51. Videomontaje y algo más.

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El resto de la noche no fue nada del otro mundo.

Leonardo con Leo y con Marcos, vigilando a Lucas que se hacía el desentendido de toda la situación, Emiliano codeando constantemente a mi novio y haciendo bromas.

Mis abuelos bailando... temo por sus caderas.

Mis hermanos me sacaron a bailar. Me decían las canciones que pasaban y me hacían bailar.

Vi a mis papás bailar juntos y pegados. Me causa ternura la forma de mirar que tiene papá. Mamá deja una caricia en su mejilla y él cierra los ojos disfrutando de ello.

Lázaro también me sacó a bailar, fue muy divertido, pero más lindo fue verlo sacar a bailar a Leticia, se emocionó. Aparentemente nunca lo había hecho. También sacó a bailar a Amancay. Ese niño está muy suelto.

Las lágrimas llegaron con el video que armaron para mí.

Estaban todos, incluso Leonel y Marcos.

Todos deseando cosas lindas para mí. Había un recuadro con un intérprete en el extremo derecho, aunque claro que cuando estaban aquellos que sabían hablar en lengua de señas, desaparecía.

Un ejemplo son mis hermanos.

No lo digo nunca, porque todos saben que no soy el expresivo de la familia, pero desde que te conocí y vi esa sonrisa que provocaste en mi mamá Lila, supe que me iba a ser difícil separarme de vos. Y me enojaba perder a mi mamá, a la única familia que tenía, pero saber que iba a poder estar al lado de esa enana con rulos, hacía todo un poco mejor. Me ayudaste a superar todo ese trauma sin saberlo y me enseñaste a querer a esa mujer que hoy puedo llamar mamá. Porque era un nene tan dolido que me sentía tan perdido, que no veía más allá... y después te veía abrazarla y darle todo ese cariño, que pensé "Alguien tan pequeño no se puede confundir con un sentimiento tan intenso..." y si bien mamá si, la peleó y se supo meter en ese lastimado Leo, vos supiste enseñarme a quererla como se merece. Y me seguís enseñando aún ahora a ser un mejor hermano, un mejor hombre, y una mejor persona. Y te amo por todo eso."

Busque a Leonardo y lo encontré con la mirada y lo veía nervioso y avergonzado de haberse abierto de tal manera ante tanta gente.

Mi abuelo Hector tenía los ojos brillosos y refregaba su espalda, muy orgulloso de su querubín.

Me acerqué a él, abrió sus brazos y me senté sobre su regazo para darle el más sentido abrazo.

El video siguió y yo me quedé ahí.

Mis abuelos Mauricio y Encarna contaron sobre el día de mi nacimiento, haciendo que el salón entero suene su nariz y limpie su cara.

El día en que naciste, hija, ese día que nos llamó tu papá para decirnos que estaban todos camino al hospital, dejé la estufa encendida...- haciendo que todos rían.— por suerte no había hecho tiempo a poner nada, pero la factura del gas ese mes, llegó muy alta... nuestra emoción estaba por los techos, mientras íbamos, le preguntaba a tu abuela cómo serías... "Sólo quiero dos ojos, cuatro brazos, cuatro piernas y veinte dedos" me respondió. Recuerdo que le dije "muchos dedos para una sola mano".- nuevamente reímos— cuando vi salir a tu padre con ese semblante... yo... yo no se Nara... mi dolor era el de ver sufrir a mis hijos, porque amo a tu madre como si fuese una hija más, y la desgracia de saber que, que no tuviste tiempo en este mundo, no te habíamos conocido, no habíamos podido decirte lo mucho que te amábamos sin siquiera conocerte...- mi abuelo lloraba en el video y lloraba en la silla del otro lado de Leo.

Alcanzo su mano y la tomo. Él me sonríe y la besa.

Es inimaginable el sufrimiento de tu madre... no me atrevía a ponerme en su lugar. Pero en cuanto nos dimos cuenta de que tus padres no salían, supimos que algo sucedía. Tu abuela María, pobre mujer, estaba de los nervios, y es que ella si puede decir sobre ese miedo horrible, ella sólo quería ver a su hija y abrazarla... pero definitivamente algo pasaba. Mi corazón me lo decía, estaba ansiosa, y era tal, que pateaba mi tristeza. "Inara despertó... le harán estudios." Salió tu papá a decirnos y el pobre estaba tan en shock que no sabía cómo sentirse. Nuestro hilo de esperanza.- dice con una sonrisa mi abuela.— nuestra hermosa luchadora, desde el nacimiento, mi niña, y así has sido siempre, incluso en esta nueva prueba que te pone la vida. Estamos muy orgullosos de ti preciosa.-

SORDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora