Estos capítulos los volví a subir porque el orden estaba súper mal. Lo siento
Sus manos estaban temblando. Decirle a James era una cosa, pero a sus padres era como entrar a una guerra donde tu arma es una rama y no tu usual varita. La sala de estar de los Potter le resultaba más pequeña de lo usual, quizá era por la presión que él mismo se estaba poniendo o porque su sala era literalmente su habitación.
Clementina esta vez iba con un agraciado vestido morado, parecía sacado de una muñeca de porcelana por los delicados detalles que seguro habían sido bordados a mano, encaje y una delgada y casi transparente tela caía debajo del vestido cubriendo los pies de la elfina, pero no los cubría lo suficiente pues unas zapatillas negras se tropezaban constantemente con los escalones. Aura no pudo estar más contenta y a la vez preocupada, ella sabía que sus padres llevaban mucho tiempo intentando que Clementina aceptara una prenda, pero la elfina no la aceptaría hasta que ellos estuvieran cerca de partir y no la necesitasen más.
La sola idea de que sus padres dejaran de estar le producía escalofríos, desde su nuca hasta sus tobillos. Ya no pasaba el mismo tiempo con ellos, no desde que se había mudado con Sirius; poco después de salir de Hogwarts, ambos pidieron permiso a los Potter para dar un paso en su relación y vivir juntos, tal vez no con los mismos lujos que ellos podían ofrecer pero si con el mismo amor. Euphemia se negó al principio, diciendo que si su hija dormía bajo el mismo techo que él, podían estar haciendo cosas que no quería ni imaginar. Para bien o para mal, Fleamont le recordó que podían hacer esa clase de, cosas, en cualquier otro lugar. Al final aceptó.
Los Potter finalmente se sentaron frente a la joven pareja. Iban tomados de la mano, aun llevaban sus argollas de compromiso, perfectamente doradas, dentro de estas, había un delicado tallado, las iniciales del otro.
-Tu cabeza está agitada, controla tus ideas, cariño- dijo Euphemia hacia su hija, quien cortó su respiración al recordar que su madre tenía una cierta habilidad para la oclumancia. Al parecer su rostro lo demostró bastante bien pues su madre comenzó a reír tranquilamente, su esposo, Fleamont sonrió sin mostrar los dientes.
-Ustedes- la voz de Aura se apagó, no sabía si estar aliviada o enojada, tragó saliva en seco tanto que a su lado, Sirius, comenzó a hiperventilar, y de repente salió de su boca sin darle tiempo a nadie de reaccionar, o impedirlo.
-Aura y yo nos casamos en secreto y no le dijimos a nadie y nadie sabe- dijo con rapidez, llevaba tanto tiempo reteniendo el aire en sus pulmones que salió con facilidad.
-De eso se tratan los secretos, de que nadie se entere- le contestó Fleamont.
Los Potter ya sabían, unos días después de que lo hicieran, pues sin intención (o con ella), Euphemia había leído los pensamientos de su hija. Más que enojarse se alegró, pues finalmente alguien había endulzado el corazón de su pequeña.
[...]
Todos alzaban sus varitas, de la punta de éstas, un destello blanco iluminaba el cielo nocturno. Leves sollozos se escuchaban del frente, esa misma noche, se habían reunido todos los miembros de la orden del fénix, dolía decirlo pero era la segunda ocasión en la que tenían que arrullar sus corazones y aguantar las lágrimas que constantemente amenazaban con salir.
Sirius estaba sentado junto a James en el pasto, ambos tenían una botella de Whisky de Fuego en las manos, aunque ahora estaban vacías. Sus brazos apuntaban al cielo con pocas fuerzas, ambos se sentían derrotados.
Lily Potter, una mano sostenía su varita mientras la otra acariciaba su vientre, le apenaba que su hijo no alcanzara a conocerlos, puesto que hubieran sido la figura perfecta para él, por suerte, antes de que partieran, pudo darles la noticia. Sus ojos lagrimearon sin poder controlarse y su garganta comenzó a emitir sonidos extraños. Recordó como Fleamont invitó a bailar a Clementina al centro de la sala cuando les dio la noticia, sus pies se movían con tal agilidad que no parecían ser controlados por una persona de su edad. Mientras que Euphemia susurraba una y otra vez Gracias, Gracias.
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James, amo a tu hermana. •Sirius Black•
FanfictionPara Fleamont y Euphemia Potter fue una gran sorpresa descubrir que dentro de 9 meses, un par de mellizos podrían correr por su jardín. Y así fue, dos pequeños recién nacidos, uno de ellos con problemas de la vista. Sin embargo, eran bastante pareci...