Capítulo 18

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Lauren se levanto y se alejo de su padre en lo que escucho la voz de la bruja. Se sintió como una flor en la mañana, cuando el sol la toca, ella florece. Algo parecido sucedió con ella cuando escucho su voz. Pero prefirió ignorarlo. Y paso como un rayo, a duras penas lo noto. Pero estuvo ahí.

-¿Como conseguiste mi número? - fue lo primero que pregunto. Algo tonto ya que quería preguntar otra cosa. Quería saber si estaba bien. Claro estaba de que no lo iba a preguntar.

- Dijiste que cuando nuestro cuerpo lo pidiera iba a pasar - escucho que dijo rápidamente Camila. Sin prestar atención a su pregunta.

-De que hablas? - no había entendido nada - habla con mas calma. ¿Estas bien? - se mordió un dedo, esa pregunta había salido sin permiso.

- Me quiero acostar contigo hoy.

Soltó rápido y Lauren sintió que las piernas le temblaron. Se espero de todo menos eso. No todavía.

- Yo no estoy en el condado, bruja.

- Eso lo se. Dime donde estas, yo llegare a ti.

- Suenas desesperada.

- Como tu anoche. Solo dame tu dirección.

Lauren lo pensó un instante. Algo pasaba con Camila, podía sentir que algo estaba mal. Quería preguntar pero no podía, no tenía derecho por que ellas no eran nada y a la vez estaban a punto de ser lo todo. Sin sentimientos, se recordó mientras le daba la dirección. Solo estaba a una hora del condado. Así que pronto la tendría allí.

- Tu familia no puede verme - le susurro.

- No. Cuando llegues entra al granero - sentía unas ganas inmensas de preguntar quien la llevaría. Pero no lo hizo. Así no funcionaria.

- Me quedare toda la noche.

Esa no era una promesa pero sonó como tal. Toda la noche, Lauren saboreo esas palabras. La tendría toda una noche.

- Estoy bien con eso. Pero ¿Que pasa con tu padre?

No hubo respuesta, Camila había cortado. Miro el cielo, esa noche ocurrirían muchas cosas.

Se volteo y se encontró con su padre detrás de ella. Abrió como platos los ojos y se llevo una mano al corazón. En señal de que la había asustado.

- Así que viene para acá - se cruzo de brazos.

- No dijiste nada sobre no hacerlo en este lugar - sonó nerviosa. Por que lo estaba y mucho. Y su padre solo empeoraba la situación.

- No la meterás en la casa de Andrea. Por mucho que aprecie a la muchacha, No. Esta ni siguiera es nuestra casa para que dispongas de ella.

- Estaremos en el granero. Muy lejos de la casa. Hablare con Andrea si es necesario. Ya estoy bien grande como para saber lo que hago. Tu mismo lo dijiste.

- Solo por esta vez, Lauren. Te la dejare pasar. Y estoy empezando a dudar sobre lo que te dije. No hagas que cambie la imagen que tengo de ti.

Lauren medio lo abrazo y se fue a la casa. Tenia que preparar se y prepara el granero. Buscar un lugar ideal donde ellas dos pudieran pasarla bien.

Camila no había llegado y ella ya estaba sudando.

Busco a Andrea primero. Reviso la casa pero no estaba, fue hasta el patio y allí la encontró. Recogiendo unas plantas.

- ¿Puedo usar el granero esta noche?- pregunto desde la puerta. Directo al grano.

-Claro, está a tu disposición. No tienes que pedir permiso - Andrea se acerco a ella al verla un poco nerviosa - Tienes que limpiarlo. Debe estar hecho un desastre.

Mi Alocada Obsesión  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora