Cosas Del Mar ©

14 - "Pulsos"

**-Narra Marina-**

¿Bonifacio se murió?...
Perfecto.
Hace falta que no aparezca otra vez, ese pajarraco no hacía más que molestar, y sabe demasiadas cosas.

- ¡Tú! - se dirigió Nicholas hacia mi - tú dejaste que se comieran a Bonifacio, tú, malita Marina, Bonifacio Filipino era joven.

- ¿Bonifacio Filipino? Jajaja, seguramente le hice un favor a esa pobre ave, con ese nombre cualquiera se mataría - dijo Sussan a carcajadas.

Si, el apellido de Bonifacio es Filipino, Bonifacio Filipino, porque mi papá lo trajo de las Filipinas.

- A ver bacalao cálmate, si quieres te compro otro pajarito - dije intentando calmarlo.

- No quiero otro, Bonifacio ha estado con nosotros por muchos años, a veces me desahogaba con él - sermoneó Nicholas.

- Si, y al desahogarte el pajarraco empezaba a repetirlo y la isla entera se enteraba de tu problema - dije.

- Ah si, pero ese no es el punto, el punto es que eres una mala persona por dejar que se muera, ¿y cómo demonios Bonifacio llegó al agua? ¿Y por qué Sussan está llena de caca de ave? - preguntó Nicholas, entonces Sussan sonrió de oreja a oreja y se mandó a correr a quién sabe dónde.

- ¡Desgraciada!- gritó Nicholas y la persiguió.

La verdad dudo que se maten así que yo seguiré viendo el barco.

- Uh Uh Ah Ah - se dirigió hacia mi el mono de Sussan.

- Hola monito - lo saludé - espero que no seas igual que Bonifacio.

- Uhhh uhhhh - empezó a saltar el pequeño chimpancé.

- Jeje, al menos tú te ves tierno - le dije y él sonrió.

Me agaché enfrente del mono.
- ¿Y te gusta el mar? - dije mientras le acariciaba la cabeza. Soy una completa estúpida, ¿cómo me va a entender?

- Uh Ah Ah Ah - respondió el mono correspondiendo mis caricias.

Me levanté y decidí subir al mirador.

- Hola - me saludó Steven que se encontraba en el mirador viendo a través de un telescopio.

- Hola - respondí - ¿funciona esa cosa? - señalé el telescopio.

- Si, y está genial, mira - me lo dió.

Miré por el telescopio y wow, todo se ve perfectamente, empecé a mirar la bandada de delfines que perseguía al galeón, de lejos se veía nuestra isla, cada vez se hacía mas pequeña, nos estamos adentrando al Mar Caribe.
Bajé la vista y vi al grupo de tripulantes que jugaban a los pulsos.

- ¡Oh! Yo quiero intentarlo - le devolví el telescopio a Steven y me deslicé por una soga hasta llegar abajo.

- ¡Buenas marineros! - saludé enérgicamente.

- Buenas capitana - respondieron a coro.

- ¿Puedo unirme?

- Pero capitana, no queremos abusar de una mujer - respondió uno.

- ¿Abusar? Pff, no soy una debilucha, vamos ¿quién se atreve a enfrentarme a mi en los pulsos? - dije y me senté en un cajón y puse mi mano en el barril.
Todos retrocedieron nerviosos, seguro que me temen por ser la capitana.

- Vamos chicos, quiero relacionarme con mis tripulantes, no sean aburridos - dije - ¿o acaso le temen a su capitana?

- Esta bien capitana, yo lo haré - un hombre robusto se ofreció y se sentó frente a mí tomando mi mano.