5. Ukelele 5/5

304 26 9
                                    

Otra semana en el centro de detención privado. Por si se preguntan, mamá me sigue queriendo aunque para el hijo, debería estar en una fosa.

Los hijos Markhez-Villamil están divididos. Se enteraron y ahora Amancay está del lado de Leonardo quienes creen que debería tener una actitud diferente y Nehuen está de mi lado. Dice que no soy egoísta, que tengo un proceso de sanacion y asimilación y que estoy en todo mi derecho.

Para ellos... fácil.- me seña.— salen, van a la escuela, amigos. Vos, acá en casa, todo el día, semana... mes.- me seña apenado de mi suerte.

—Gracias por tu paciencia enano.- vi cómo achinó los ojos y me causó gracia.— lo dije muy alto, no?.-

Nehuen asiente.

— Entonces me vas a ayudar a afinar estas cuerdas.- me levanto y vamos abajo.

En el living no había nadie por suerte. Papá me dejó a mano su equipo afinador y el medidor de volumen, es lo único que puedo hacer así que...

— Bien. Huen, ponete a un brazo de distancia del micrófono.- el hace como le digo. Le entrego uno de mis libros, porque aparentemente ahora leo para pasar el tiempo, y le pido .— comenza a leer en susurro.-

Y así me iba ayudando, el hablaba y yo miraba lo que señalaba el medidor. Yo repetía y trataba de recordar cuánto vibraban mis cuerdas. A Nehuen le resultó interesante y divertido, tengo suerte de que sea un raro como yo.

Un movimiento entra en mi campo visual. Era la puerta y los idiota en potencia entraban por ella. Decidí ignorarlos, soy sorda, así que puedo hacerme la que está concentrada. En realidad me duele que mi hermano piense así de mi. Y me enoja que una jarra de porcelana tenga más empatía que ese troglodita.

Este tipo de vocabulario los saco de una madre estudiada y de un padre artista.

Nehuen sigue con lo nuestro, pero sabía de los dos idiotas. Y cómo lo se? Su cara había cambiado. Le seño que no les de importancia, y me concentro en los indicadores.

De pronto veo en las luces que suben y bajan como locas, eso sólo pasa si hay sonidos fuertes... como gritos. Me doy vuelta y efectivamente, Nehuen y Leonardo estaban peleando.

El mayor ya estaba muy cerca del menor, Leonel trataba de sacarlo de encima, que no se acerque, pero el montón de esteroides no hacía caso. Nehuen no se hacía atrás ni por un momento. Le reclamaba cosas que no podía leer, porque iba muy rápido.

Salgo corriendo en su rescate y me pongo en el medio mirando a Leonardo.

— Dejalo en paz Leonardo, que te pasa?!.-

Es un pendejo irrespetuoso.- me lo dijo en dos señas, pero les interpreto para ustedes, porque moduló otra cosa con la boca.

Nehuen aprieta mi brazo llamando mi atención.— L e o n e l dijo que quería contar de la chica anoche, pero vos acá. L e o n a r d o decir "no importa, no escucha, hace como que no está."-

Auch.

Yo simplemente respiro. Respiro muy profundo y suelto el aire. Terrible hermano eh?

Nehuen estaba apenado de tener que contarme eso.

— Huen, anda a tu habitación, no estés con este idiota. Hablan de cosas que dudo tengas ganas de escuchar.-

Pero ~Nara~- me mira triste. El sabe que estoy dolida.

— Después seguimos con lo del volumen.- le sonrío con mis ojos húmedos y cristalinos.

El enano sube, no sin antes matar a nuestro hermano con la mirada.

SORDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora