59. Camada M-V.

203 15 8
                                    

No tuve que reaccionar así...- dice Leonel sentado en uno de los bancos de la cocina.

Por si se preguntan, pasaron dos semanas después de aquel estallido emocional de Leonel y ahora vino pura y específicamente para disculparse.

Es que... me acuerdo de ese día que estábamos por salir con tu hermano y te dije: "no te conformes Nara". Y es verdad, no te quedes, no te conformes, y si ni siquiera probas una clase en la facultad... no vas a saber, estoy seguro que tenes potencial como doctora, te imaginas todo lo que podes ayudar a la comunidad sorda desde esa posición? Tendrías más herramientas, en caso de que tu ideal sea ese, el de ayudar. Pero no necesariamente por ser sorda tenes que seguir una profesión como esa, la de enseñar lengua de señas...-

— Ya lo hablamos...- Tratando de evitar el tema, pero es obvio que Leonel va a insistir.

Y muy mal, y me disculpo por eso, pero de verdad... sí, va a ser difícil, y qué mierda importa?! Nada llega fácil en la vida, a vos sólo te va a costar un poco más, te estas amoldando a una vida que nunca llevaste y ahora... ahora estás decidiendo tu futuro y me gustaría que fuese algo que vos realmente quieras. No importa si no es medicina, que sea lo que se te antoje, incluso... andate a estudiar al exterior o con el imbecil de tu novio, pero me gustaría que tengas esa experiencia también.-

No le digas así, ni siquiera lo conoces como para...-

Inara, hasta los mellizos saben que es Lucas...- y ahí no vi más que llamarme al silencio.

Mis mejillas se tornaron rojas y mis manos comenzaron a jugar entre sí.

Leo saca algo de su mochila y lo deja en la mesada.

Folletos de cada una de las carreras que ofrece mi facultad. Y si no te gusta, podes buscar en otro lado...- se levanta y simplemente se va de casa.• Pensalo.- dejó dicho para que mi reloj lo perciba.

Y es cuando el bicho de la curiosidad me picó.

Me senté sobre la mesada y miré con pavor esos folletos mientras comía gajos de una mandarina.

Nuevamente, diferentes carreras Universitarias ofreciéndome un abanico de posibilidades.

Obstetricia... me detuve a ver ese folleto, era llamativo... pensé en que si soy pediatra u otorrinolaringóloga o fonoaudiologa, podría ayudar a niños con sordera temprana.

• Que haces amor?.- veo eso en mi reloj y levanto mi mirada para percibir movimientos a mi costado.

Mamá.

Estaba sacando una jarra de la heladera.

— Ah... yo...- se acerca a mí con su vaso se jugo y me mira. Mira mis manos y frunce su ceño para chismear.

— ~Obstetricia?.- dice intrigada, divertida.

Me encogí de hombros.— Sólo... sólo estaba leyendo esto que trajo Leo...- dije con un tono que estimo , era bajo, algo cohibida.

La veo buscar mi mirada hasta conectar con sus ojos cafés muy lindos.

Pasa algo hija?.- negué, a lo que ella asiente despacio y se me queda viendo, me analiza.— las inscripciones se acercan... ya sabes dónde te vas a anotar?.-

Negué otra vez.

— Creo que el profesorado es mi destino final, y después dar clases y ayudar a personas en mi misma situación.- junto el valor para verla a los ojos, pero eso no le alcanza a mamá.

Amor, sabes que podes hablar de cualquier cosa conmigo... pero si no queres, sólo te voy a decir una cosa. El ser sorda, no es un impedimento, lo sabes, hay intérpretes para las clases en las universidades, y si no, yo misma interpreto cada una de tus clases, no me cuesta nada...-

SORDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora