto él me dirá... Si era algo bueno o malo debía estar preparada al final yo misma acepté su sucia y erótica propuesta. Puede esperar me cualquier cosa.

Daddy, tiene que cuidar de tí.

No respondí.

Daddy debe cuidar muy bien lo que le pertenece —le dijo casi en un susurro casi inaudible.

Comencé a temblar ligeramente, pues su voz, su jodida voz es ronca, que me incita a querer escuchar de ella como sí no hubiese mañana.
Me hizo que le mirara inocentemente, sus ojos destellaban lujuria, pero también preocupación, inquietud y demás... ¿Había pasado algo?

Unió su mano con la mía y entrenzó ellos y luego dejo un pequeño beso en el torso de mi mano, seguía mirándole con una pizca de confusión. En verdad necesitaba saber que pasaba con él...

—He visto a un hombre de mi misma categoría salir de tu casa y a simple vista no me agrada para nada —espetó.

¿Seokjin?

—¿Estuviste espiando? —pregunté un poco alterada.

—No, pero hoy que llegué a casa, lo ví salir de la tuya—dijo antes de lanzarme una mirada algo matadora y áspera—Puedo deducir que no tiene buena intenciones.

Definitivamente hablaba de SeokJin.

—¿Hablas de SeokJin?

—¿Así que lo conoces? —inquirió mirándome fijamente, apretando fuertemente mi mano. Solté un quejido en voz baja debido a dicho acto.

—Sí, pero...

—No me interesa saber quién es —dijo entre dientes—no te quiero cerca de él—demandó a res de acariciar mi mejilla con el torso de su mano derecha. —No permitiré que esa persona como cualquier otro hombre se pasé de listo contigo, ni mucho que cualquiera pose su asquerosa mirada en tí ¿Entendido?

Asentí, un poco asustada debido a su actitud. Poco a poco esto se volvía intenso...
Esto se convertía en un juego más pesado. En el que cada nivel se hacía una meta imposible el poder pasar al siguiente...

¿Tendría que tener miedo?

Estamos a nada de dar el siguiente paso. Una malévola sonrisa se formó en sus labios. Sus ojos se dilataron y mi piel comenzaba a ser dependiente de sus caricias.








 Sus ojos se dilataron y mi piel comenzaba a ser dependiente de sus caricias

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Yeow, como soy bien chida tuve que actualizar. ¿Que creen que pase después?

CRIMINALS IS COMING. 🌚

estén al pendiente del sinopsis. Los amo. ❤️

Nos leemos luego.

𝓓𝓪𝓭𝓭𝔂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora