Prólogo.

35K 1.8K 585
                                    

-James, no lo entiendo. ¿Por qué le dijiste a tu hermana sobre ya sabes qué?- empezó diciendo un chico más bajo que los otros tres. En la sala común de Gryffindor –a altas horas de la noche, cabe decir-. Un cuarteto de amigos preparaba su siguiente movimiento, aunque la integración de una chica a su plan intrigaba a un par.

-Mientras Aura tenga la hoja de mandrágora en la boca, no podrá besar a ningún chico de la escuela- exclamó victorioso James, aunque la mirada incrédula de sus amigos no estaban de acuerdo en que eso fuera una buena idea –no me digan nada que ya le dije todo nuestro plan. Ella te quiere mucho Remus, déjala ayudarte-.

En eso si tuvo el apoyo del resto de sus amigos, pero Remus no dejaba de pensar que fuera una mala idea, pero Aura es terca como nadie.

[...]

-¡James Potter!- se escuchó el grito de una chica, bastante fácil de identificar. Por lo cual tres amigos se asustaron; y uno casi se desmaya. Hacer enojar a Aura era complicado, por lo cual, cuando esto pasaba: es mejor correr y no mirar atrás. Pero en el baño de hombres no hay muchos lugares por los cuales salir.

La puerta se abrió dejando ver a la melliza del famoso James, el cual se mantenía escondido detrás de sus tres amigos. Algunos chicos que estaban en el baño, salieron de inmediato. "Suertudos", murmuró Sirius.

-No te enojes con él ya conoces a tu hermano- Remus fue el primero en aventurarse a hablar, y como no si ellos dos últimamente eran como uña y mugre.

-Oh, no estoy enojada con él- la cabeza de dicho azabache se asomó, viendo cercano un rayo de esperanza con el cual podría salir vivo de esta –estoy enojada con los cuatro- continuo la chica, cruzándose de brazos. Casi disfrutando los rostros de aquel cuarteto.

-Te juro que no fui yo- se excusó Sirius al momento en el que levantaba la mano.

-Oh claro, nadie hizo nada- contesto con ironía la chica. Hizo su capa a un lado, y de su mochila saco un papel amarillento en blanco. Susurro unas palabras con su varita sobre él y palabras comenzaron a dibujarse en el –Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, los proveedores de ayuda mágica a los traviesos se enorgullecen en presentar el Mapa del Merodeador- leyó en voz alta, haciendo que los amigos se quisieran golpear la frente. Al menos era eso y no algo peor.

-Es un gran invento, no sé porque te enojas- se aventuró a decir James, saliendo de su vergonzoso escondite –además ¿Cómo supiste la contraseña?-

-Bueno, empecemos por el día en que fueron a nuestra casa, según ustedes esperaron a que todos se durmieran para debatir que sería más difícil. Y una vez vi a Sirius usarlo- terminó diciendo, como si lo último no tuviera tanta importancia. Aunque para los amigos no pasó desapercibido.

[...]

-Aun no entiendo por qué tu hermana es un tigre y yo una rata- dijo el más chico del cuarteto, interrumpiendo la comida de sus amigos. Y es que todos lo habían pensado. La forma animaga de Aura era un tigre de bengala, cosa que desconcertó mucho a los líderes del grupo. A James porque pensó que sería una gatita o un animal de lo más inofensivo. Y a Sirius por simple orgullo, pues del resto de sus amigos, se consideraba él, el mejor animal.

-¿Qué no hicieron caso a McGonagall?- preguntó Remus, casi quiso reír al ver lo que les había preguntado, y a quienes se los había hecho –por supuesto que no. En la clase de los animagos, ella explica que la mayoría de los casos, el animal que se adopta tiene que ver con la personalidad de la persona. Después de eso investigue sobre el tigre de bengala. Y bueno, no sé si quieras escuchar porque tu hermana es un tigre-.

El azabache lo miro indeciso, le intrigaba la información puesto que se trataba de su hermana, y por la misma razón le aterraba saber las razones. Terminó asintiendo con la cabeza, para que Remus empezara a hablar.

-Los tigres de bengala, su simbología es que irradian sensibilidad, elegancia y sensualidad- los amigos que escuchaban con atención asintieron en las primeras dos características. Y cuando Remus dijo la tercera hubo tres reacciones diferentes. Peter se sonrojo pues siempre ha pensado que la hermana de James es muy hermosa. Sirius rompió a reír, pues aunque aceptaba el atractivo fisco que Aura tenía, no creía que fuera más que el suyo. Y luego está james, que sin expresión alguna miro alrededor del comedor, interceptando miradas de algunos estudiantes de su misma y otras casas que iban dirigidas a su hermana.

¿Cuándo creció tanto? Fue lo que pensó al verla reír junto a una amiga.

Antes que nada me gustaría aclarar que muchas partes del libro son meramente de mi imaginación. Y aunque conocemos parte de la historia de los merodeadores, algunas cosas serán cambiadas para beneficio de la historia. Agregando que éste será narrado en tercera persona, pues de esta manera se pueden ver los ángulos de los personajes.*

James, amo a tu hermana. •Sirius Black•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora