La puerta se cerro dejando a unas chicas fuera de lugar.
Camila paso al lado de una muy avergonzada Lauren, hace unas horas no sentían ni pudor por lo que estaban haciendo, ahora resultaba incomodo.
- Necesito ir al baño - susurro aun de pie.
- Esa puerta - quito una mano de su cara y señaló un lugar en medio de la oscuridad - es el baño.
Camila pasó como un rayo directo al baño. No sentía su vejiga. Le costaría hacer pipí pues llevaba mucho rato reteniendo el liquido.
Entro al baño encendiendo la luz y se bajo los pantalones. Cuando empezó a dejar salir el liquido sintió algo muy placentero, sus ojos empezaron a llorar. Costaba un poco pero se sentía liberador.
Una vez todo listo se lavo las manos. Miro su reflejo en el espejo. No parecía ella. Su cabello estaba muy desordenado, sus labios rojos... bueno, toda su cara roja. Pero lo qué más le llamo la atención fue su mirada. Sus pupilas estaban de un color más oscuro. No los reconoció, hace rato que había vuelto a la normalidad, todo rastro de excitación murió con la aparición del Sr, sus ojos no deberían estar así.
Estuvo a punto de entregarse a Lauren pensó con una sonrisa llena de ironía.
Cuando era mas chica deseaba llegar virgen al matrimonio, completamente inocente. Sin embargo ya no le importaba.
Su Madre jamás le había pedido que se guardará para el matrimonio, todo lo contrario, le había dicho en una ocasión que debía ir bien experimentada al matrimonio. Por esa razón no le tenía mucho cariño a su virginidad. Pero quería perderla con alguien que fuera especial para ella. Alguien que conociera bien. Con alguien que le hiciera sentir.
-Lauren te hace sentir - le dijo a su reflejo. Y si, Lauren le hacia sentir tan bien. Habían tantas cosas en su cabeza, tantas cosas que necesitaba aclarar y asimilar. Se había enterado de mucho esa noche. Y había tenido su primer orgasmo ¡ Y ni siquiera la habían tocado bien ! Que fácil podía llegar a ser.
"Somos mujeres, Camila. Nuestra virginidad quedara intacta" eso era lo que le había dicho Lauren, ellas seguirían siendo vírgenes pero no inocentes. Nada de otro mundo podría pasar, eran dos mujeres. No se meterían nada.
"hueles a saliva " recuerdo que le había dicho el padre de Lauren, tratando de esquivar el hecho de que ella podía tener relaciones sin correr riesgos ni sentir dolor.
Dejo que su mirada vagara por otras partes de su cuerpo, aquellas parte por donde la lengua de Lauren habían pasado, partes que no podía oler. Abrió sus ojos como plato. Tenia varios moretones. Pequeños Círculos rojos por todo su cuello y uno muy grande debajo de su oreja.
Si su padre se las veía su cabeza rodaría. No podía permitir que eso volviera a pasar y se refería a las marcas. Con esa idea salio del baño, otra regla en mente para aquel juego.
Lauren se sentó en la cama con las manos en su regazo en lo que vio a la bruja desaparecer en el baño.
La vergüenza la estaba matando. Su padre había escuchado, ellas no habían sido muy silenciosas. Su padre la había atrapado y el juego apenas había empezado. No tenía ningún plan para cuando le tocara enfrentarlo. Estaba segura de que la castigarían. En realidad, no estaba segura de nada.
Recordó con una sonrisa tímida lo que había ocurrido antes. Los besos, los toques, el orgasmo.
En algún momento de aquello, había dejado de ser ella.
No se reconoció, algo la había suplantado. Por que el mundo dejo de existir y solo deseaba tener a la otra chica desnuda, solo deseando sentir de nuevo eso tan rico que había sentido y como ya estaba castigada, no importaba. Su cuerpo volvió a cobra vida. Quería perder su virginidad con la bruja. Quería tomar y dar todo lo que pudiera.
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Mi Alocada Obsesión
Teen FictionEl amor puede ser un tónico para la muerte o una fuente de vida, todo depende de como te golpee. Para dos adolescentes totalmente diferentes puede ser el fin de su perfecto mundo. Todas las alumnas de la Escuela secundaria del condado de Marsha...