-¡Aura! Me alegra saber que estos dos no te asesinaron en las vacaciones- al entrar al tren, recibió un eufórico abrazo de su amigo mitad lobo. No le molestaba en lo absoluto, pero la había tomado por sorpresa. Poco después, le regresó el abrazo.
Tanto Sirius como James, se habían adelantado para buscar un vagón vacío. Lo cual fue difícil de encontrar, aunque no hubiera tanta gente en el expreso, los vagones estaban todos ocupados, aunque fueran por dos o tres personas. Así que resignándose, tomaron asiento junto a un chico de cabello rubio y unas gafas. Casi pudieron oler que pertenecía a Huffelpuff, todo él irradiaba felicidad, demasiado para Sirius.
Remus ayudó a Aura a guardar su equipaje, puesto que al haber subido más tarde, había perdido la ayuda que comúnmente se brindaba. Iban caminando a lo largo del expreso, buscando algún indicio de que sus amigos se encontraban por ahí.
-Aura, ¿Puedo hablar contigo?- ambos chicos se detuvieron, Remus, al ver de quien se trataba. Dio una sonrisa y siguió su camino, no tenía nada que ver dentro de esa conversación. Aunque se preguntaba porque aquellos dos hablaban. O desde cuando lo hacían.
Remus logró encontrar a sus amigos, hablando con un cuarto que no reconoció de principio, hasta que entro al vagón y soltó una risa quieta –Amos, que gusto verte- dicho chico, con la misma alegría que tenía, se levantó para saludar a Remus.
Conversaron un poco, contando un par de historias hasta que Sirius salió del vagón. Si bien no dijo la razón de su repentina desaparición, James sabía que empezaba a sofocarse por tanta alegría del chico.
Sirius, caminó buscando a la señora de los dulces, aunque buscaba cada pretexto para no volver pronto a su vagón. Y justo unos metros más, encontró su excusa, aunque no le gustó para nada.
¿Qué hacía su hermano hablando con Aura? Peor aún, ¿Por qué su hermano hacía reír tato a Aura? Dio unos pasos más, dispuesto a entrometerse en dicha conversación. Pero paró su andar cuando escucho su nombre salir de los labios de la chica.
-He visto que pasas mucho tiempo con él- rápidamente, Sirius entró al vagón de al lado, ignorando a las personas que se encontraban dentro.
-Es una excelente persona, Regulus. Y él te aprecia mucho.
-A sí, ¿Entonces por qué no pasa navidad con nosotros?
-Sabes mejor que nadie lo que sucede con Walburga, compréndelo, para él también fue difícil tu rechazo- Sirius pegó más su oído a la puerta. No le gustaba hablar del tema de su hermano, y mucho menos del tema de su madre. Por lo que se molestó un poco que Aura esté hablando en su nombre.
-¿Qué querías que hiciera? Tenía que apoyar a mi madre.
-No. Pudiste haberlo apoyado a él, pero no lo hiciste. Ahora, con o sin tu autorización, yo lo haré. Hoy, mañana, y los días que hagan falta- Sirius no escuchó nada más por unos minutos, por lo que estaba a punto de salir de su escondite. Pero la voz de su hermano lo paralizó por completo.
-Hablas de él como si lo amaras.
Aura, por su parte, la tomó por sorpresa dicha contestación. Parpadeó un par de veces para cerciorarse de que era real lo que había dicho el joven Black. Para repetir las palabras en su mente.
-Todos necesitan amor, ¿No crees? Y si tú y tu madre no se lo darán, puedes estar seguro de que James y yo se lo daremos- se dio media vuelta, aun sintiendo su corazón palpitar con velocidad.
Es decir, lo quería, claro que sí. Como quería a Remus, y como quería Peter. Pero amarlo, Aura no estaba segura de que hubiera sentido eso por alguien más que no fuera su hermano o sus padres.
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James, amo a tu hermana. •Sirius Black•
FanfictionPara Fleamont y Euphemia Potter fue una gran sorpresa descubrir que dentro de 9 meses, un par de mellizos podrían correr por su jardín. Y así fue, dos pequeños recién nacidos, uno de ellos con problemas de la vista. Sin embargo, eran bastante pareci...