𝓓𝓪𝓭𝓭𝔂

29

Maratón.

—¡Feliz cumpleaños ___!

Desperté y lo primero que ví fue a mi mamá estando de pie frente a mí cama, mirando hacia mi dirección con una amplia sonrisa dibujando su rostro y un pequeño pastel de chocolate recién horneado en sus manos.

—¿Cómo amaneciste cariño? —preguntó ella mientras avanza va hacia mí.

La miré con mucha felicidad por el detalle que acaba de darme y le sonreí también.

—Sopla las velas,querida. Felices 18.

Cerré los ojos y me detuve para pensar en algo así como en un deseo. Cómo era siempre de costumbre.

Sin más, soplé las velitas, ansiada seque mi sueño pudiera ser realidad.

—Muchas gracias mamá —le dije aún sonriendo.

De reojo ví a Taehyung recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y una sonrisa tenue.

Lo miré por un pequeño lapso de tiempo y sonreí cálidamente sin separar los labios.

—Feliz cumpleaños —dijo, mientras se acercaba a pasos lentos de nosotras.

Y finalmente me abraza.

Un abrazo fuerte y cálido que para ser honesta desconocía a mi hermano en ese momento, no estaba tan acostumbrado a dar muestras de amor como: abrazos y decir palabras lindas. Hubo un tiempo en qué solía ser así, un hermano amoroso y risueño, pero todo cambió repentinamente y no sé el por qué.

Con mamá no era la excepción.
Tampoco con ella es tan amoroso, rara a la vez que él la abraza algo así como en momentos especiales, como el día de las madres, su cumpleaños o en navidad...

—Espero y cumplas muchos años más y seas exitosa en la vida -me dijo él en un susurro.

—Gracias...

Al momento de superarnos -pues duramos mucho tiempo así- me sonrió nuevamente con una amplia sonrisa cuadrada.

—Bueno, tengo pensado que este fin de semana podamos ir a Suwon a ver a sus tías...

—¡No!—dijimos Tae y yo al unisono.

Ver a las tías no resulta ser divertido,en lo absoluto.

Las tías –hermanas de mi mamá– son señoras inconformes de cualquier cosa. Siempre critican y están de mal humor (bueno no siempre pero sí frecuentemente), cuando vivíamos en Suwon no era de esperarse pasar el día con ellas más los domingos. Pero bueno esa es otra historia.

—Bueno no... Está bien —dijo ella, volteando los ojos. —Tengo que irme a trabajar, espero no volver tan tarde.

Mi mamá me dió un beso en la frente y sonrió antes de levantarse de dónde ella estaba sentada.

—Nos vemos luego —ella se despidió de nosotros con una radiante sonrisa y salió de mi habitación, dejándome a mi hermano y a mi solos.
.
.
.
—Así que tienes 18, al fin. Ya eres mayor de edad—Taehyung decidió romper el hielo que por algunos segundos había invadido toda la recamara.