E P Í L O G O

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La cálida brisa de la tardé, indicó a JungKook qué sería un día tranquilo, no tanto para el.

Jeon JungKook, el nuevo comandante a cargo del campo militar dónde estaba su padre al mando como líder, por sí algo le llegase a pasar JungKook tendría su puesto y claro está igual el de líder.

¿Dónde estaba el JungKook débil?

El JungKook irresponsable, qué sólo pensaba en si mismo, él que cometió errores hace años, él que solo se lamentaba la perdida de su hija y su omega. Ya no existía.

Sus manos raposas y con callos adornaban sus manos, sus mandíbula era más filosa y marcada que lo hacía resaltar, el lunar qué adornaba en su clavícula era excitante para los omegas solteros, su torso bien marcado al igual que sus brazos y piernas gracias a los años que tuvo un duro entrenamiento para estar en este puesto, era un honor para y por su puesto para su padre.

Hoy un día como cualquiera, tendría que seguir entrenando a los jóvenes soldados que no tenían mucho tiempo de haber entrado.

JungKook, era el comandante que nadie quisiera tener, pero tenía que entrenar bien a los nuevos por su futura manada.

El segundo comandante Kim NamJoon, era la mano derecha de Jeon, gracias a su padre que los aceptó en la milicia. No solo a él, si no a el alfa Kim TaeHyung igual.

Los comandantes se acercaron a donde JaeBum esperaba con los nuevos, para darle una buena bienvenida.

-Buenas tardes, a todos ustedes nuevos soldados, mi nombre, es Jeon JaeBum como sabrán, el alfa líder de Seúl y al mando de el cuerpo militar -las expresiones de JaeBum, eran neutrales-. Mi hijo, estará a cargo de ustedes. No quiero maricones que se quejen de todo, o estarán fuera de aquí.

El aura oscura que transmitían los tres, era tenebrosa que los nuevos se sentían intimidados ante aquellos grandes alfas.

-Jeon JungKook, -el azabache dice dando un paso al frente y con una sonrisa cínica-. Su nueva pesadilla, me encargaré de entrenarlos bien con el comandante Kim NamJoon y Kim TaeHyung, ya oyeron a lo que su líder pidió. Estarán a mi cargo, distrutare mucho esto, ¿Quedó claro?

-¡Si señor! -se escucho la voz de todos los nuevos resonó, y el azabache sonrió.

-Comienzen con docientas lagartijas, treinta planchas, -NamJoon dice socarrón viendo cómo los nuevos ponían cara de pánico-. Ciento cincuenta abdominales, y cincuenta vueltas a toda la cancha.

-Ahora -ordeno Jeon con voz de mando.

-Señor si señor.

JungKook maldijo en lo bajó, otra vez a entrenar a jóvenes hormonales e irrespetuosos, pero como siempre terminaban temiendo de él, recordaba que su padre alguna vez le pidió qué no fuera muy estricto con los nuevos, siempre terminaba casi matando a la mitad de los nuevos.

Qué importa, mejor así. Salían mejor que nunca.

Hace cuatro años qué JungKook esta sólo, hace cuatro años qué tuvo que aceptar que JiMin era un bonito ángel cuidando de el como su hija, decidió gracias a sus padres seguir adelante, por el amor qué le tenía a su omega.

Desde ese momento, juro qué no volvería a sentir nada por algún otro omega su corazón le pertenecen a sus dos ángeles y siempre será así.

A sus 24 años, se volvió un lobo solitario.

-Jeon, ¿Qué harás ahorita? - preguntó el alfa TaeHyung.

-No se TaeHyung, iré al parque a despejar mi mente un rato.

Best Of Me【국민 ¦ KookMin】 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora