Jeon JungKook, el hijo único del alfa líder de Seúl; Jeon JaeBum. JungKook, cabello castaño, cara afilada, de carácter frío y poco social. No estaba interesado en tener una relación formal a su corta edad, pues tenía prioridad por ser el futuro líde...
—¿JiMin? —mire en mis piernas, viendo a un JiMin dormido.
Con sus cabellos cubriendo sus ojitos y su respiración tranquila y ronroneaba, era lindo.
—Alfa~ —murmuraba entre sus sueños.
—Ni en sueños me deja de pensar — sonreí por tal comentario de JiMin, acomode mejor su cabecita en el sofá, y apagué la televisión.
No había nada bueno, mejor cargué a JiMin para llevarlo a su cuarto para que durmiera más cómodo, lo acomode y sentí una mano que me tomo de la muñeca antes de irme al cuarto de NamJoon.
—Quédate, ¿sí? —se sentó estilo indio en la cama y me hacia puchero junto con sus ojitos de cachorro.
—Quería dejarte dormir tranquilo bebé, pero si eso quieres —me quite los zapatos y me acomode en la cama con mi omega.
—JungKookie, te quiero —el rubio puso una mano en mi pecho.
—Yo más Dooly —me acerque para besar sus esponjosos y dulces labios.
El besarlos era el cielo, tocarlos y saborearlos, era un pecado esos exquisitos labios, mi única tentación.
—Gukkie~ — jadeaba JiMin en medio del beso, colocándose encima mí.
Poniendo mis manos, en su suave y cremosa piel, en su cadera. Olvidando todo el exterior, acariciaba cada parte de él, como si fuera un cristal y lo vaya a romper, sus feromonas me atraían, y las ganas de hacerlo mío, no me faltaban.
—JiMin, espera — puse mis manos en sus hombros. Agradecia en estos momentos tener autocontrol—. No estás seguro de lo que estas haciendo bebé, son efectos del celo.
—Alfa~ —JiMin restregaba sus redondas y grandes nalgas, en mi—. Por favor, hágame suyo..
—Ji-JiMin ah.
A la mierda el autocontrol, si un omega rubio, llamado JiMin restregaba su trasero haciendo que mi notable erección tocara encima de su ropa interior su deliciosa entrada.
[Puta que ofertón..]
—Esta bien, no digas que te lo advertí.
Cambiamos de posición, el rubio estaba debajo de mí, con sus regordetas mejillas rojas de la vergüenza soltando unos pequeños jadeos, que ya me tenía completamente excitado y con una erección que ni el agua helada podría bajar, comencé con besos desde su vientre, en todo su pecho, hasta llegar a sus dulces y suaves labios. Dandole un beso más profundo, provocaba un sentimiento que ni yo lo podía explicar, no necesitábamos hablar par decirnos cuantos nos amabamos en estos momentos, con ese beso nos decíamos todo.
—Gu-Gukkie~ —JiMin gemía mi nombre, mientras yo saboreaba todo su hermoso cuerpo.
Quitaba la ropa que en ese momento nos estorbaba, JiMin abrió los ojos con un color durazno adornados en sus mejillas, apenas se había dado cuenta que estaba completamente desnudo, tomando una almohada pues se quería cubrir.
—No te tapes bebé —dije mientras pasaba mi mano por todo su cuerpo, y escuchaba los jadeos de JiMin ante mi toque —. Quiero verte amor —al escuchar eso, se puso un poco nervioso relajándose un poco más.
Admiraba cada pequeña porción del más bajito, simplemente era muy hermoso ante mis ojos, lo más hermoso que allá visto.
—N-no es justo, —hablo algo nervioso —. Y-no no tengo ropa, alfa si tiene ropa — hizo un puchero.
Entendí lo que quería y empecé a quitarme la ropa, desde mi camisa hasta el estorboso pantalón, al quitar la última prenda JiMin me miraba impaciente y se mordía el labio inferior asombrado después de quitarme la prenda.
—¿Te gusta cariño? —pregunte coqueto, el omega solo asintio con la cabeza.
Tome su pene y lo metí en en mi boca.
—¡JungKook! —el menor se escurvo, mientras me tomaba del cabello.
Bajaba y subía rapidamente haciendo el oral, viendo la carita de JiMin roja con sus ojos cerrados, era tan caliente verlo así. Cada vez iba rápido y mis mejillas se ahuecaban, sentía el sabor al liquido preseminal en mi paladar.
Me detuve haciendo un "Pop" al sacar su pene de mi boca. Y escuche un gruñido departe de JiMin.
—Gu-Gukkie, ¿po-porqué te? ... Ah~
No deje que el omega terminará la frase terminara la frase cuando lo tome de las caderas y lo puse boca abajo alzando su cadera dejando ver su rosada entrada, sus entrada chorreaba demasiado lubricante y sus piernas de igual manera bajaba el líquido, coloque la punta de mí pene en su entrada, metiendo el glande poco a poco.
—Muy bien cariño, ya estas preparado para mí —acariciaba sus caderas, diciendo con voz ronca.
El menor al sentir el glande entrar, y las paredes anales de JiMin abrazaron a la perfección el glande.
—Mgh, alfa —se agarro fuertemente de las sabanas, sollozando por el dolor de que provocaba mi erección entrando en él.
Eso que no había aun metido ni la mitad, se sentía tan bien sentirlo, esto era el cielo, las anales paredes apretaba mi miembro y metí todo de una embestida haciendo y me detuve para que el rubio acostumbrara, empezó a moverse en busca de más placer, y fue cuando comencé con las embestidas lentas, el sudor hacia que mi cabello se pegara a mi frente. Después de un rato las penetraciones fueron cada vez más fuertes y más profundas, sacaba todo mi falo y lo volvía a meter de una.
—Ah bebé, estás jodidamente exquisito, y tan apretado —confesé mientras masajeaba sus grandes duraznos era un vaivén de sensaciones y emociones.
El cuarto apestaba a las feromonas de JiMin, su aroma dulce a frutos rojos mezclandose con mi amargo aroma del chocolate, una combinación perfecta, el sonido obsceno de pieles chocando, los gemidos altos del rubio pidiendo más y mis roncos jadeos.
—Alfa ahí, —jadeo JiMin, le había dando en su punto dulce.
Y ese era mi objetivo, violar su punto dulce, provocarle placer y darle el mejor orgasmo de su vida. Sobre todo que nos estábamos haciendo uno. Se escuchaba a JiMin pidiendo más, con la respiración agitada.
—Mm, me encantas mi amor —le susurré en su oído haciendo que JiMin me mirara sonrojado.
—Gukkie, a-ah me vengo
Con mi mano comencé a masturbar la erección que tenía el rubio, para ambos pudiéramos tener el mejor orgasmo de nuestras vidas, y que JiMin pudiera también sentir más placer.
—Correte para mi bebé —bese su espalda.
Unos segundos después se liberó en mi mano y sus piernas flaquearon cayendo en la cama y recostandose aún con la cadera arriba, al sentir las paredes anales de JiMin apretar mi erección me acerque a su cuello ya que el omega mostraba desesperado aquella zona, se escucho el grito agudo de JiMin, ya lo habia marcado y el nudo se formó mientras sentía los chorros del líquido caliente salir, caí aún lado del Omega sin salir de él para no lastimarlo.
—Te amo Dooly — lo atraje más a mí, en un abrazo protector.
JiMin rió.
—Yo te amo más Gukkie.
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