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Ho-kwan hará una fiesta éste viernes.

Invitó a casi todo el instituto a través de redes sociales y de ahí se empezó a compartir para que más personas podrían unirse.

Me llamaba la atención, la idea de poder ir a divertirme un rato. Le he dicho a Jimin que teníamos que ir a como de lugar. Es mi último año, en tan solo tres meses se termina el curso  y cada quién se irá a diferentes lugares para poder graduarse. Jimin dijo que lo iba a pensar...

Iba caminando con dirrección a la salida del plantel, YoonGi me envió un mensaje que quería que lo viera allí –en dónde siempre– pues como ya un mes sí no es hasta más, ha estado viniendo por mí, para dejarme en casa. Es agradable, demasiado agradable. Pues poco a poco hemos hablado de cosas diferentes algunas de un tema ameno y otros... que al decir verdad... Son un poco más intensas, que es mejor no decir...

—Oh... no...

Sobresalté al ver a mi hermano recargado en el auto con los brazos cruzados, su mirada estaba fija en un punto que para ser sinceros no podía ubicar. Calé aire antes de poder dar cualquier paso.

Por mí mente pasó la idea de poder de irme lejos de allí y evitar que me viera, pero fue inútil. Él ya me había visto. Entonces no tuve opción más que ir a dónde él.

—¿Que haces aquí? —tomé la iniciativa de preguntar.

—Vine por tí, ¿acaso no es obvio?

—Pues... Dejaste de hacerlo... pensé qué ya no...

—Vendría por tí —finalizó mi frase y yo asentí —bueno, finalmente he podido salir temprano de la escuela así qué vine a recogerte.

Sonrío ampliamente, lo pide ver y me causó nervios y no me explico por qué.

Al momento que quería decirle algo, él ya había abierto la puerta del copiloto para qué pudiera sentarme.

Al final de cuentas, me coloqué el cinturón de seguridad y él también lo hizo. Pasaron solo unos segundos para que él pudiese arrancar e ir conduciendo con tranquilidad hacía la casa.

A través del retrovisor pude ver  qué a un lado de la calle estaba estacionado el lujoso deportivo de YoonGi. Quise mandarle un mensaje pidiendo disculpas por hacerlo esperar pero no contaba que mi hermano viniera por mí...

***

Cuando llegamos a casa. Taehyung abrió la puerta y se dirigió a la cocina.
Mientras que yo pretendía ir a mi habitación, pero llegó Yeontan a saludarme, meneando su colita de lado a lado y con su lengüita afuera, corrí a darle mimos al pequeño can. Estaba realmente feliz.

—Tengo que irme.

—¿A dónde?

—Namjoon y yo tenemos cosas que hacer...

—¿De acuerdo?

—Llámame si necesitas algo —dijo mi hermano, yendo hacía la puerta principal, y sin más se fue.

Pensaba quedarme en casa, y no hacer nada. A decir verdad me sentía un poco cansada. Estaba bostezando. Tenía sueño.

Decidida, me iba a ir a mi habitación para descansar.

Me detuve frente las escaleras cuandi un chillido agudo proveniente de Tannie llamó mi atención. Giré la mirada hacia mi mascota y lo ví poniendo sus papitas en la puerta, como señal que quería salir a entretenerse un poco. Torcí los labios ante se sonreír un poquito.

—¿Quieres jugar allá afuera? —pregunté con una voz chillona, esas típicas voces cuando alguien habla con bebés o perritos.

Yeontan dió varias vueltas saltarín, meneando su colita de lado a lado y sacando su lengüita. Diciéndome que en efecto quería jugar.

De un mueble, tomé un juguete chillón, básicamente una pelotita de huele morada que transmite un chillido cuando es mordido en el centro. Su juguete favorito de Tannie.

Salimos al pequeño jardín trasero, me senté en una silla que mi mamá solía usar para tomar el sol y lancé la pelota a lo lejos, para que él fuera por ella y devolverme la.

—Ve por ella Tannie—dije, al momento de aventar la pelota detrás de unos arbustos.

No tardó mucho en volver.

—Buen chico —acaricié su suave pelaje.

Y nuevamente aventé la pelota. Pensé que volvería en menos de tres segundos, pero no resultó ser así, en cambio escuché sus pequeños ladridos detrás de los arbustos, al parecer había visto algo. Camine un poco curiosa hacía los arbustos.

Mis labios se curvearon con diversión al ver tal escena graciosa ante mis ojos.

Yeontan ladrandole a YoonGi y mordiendo su zapato. Mientras que Yoongi con cuidado tratando de no lastimar a Tannie, sacudía su pie para ser libre de él.

Saltaba pequeños gruñidos y maldiciones hacía Tannie. No pude evitar reírme.

—Suéltame... Deja de morderme lindo perrito...

Dios, que escena más adorable y divertida a la vez.

—Eyyy, Tannie no hagas eso —reproché e inmediatamente Yeontan me hizo caso. Corrió a dónde estaba y había llamado la atención de Yoongi.

—¿Que es tan gracioso? —me preguntó sarcástico y un poco molesto.

—Perdón, es s-solo qué.... —quería reírme, pero me contuve—te veías muy gracioso tratando de liberarte de mi perrito.

—No le veo la gracia.

—Yo sí, perdón.

Él no dijo nada, solo se limito a sonreír siniestramente y verme con el ceño levemente fruncido.

Y yo al verlo así, pensé que era mejor callarme, su rostro frío me provoca que la piel se erice y estremecerse por completo. Fruncí los labios y miré hacía abajo, presentándole atención a mi pies, y comencé involuntariamente a jugar con mis pulgares...

—¿E-estas espiandome?

—No. Está vez no.

—...

Tragué saliva. Y alcé un poco la mirada, topandome con sus manos. Y una de ellas sostenía una pequeña taza blanca.

—Vine por un poco de azúcar, ¿Tendrás?

“Un hombre viniendo por azúcar, que buen pretexto para venir —pensé”

—S-sí. —extendí la mano para tomar su taza. —¿Quieres acompañarme?

—¿No hay nadie?

—No. Mi hermano no está y...

—Vayamos entonces.

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𝓓𝓪𝓭𝓭𝔂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora