36. Mas verdes.

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***

Una vez nos calmamos, me saqué el short y quedé en maya de competición.

Flotaba en el agua mientras él me sostenía de la cintura y acariciaba mi mejilla. Cada tanto dejaba besos en mis labios y hacía que polillas vuelen en mi estómago.

— No me molesta entrenar así.- le digo mirando al techo.

Lo veo hablar y levanto mi reloj.

• Hoy tenemos suerte de que no hay nadie.- mirando mi pie.

— Me encantaron.- le digo y me mira. Me sonríe y me da vuelta sobre el agua para poder ver la pulsera de pie. Sentir su tacto en mi tobillo fue nuevo, me hizo cosquillas.

Me di cuenta de que nunca le agradecí, por lo que me incorporé y pasé mis manos a su cuello, colgándome de él, haciendo que me sostenga y mire para abajo con esa sonrisa tan tierna que tiene.

— ~Qué pasó?.- modula para mí y sentí sus vibraciones en su pecho que chocaba con el mío, sentí un calor instantáneo y mis mejillas se volvieron carmín.

— Que nunca te agradecí por mis regalos de cumpleaños.- besé su mentón y él negó divertido.

• Moría por ir a verte... quería llegar y abrazarte fuerte fuerte, así como ahora... pero pensé en lo que hablamos ese día después del bautismo y... me habías puesto esa mirada que juro no quiero verla nunca más.-

Mi ceño se frunció de intriga.

• Una mirada horrible que me dice que la cague a lo grande, es una mezcla de decepción y tristeza y enojo. Me partiste en dos mirándome así, y lo volviste a hacer después de la pileta, en el pasillo.- levantó mi mentón y lo miro fijo a esos ojos.— ~No me mires así.- modula negando con una cara de súplica que derritió mi corazón.

— Dame un beso y seguro lo pienso.- el sonríe y acata a mi pedido. Me besa tiernamente.

Tuvimos que salir de la pileta, ya se habían cumplido mis dos horas y si bien no hice nada, tengo que salir.

Cada uno fue a cambiarse y cuando salí, Lucas me esperaba en el pasillo.

• Que te parece si tomamos algo? Hace tiempo que no salimos...-

Asentí, no me importaba nada, después inventaría excusas.

Sonríe y extendió su mano para que la tome. Le sonreí y ni bien lo hice, entrelazó sus dedos con los míos.

Nos subimos al auto y fuimos a aquel lugar a donde salimos la primera vez.

Pedimos unos cafés y algo para acompañar.

Estábamos hablando muy amenamente hasta que veo de reojo alguien que se acercaba por detrás de él.

— Esto va a ser divertido.- le digo midiendo mi tono, suponiendo que es uno bajo.

Lucas me mira extrañado de mi dicho y yo sonrío maliciosamente escondiéndome atrás de mi taza.

Sus garras se pasean por su espalda y en cuanto Lucas ve quién le atosiga, le escupe el café en la cara.

Tuve que contener la risa. Lleve el dorso de mi mano a mi boca. Casi me ahogo.

El grito de Gema debió de haber sido fantástico.

— Ay, no! Gema! Tu blusa blanca!.- le digo falsamente y le paso una servilleta. Ella la agarra enojada y se la pasa por encima, esa blusa estaba perdida.

Lucas me miró desesperado y yo simplemente me encogí de hombros.

• Qué haces acá Lu? Y en especial... qué haces acá con la mudita?.-

SORDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora