11. Cómo...

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Entonces... siempre fui de esas personas transparentes, nunca escondí nada en mis dieciséis, casi diecisiete, años de vida. Y es de las cosas que más me gusta de mi.

— Supongo que no tengo problema.- le respondo nuevamente midiendo mi tono.

• Por qué te llevas la mano al cuello cuando hablas?.- le daba un poco de pena ser tan chusma, pero era entendible.

Me aclaro la garganta.— Es para medir mi tono cuando hablo. Viste que hay veces que se me va la mano y levanto mucho la voz?- el asiente con una mueca de lado— bueno, el otro dia... cuando discuti con Leo, estaba viendo diferentes tonos y comparándolo con las vibraciones que emite mi garganta. Si son muy fuertes, es porque estoy gritando o hablando fuerte.-

• Y qué tiene de malo?.-

— Gritar?.- asiente.— queee... que no quiero perturbar a nadie, me da vergüenza. Pero aún así no quiero perder mi voz, sigue siendo una herramienta de comunicación.-

• Nara...- me dice mientras mira la pantalla y estira su mano sobre la misma para jugar con la pulsera de mi muñeca. Suspira frustrado y niega con la cabeza.• no te tiene que dar vergüenza, es algo que no controlas, perdis...- No le gusta esa palabra para explicarse.• no pode...- tampoco le gustó esa.• no es tu culpa que te haya pasado lo que te pasó, y no es tu culpa que todo haya resultado de esta manera. A la mierda el que te vea mal por levantar la voz.-

Rezonga bastante molesto.— Bueno pero no te enojes.- me río, es un exagerado.

• No quiero que te sientas así... me parte el corazón, te conozco hace mucho y...- sonríe.• siempre me molestó verte triste... su orden...- me pareció raro eso dentro del discurso así que levanto mi mirada, era la moza.

Rápidamente me suelto de sus manos y hago espacio para que dejen la cantidad ridícula de cosas que pidió Leo.

— Vos te diste cuenta de todo lo que pediste?.- le pregunto.

Se encoge de hombros para demostrar desinterés al respecto.• Dijiste chocolate, pero se que también te gusta lo salado.-

Habían sándwiches tostados de jamón y queso, medialunas, quesos y una porción de una torta base de brownie, con dulce de leche, merengue italiano con arándanos y frutillas esparcidas en exceso.

Niego con la cabeza. Y entra de prepo en mi boca un sándwich.

Lo miro sorprendida por eso. Y me señala el teléfono de él.• Tenemos que sacar ese dolor de cabeza.-

— Cómo sabias?-

•Te friccionaste bastante la sien.- dice tomando su café.

— Sos muy odioso a veces...-

• Así te gusto.- me reí mucho de la estupida pantalla.

— Sos muy narciso a veces.-

• Así te sigo gustando.- me sonríe y se posa sobre la mesa para comer.

— Sabes que no.-

• Ya se, pero es divertido molestarte.-

— Con un hermano mayor me alcanza, muchas gracias.- le respondo comiendo ese sándwich, que si me permiten, estaba buenísimo.

• Soy el amigo de tu hermano mayor, o sea, soy peor.- tiene una sonrisa pícara.

Yo me río mientras miro eso, y levanto mi mirada para verlo a los ojos. Es lo que acostumbro cuando hablo con las personas. Ahora se me hace un poco más difícil.• Podemos mezclar...- dice agarrando un cubierto y pone el plato en medio. —~ Entrale.- modula para mi. Me hace reír cuando saca el barrio que lleva dentro.

SORDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora