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Sus ojos se alteraron otra vez, sin embargo, no me miraron fijamente, solamente se enfocó en mis piernas. Mis mejillas se tiñeron de rosado, cada segundo que pasaba, el ambiente se hacía más sofocante. Me mordí el labio ante el nerviosismo y él, pasó la punta de su lengua por sus labios antes de acercarse a mí a pasos lentos y sigilosos, así como sí estuviera evitando ser escuchado.

—¿No te lo pondrás entonces?—preguntó con voz suave, pero a la vez desafiante. Con el ceño fruncido, las manos empuñadas pero con los nudillos relajados y una pícara sonrisa reflejado entre sus labios, se detuvo a un costado mío. —¿O... Prefieres que lo haga por tí?

—No. No no, aléjate de mí... Por favor.

El pánico se apoderó de mí. Mi corazón parecía querer salirse en cualquier momento de lugar, quería llorar también, tenía mucho miedo, lo desconocía completamente...pero esperen un segundo..

—¿Dónde mierda está Taehyung?

Él rió en respuesta.

—Ya te lo he dicho. No trates de arruinar el momento.

—No estás siendo claro—me levanté de la cama dispuesta a enfrentarlo y sí la suerte me acompañaba podía salir huyendo en busca de mi hermano.

—Se ha dormido así como tú lo hiciste después de comer, listo —dijo al fin.

Esperen un momento... Jin lucía relajado, pero a la vez su rostro lucía siniestra. Algo no estaba bien...

—Tú...tú... u-usaste somníferos—sobresalté. Al momento qué lo hice, dispuesta a salir corriendo y pedir ayuda. —¡¿Drogaste a mi hermano!

Jin había pedido la cabeza, se estaba comportando como un enfermo. Sin embargo, él fue más rápido y me acorraló en la fría pared, chillé de miedo y traté de relajar mí respiración.

Guiño su ojo y sonrió maliciosamente.

—Será nuestro pequeño secreto — juntó nuestras frentes y nuestros labios se encontraban a escasos centímetros para ser tocados...

Antes de cualquier cosa. Unió su boca con la mía en un beso. Gimoteé intencionalmente dándole el acceso a su lengua explorar la mía lleno de lujuria, sentí las manos ajenas reposarse en mi cintura y poco poco avanzando a mi vientre. Mi piel se tensó y mis rodillas flaquearon, su aroma se hizo más potente en mis fosas nasales y su cuerpo se acercó al mío, pero mis manos se colocaron en su pecho e hice fricción para después empujarlo con mis pocas fuerzas alejándolo de mi persona.

—No quiero esto Jin.

Negó con la cabeza y sonrió sin mostrar su dentadura. Y luego cruzó los brazos mirándome con aquellos preciosos ojos pulcros.

—¿Quieres que lo hagamos en la cama?

—No. No lo haremos en ninguna parte—Espeté en voz alta con un poco de enojo en mis palabras—. Apretó su mandíbula, al igual que las palmas de la mano, gruñó y estaba apunto de acercarme a mí por nueva cuenta —No des ni un paso más. Sí lo haces, te juro que les diré a todos que abusaste y drogaste a mí hermano para salirte con la tuya —lo amenacé, pero al parecer le causó gracia.

—¿Ah sí? —me miró con el entrecejo fruncido y de sus labios salió una risita macabra. —Yo le podría decir a todos que te acuestas con alguien mayor que tú... Pero eso no es el caso. La verdad yo no juego ese tipo de papeles.

—Eres un imbécil.

—¿Ahora lo soy?. Recuerdo en un pasado, que era el protagonista de tus sueños húmedos y sucios pensamientos.

𝓓𝓪𝓭𝓭𝔂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora