4 - "Ladrón"

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**—— Narra Marina——**

— Piiiiiiii piiiiiiiii — gritó Bonifacio, no tengo idea de cómo ese loro se las arregla para comenzar a chillar todos los días a la misma hora; a las siete de la mañana.

— Ay Dios — Se quejó Nicholas y tomó un pedazo de pan dándoselo al loro — Mar ya levántate.

— No, tengo sueño — dije.

— Yo igual pero debemos ir al mercado, ya le di a Bonifacio el ultimo trozo de pan.

—Ve tú — le dije.

—Además pasemos por el puerto a ver cómo está nuestro galeón, si es bueno su estado podemos buscar reclutas.

— ¡Ohh cierto!, pero... ¿nuestro galeón? ¡Es mi galeón! Búscate el tuyo.

—Ehmm pero somos hermanos, supongo que debemos compartirlo porque era de papá.

Ay no puedo creer que este chiquillo no sepa que es adoptado, ¿no recordará su infancia? Ciertamente cuando mi padre lo encontró estaba desmayado y no recordaba nada, mi papá lo nombró y le dijo que él era su padre, obvio que Revolver estaba muy feliz de tener un hijo varón.

—¿A ver eres consciente de que no somos hermanos de verdad?

—¿A que te refieres Mar?

No puedo creerlo, el aún no lo sabe y ya tiene 18, creo que llegó la hora.

—Bacalao, debemos hablar serio.

—¿Por que?

—Nicholas, eres adoptado.

— Pffff jajaja uy si cómo si esas cosas pasaran.

— P-Pero es cierto.

—Marinita se que quieres todo el galeón para ti, pero hubieras inventado algo más original para quitármelo, eres muy egoísta.

Mhhh pues esa reacción nunca me la esperé, se lo tomó como una broma.

Bueno al final fuimos al mercado y compramos varios alimentos pero de camino a casa...

—¡Ahhh ladrón! — grité al ver un chiquillo que me arrebató mi bolsa y salió corriendo.

—Perfecto — sarcasmo de Nicholas— ya Mar no importa, solo era pan.

—¿¡Que no importa!?Bacalao cobarde yo misma lo buscaré — salí corriendo detrás del muchacho.

—¡No espera Marina te puedes lastimar! Aghhhhh testaruda — Nicholas me siguió.

Después de una larga carrera el ladrón se agotó y se detuvo.

—Devuélveme mi bolsa o te vas a arrepentir — lo amenacé.

El muchacho sacó un cuchillo.

—¡Ahh paren no se maten! — gritó Nicholas cuando por fin llegó.

El ladrón saltó increíblemente alto trepándose en un muro, cortó una soga que tenía un balde que casi golpea mi cabeza, pero lo esquivé, Nicholas no corrió la misma suerte y el balde le pegó dejándolo en el suelo.

—Ahh deja que te atrape — Grité y subí por la soga siguiendo al ladrón, corrí persiguiéndolo de tejado en tejado.

Un pie del chico se atoró en un agujero del techo de una casa y no pudo sacarlo, lo alcancé y le quité mi bolsa, pensé en irme pero no soporté quedarme viendo como el muchacho gritaba de dolor, lo ayudé a sacar su pierna.

—Oye, ¿estás bien? — pregunté algo preocupada al ver que se había encajado una cabilla  en el pie y sangraba.

—Ohh si estoy perfecto — me dijo con un tono sarcástico mientras jadeaba de dolor.

Cosas Del Mar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora