El ciclo estaba por concluir. Todos los alumnos de último grado ya tenían un pie fuera del colegio. Faltaba poco para su ceremonia de graduación, muy pocas personas quedaban en el castillo, pues exclusivamente los graduados debían quedarse para ajustar los detalles de su diploma de magia.
Lily y Aura, estaban en su habitación, probándose la inmensa cantidad de vestidos que semanas atrás habían adquirido en Hogsmade, iban desde cortos con corte de princesa, hasta largos de sirena. Al final del día. Lily había optado por uno largo y Aura por uno corto, apenas llegándole a las rodillas.
-Tienes que decirme la verdad, ¿James está tramando algo? Últimamente lo veo susurrar con sus amigos, y cuando entro a la habitación, todos guardan silencio- con mucho esfuerzo habían juntado sus camas, su última noche y no podían dormir; por lo que aprovecharon su insomnio para hablar de todo y de nada.
-Si supiera algo, te lo diría, pero tampoco han querido decirme nada- y era cierto, Aura intentó en varias ocasiones que alguno de los merodeadores soltara la sopa. Peter estuvo a punto de caer, pero Sirius llegó arruinando su plan.
-¿Crees que termine conmigo?- Lily se incorporó rápidamente, con una expresión de susto, no sabía en qué punto había llegado a esto, pero amaba a James, de verdad que lo hacía. Y ahora, no podía imaginarse una vida sin él.
-Debes estar bromeando, mi hermano te ama más que nada en este mundo, seguro que no es nada malo- sus palabras lograron tranquilizar a la pelirroja, quien accedió a esperar a la ceremonia antes de sacar conclusiones una más burda que la otra.
[...]
-En nombre de todos los presentes. Estamos orgullosos de en lo que se han convertido, cada uno de ustedes ha aprendido de nosotros y nosotros de ustedes. Esperamos que la vida les traiga algo mejor. Mis mejores deseos y que tengan una buena vida- finalizó el director. Mientras todos arrojaban sus sombreros, Sirius tomó a Aura de la cintura y le plantó un beso, el cual inmediatamente fue correspondido, terminándolo solo por una dulce sonrisa.
-Te amo- dijo Aura, sólo para él. Tan bajo que nadie más pudo haberlos oído, tan alto para que a Sirius se le iluminara todo el rostro.
-Te amo- repitió Sirius, volviendo a besarla. Tan dulce que Aura estaba a nada de derretirse en sus brazos.
-Lily Evans- se escuchó el grito de James, Aura asomó su cabeza entre los hombros de los demás estudiantes, buscando una mejor vista de la escena –Aquí, frente a todos, tengo algo que decirte- y de repente, James se arrodilló frente a Lily, metió su mano en uno de los bolsillos de la túnica y sacó una caja de terciopelo negra -¿Me harías el hombre más feliz del mundo?-
Lily seguía sin poder creerlo, su boca estaba cubierta por sus manos, aun le parecía una situación increíble, ¿Podría ser esto cierto? Debía asegurarse de que no estaba soñando. Retiró las manos de su boca y acarició la cara de James, se sentía tan real, tan único. Tenía que ser verdad.
-¿Te casarías conmigo?-
-Pensé que nunca me lo pedirías- James colocó el anillo de compromiso en su dedo anular, y un destello dorado se alcanzó a percibir ante tal muestra de amor. El Potter se reincorporó, tomando de la cintura a su ahora prometida. Besándola dulcemente. Regalándoles a los presentes la escena más linda jamás vista en Hogwarts.
Algunos no pudieron aguantar la emoción de aplaudir. Mientras que Dumbledore, del otro lado de la sala, alzó su varita y de la punta de esta, finos copos de nieve comenzaron a inundar la sala, algunos de ellos quedándose en el cabello pelirrojo, haciéndolo resaltar.
Aura miró a Sirius de forma acusadora –Tú lo sabías- dijo al momento de apuntarlo con un dedo.
-Por supuesto que sí, ¿Quién crees que lo ayudó a comprar el anillo?-
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James, amo a tu hermana. •Sirius Black•
FanfictionPara Fleamont y Euphemia Potter fue una gran sorpresa descubrir que dentro de 9 meses, un par de mellizos podrían correr por su jardín. Y así fue, dos pequeños recién nacidos, uno de ellos con problemas de la vista. Sin embargo, eran bastante pareci...