"Severus.
Lamento infinitamente la insolente carta que recibiste en mi nombre. Salí de casa por unos días y James hurgó entre mi correo y le pareció sensato contestar de manera agresiva.
Me alegra que te gustara el libro, había olvidado que lo tenía hasta que mi padre me preguntó por él.
Empezaré cuanto antes el libro que me mandaste, a diferencia de James, me gusta la fantasía, en cuanto lo termine te mandaré mi opinión.
Aura
PD. Feliz navidad para ti también, con unos días de retraso."
Aura buscó a Orionem, su lechuza de color avellana, amarró la carta a una de sus patas y éste emprendió vuelo a casa de Severus. Cada miembro de la familia Potter tenía su propia lechuza, pero sólo la lechuza de Aura era exclusiva de ella, pues dicho animal no se dejaba tocar por alguien más que no fuera ella. Al principio picoteó a James en el brazo cuando éste intentó mandar una carta.
Orionem fue un obsequio de su abuelo Henry Potter, por lo que Aura guarda la lechuza como un tesoro. Fue lo último que recibió de él.
Aura regresó a su habitación, quería ir al jardín trasero para plantar un par de tulipanes, y de paso cuidaría sus peonias. Por lo general era Euphemia quien se encargaba del jardín, pero cuando Remus le regaló unas peonias a Aura, ésta se encargó de cuidarlas hasta que se hizo todo un plantío de esas hermosas flores.
A los pocos minutos, Clementina llegó con una regadera para las flores y un par de palas pequeñas. Los Potter siempre trataron bien a Clementina, a diferencia de muchas otras familias puras.
-Pensé que podría necesitar mi ayuda Srta. Aura- clementina se arrodilló a un lado de la antes nombrada para empezar a hacer pequeños hoyos en la tierra.
-Siempre te necesitaremos Clem- Aura solía abreviar su nombre, y a Clementina realmente le agradaba, la elfina mantenía contacto con un par de elfos de otras familias, y se sentía bendecida de servir a la familia Potter -¿Cómo has estado durante estos días? Espero mi hermano y Sirius no te hayan cargado el trabajo.
La elfina negó con la cabeza, colocando un par de semillas en cada hoyo que había hecho -Se han portado muy bien Señorita, de hecho me han ayudado a la limpieza del comedor y la sala.
Siguieron hablando un rato, hasta que la lechuza de Aura las sobrevoló entrando por una ventana a la habitación de la chica.
-Clem, me parece que nuestra sesión de jardinería se postergará un poco- la elfina se levantó, sacudiendo su ropaje.
Si bien, los elfos no recibían ropa de sus amos, Euphemia le dio diversas telas para que pudiera vestir lo que quisiera, y no tuviera que portar fundas de almohadas. En una ocasión, Euphemia pensó en darle una prenda a Clemencia para que fuera libre, pero Clementina se negó diciendo que ellos tenían una edad avanzada, y aceptaría la prenda hasta que ellos no la necesiten más.
Aura agradeció a la elfina para ir a su habitación. Afortunadamente en lo que iba de vacaciones no había recibido una broma del par de amigos, pero tampoco habían pasado mucho tiempo juntos, principalmente por el problema con Sirius.
Orionem estaba quieto en la silla del tocador con una carta en el hocico, Aura la quitó dejando a la lechuza en el mismo lugar. El sobre estaba firmado con el sello de los Snape, igual que la carta anterior.
"Aura. Ya decía yo que tú no te expresabas de esa manera.
Igual no pasa nada, he acabado el libro, disculpa si me lo quedo un par de días más pero quisiera hacer algunas anotaciones para nuestro siguiente curso, dicen que será más complicado y no me vendría mal un asesoramiento de este libro.
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James, amo a tu hermana. •Sirius Black•
FanfictionPara Fleamont y Euphemia Potter fue una gran sorpresa descubrir que dentro de 9 meses, un par de mellizos podrían correr por su jardín. Y así fue, dos pequeños recién nacidos, uno de ellos con problemas de la vista. Sin embargo, eran bastante pareci...