7 - "Intrusa"

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**-Narra Marina-**

- ¡Piiiiiiiiiiii paaaaaan piiii! - chillaba el loro.

- ¡Steven te toca darle el pan al loro!- grité desde mi cama.

- ¿Pero por qué si yo se lo di ayer? - respondió Steven abriendo la puerta del cuarto.

-Nada de peros, te estamos ofreciendo nuestra casa así que obedece si no quieres que te expulsemos - dije.

-- Aghhh abusadora - se quejó el chico dirigiéndose a la cocina a por el pan.

-Paaaaaaaaaaaaaan piiii memueeeeeero paaaaan

- ¡Cállate maldito loro! - grité bajándome de la litera.

Nicholas me tiró una almohada - Cállate tú que con un loro gritando ya me es suficiente.
Le pegué con la almohada en la cara -Mhh bueno ya levántate.

- Si, ya voy.

Steven entró a la habitación y le dió un trozo de pan a Bonifacio.

-- Hey chicos levanten los ánimos que hoy iremos a ver al Ocaso, para saber si está en buen estado para zarpar, al fin y al cabo Niall se ocupará de la tripulación gracias a Erick jeje - comencé a saltar por todos lados.

Steven me siguió la corriente saltando, nos tomamos de las manos y comenzamos a dar vueltas entre brincos cantando algo estupido: ¡Viajaremos en el Ocaso, viajaremos en el Ocaso, nada nos detendrá el paso y viajaremos en el Ocaso!

- ¿Que demonios? ¿Acaso están ebrios? - dijo Nicholas entre carcajadas.

Tomé al pelinegro de la mano y lo uní a la extraña danza.

- Jaja vamos a invocar un demonio si seguimos así - dijo Steven deteniéndose.

Todos nos detuvimos y reímos como idiotas durante unos 5 minutos.
Y el momento fue increíble hasta que Bonifacio empezó con su sermón : Piiiiiii Jajaaaaa jajaaaaiiipiiiiiii piii.

Pinche pájaro por que diablos no me lo he comido.

-- 30 min después --

- ¡Vamos! - dije en la entrada del puerto con Bonifacio en mi hombro, si, decidí traerme al pobre loro que no había salido en años con la esperanza que se escapara volando y no lo volviera a ver -¡No sean lentos ya vamos a entrar!

-- Por lo que veo estás muy emocionada - dijo Nicholas mientras caminábamos por los tablones de madera que flotan en el agua formando un camino, a un lado de este están todas las embarcaciones.

- Claro que estoy emocionada, por fin veré mi galeón - dije y Nicholas sonrió.

-Con permiso señor, ¿usted sabe dónde está ubicado el galeón Ocaso? - le preguntó Nicholas a uno de los guardias del puerto.

- No pueden pasar civiles - respondió el guardia.

Saqué los papeles que hacen del galeón mi propiedad y el guardia los revisó.
-Oh el Ocaso lo encontrará al final de este camino. - el guardia nos señaló un camino de tablones flotantes a la derecha, este lugar parece un laberinto.

-Muchas gracias - Dijo Nicholas y seguimos nuestro camino.

-Oigan ¿se imaginan cómo es ese galeón? - Le pregunté a Steven.

-Supongo que muy grande ya que es legendario - me respondió -Espera creo que es ese.

Wow
Wow
WOW

-- ¡Por las barbas de mi padre! ¡Que cosa tan gloriosa! - grité maravillada al ver el galeón.

Los chicos se quedaron boquiabiertos y sin palabras.

Ese galeón es hermoso,
o sea DI-VI-NO

Nunca había visto algo tan grande y majestuoso en mi vida, las velas eran enormes, la madera se veía resistente y brillante y tenía una bandera pirata, de las típicas banderas negras con una calavera.

No dudé en salir corriendo hasta el galeón e intenté subirme pero un guardia me detuvo:
-Señorita, este galeón tiene propietario, hágame el favor de largarse.

A lo qué yo respondí sacando nuevamente el documento que me hacia propietaria del barco:
-Señorito, este galeón es de mi propiedad, hágame el favor de apartarse.

- Apárteseee apárteseee - me imitó Bonifacio, y por primera vez no lo callé.

El señor se apartó avergonzado y subí con los chicos al galeón por la escalera.

-Esto es la gloria - dije.

- Esto es la libertad eterna - dijo Steven.

- Esto es un barco sucio - dijo Nicholas matándonos la inspiración.

-- Bueno, es cierto que tiene algo de polvo, pero eso se puede arreglar con una limpieza - dije motivada.

-- Si, pero primero vamos a revisarlo bien - dijo Nicholas.

Nos adentramos y cada uno tomó por un camino diferente ; Steven subió al centro donde está el mirador. Nicholas entró al camarote y yo subí a la parte delantera donde está el timón.

-Oh dios, quien diría que algún día iba a manejar un galeón - dije acariciando el gran timón - ¡achísss!Esto está lleno de polvo ugh - estornudé.

Bonifacio salió volando hasta la punta del galeón.

- ¡Ahhhhhhh! - sentimos el grito de Nicholas al unísono del de una mujer y todos corrimos a ver que pasaba.

-¿Que sucede? - dije al llegar.

Nicholas estaba tirado en el suelo con una caja en la cabeza y había una chiquilla con un mono en el hombro trepada en un armario.

¿Que demonios?
¡Una intrusa!

Holitaaaaaa
Muajjajajaj nos vemos en el próximo capítulo <3

Frase del día: "Madurar es cansarse de la gente complicada."

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Cosas Del Mar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora