48 | p.t 1

3.7K 329 109
                                    

No me encontraba con ánimos de hacer algo para ya no sentirme así. Cómo sí hubiese recibido un golpe duro.

Tan sumida en mis pensamientos que no escuché qué Taehyung tocaba con algo de desesperación la puerta. Sabía que era él, no había nadie más en la casa. Volví a la realidad, abrí mis ojos abruptamente y me levanté rápido, teniendo un mareo y una visión borrosa al momento de hacerlo. Me llevé la mano a la frente. Caminé despacio hacía la puerta para abrir de muy mala gana.

—Vaya hasta que abres —me dijo un malhumorado Taehyung.

—Perdón tenía los audífonos —mentí —. ¿Pasó algo?

—Necesito hablar contigo.

¿Hablar? ¿Sobre qué?

Hice una mueca de confusión al momento de escuchar sus palabras. Mi hermano tenía una expresión facial neutra, sus labios estaban fruncidos y sus ojos se enfocaban solo en mí, como sí estuviera tratando de "leer mi mente" o algo por el estilo. No lo sé. Pasé la punta de mi lengua por mis labios, antes de enarcar una ceja.

—Esta bien... —dije, pero no del todo segura. Pero vamos, no debería estar preocupada o alterada.

Lo dejé pasar a mi habitación cosa que casi no lo hacía, últimamente mi hermano está tan ocupado elaborando la tesis y yo... Bueno estoy en el último año de la preparatoria. Estoy a casi nada de dar un paso más en la vida. Cosa que día mi piel se ponía de gallina.

Mi hermano cerró la puerta detrás de sí, y yo avancé hacia el borde la cama para sentarme a esperar por cualquier cosa que podría salir de sus labios. No sabía con exactitud lo que estaba pasando. En ningún momento me sentí incómoda o que el ambiente se tornara algo sofocante. Realmente no sentía nada.

—Y bien... Te escucho.

—Mamá me contó sobre lo ocurrido ese día con Jin hyung —soltó sin más —. ¿Cómo te encuentras?

Era un hecho. Tarde o temprano mi hermano sabía toda la verdad.

—Bien, supongo.

—Jamás pensé eso de su parte. Estoy furioso —espetó formando sus manos en puños — ¿Cómo se atrevió a hacernos... esto?

—Mira yo... Tampoco pensé que fuera capaz de hacernos lo que nos hizo —traté de tranquilizarlo, su expresión cambio drásticamente.

—Jin hyung es... Más bien, era mi ejemplo a seguir — recalcó—, pero veo que es un imbécil.

—Me siento bastante estúpido, por el simple hecho de no poder hacer nada para deternerlo —apretó su mandíbula y me lanzó una mirada seria — perdóname.

—No Tae Tae, no es tu culpa... —me acerqué a él y extendí mis brazos para que de alguna forma poder abrazarlo —ahora todo está... bien.

Sí, todo está bien.

Le dí un pequeño abrazo y al cuál correspondió gustoso —Pero quiero saber algo más —dijo al momento de separarnos. — Sabes cómo carajos supo Min que Jin hyung estaba aquí.

—¿Mamá no te explico eso?

—No. Solamente me dijo que cuando llegó él estaba aquí —se cruzó de brazos— ¿Lo contactaste o sabes a qué...?

—Me explico que a través de la ventana de mí habitación nos había visto, pero no tengo una explicación coherente —mentí. Solo esperé por qué me creyera, mi hermano suele ser algo astuto y sabe muy bien cuando estoy mintiendo y cuando no. Pero fuera de eso me sonrió.

—Debería agradecerle — murmuró —, pero no. No lo haré.

—¿Por? —arqueé la ceja un cuánto confundida —. Bueno yo entiendo sí tú no quieres...

—No me agrada —escupió.

—¿Qué? —bramé—. Ni siquiera lo conoces muy bien para decir esas cosas.

—Haz visto como te mira —dijo con cierta ironía en sus palabras. O la forma en la que suelen ser muy cercanos

—¿De que estás hablando? No

—Sabes muy bien de que estoy hablando —jactó Taehyung—, me estás metiendo.

—No estoy mintiendo, tú estás diciendo tonterías...

El ambiente sofocante que había estado ausente durante los últimos minutos apareció de repente. Sentí mi frente y mis manos sudar, como las inmensas ganas de vomitar junto con un nudo en garganta se formaba y el aire faltandome.

—Crees que no he sospechado que tú y ese señor se tiene MUCHA confianza. —marcó la palabra mucha como si fuera los más importantes en sus palabras. No podía tomar a Tae por tonto, pero claramente no lo es. Traté de ser cuidadosa, pero al parecer él ya se había dado cuenta de al menos algo. Y estaba ocultando todo lo que había visto, quizá –solo quizá–, estaba guardando para el momento perfecto para encararme.

—Somos vecinos Tae —intenté defenderme pero al parecer no servía de nada. Mi hermano estaba más que convencido de que quizá YoonGi y yo teníamos algo más allá que una simple cordialidad de vecinos.

—Dime tú... ¿Los vecinos se acercan y se tocan?

Mis piernas flaquearon en ese momento. No podía procesar nada. Poco a poco Tae comenzó a acorralarme hacia otro extremo de la habitación. Sabía bien qué yo estaba temblando de miedo.

—Dime tú... ¿Es común que los vecinos te regalan lencerías, vibradores y consoladores? —gruñó —¡Joder tienes 18 años!

La fuerte opresión en el pecho, la inquietud, el miedo, el ambiente sofocante y mi hermano malhumorado y furioso frente a mí aumentaron más mis ganas de vomitar en cualquier instante lo podría sentirlo cerca.

Él quería respuestas, ya no podía hacer o decir nada, eso solo empeoraría las cosas. Entonces sí él quiere explicaciones, yo sé las tendría que dar sin rechistar, sin importar qué.



Decidí dividir el capítulo por qué quedaría bastante extenso y creo yo que bastante confuso. Esperen la otra parte muy pronto.

Por favor tomen precauciones y cuidense mucho y manténganse en casa. Lamento muchísimo el actualizar muy tarde, pero las tareas y el resto me quitan mucho tiempo :( me estoy volviendo loca.

Bueno, hasta aquí mi reporte. Cualquier error notifiquenmelo. 💚

𝓓𝓪𝓭𝓭𝔂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora