Capítulo 38

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Los rayos del Sol la obligaron a abrir los ojos. ¿ Quien había abierto su ventana?  Se preguntó buscando a tientas una almohada para taparse la cara.

Había algo raro a su lado, tocó algo caliente, un ¿ Brazo?  Imposible, pensó. Dormía sola. Espera, ayer había bebido, lo más seguro es que Dinah hubiese caído dormida con ella,  pero aquello no se sentía como Dinah.

Ese olor...  Ese olor... No, no podía ser. Siguió tocando el cuerpo hasta dar con... ¡Un pecho!. Rápido apartó la mano. Mataría a Dinah si se acostó con ella desnuda. Trato de recordar como fue que llegaron a la cama pero no había nada en su mente.

La figura a su lado se movió quedando relativamente encima de ella y sin ningún reparo colocó una mano en su pecho desnudo. ¿ Desnudo? ¿ Ella también estaba desnuda?.

Se obligó con miedo a abrir los ojos. Algo no cuadrada, miro el techo de madera un tanto asustada. Ese no era el techo de su cuarto ni el de Dinah. ¿ Que mierdas había hecho ayer? Con mucho más temor bajo un poco las sabanas hasta que sus pechos estuvieron a la vista, una mano blanca sostenía con naturalidad uno de ellos.

Su respiración se empezó a acelerar y su cuerpo se tenso. Ella conocía esa mano, no era la primera vez que se levantaba y estaba en alguna parte de su cuerpo.

Poco a poco se fue volteando hasta quedar cara a cara con su peor pesadilla. 

- Mierda - chillo levantándose de golpe llevándose consigo las sabanas. Miro todo a su alrededor.  Menos la cama. No reconoció nada - ¿ Donde mierdas estoy?

Miro por una gran ventana y divisó un lago no muy lejos y mucho bosque a su alrededor. ¿Que había echo?  ¿Como fue que terminó con ella en la cama? Podía escuchar como se estiraba.

- Uff nena, dame unos minutos y te Atiendo - ¿Atenderla? La mataría, por supuesto que lo haría - Acabaste conmigo, anoche.

Maldita sea su voz por las mañanas. tan jodida mente sexy. Tan ronca... No Camila, concentrare en matarla.

Después de cuatro años sin verla,  era lo menos que quería. Tal y como la recordaba por las mañanas.

No pudo evitar mirar su cuerpo, ya no era el de una niña. Era toda una mujer y vaya mujer que era.

Apartó la vista al ver las marcas en su piel pálida. De seguro ella se las había hecho. Recordaba vagamente como esta le pedía que no las dejara.

- ¿Que me hiciste? - la acusó sin acercarse a la cama por miedo  - ¿Donde estoy?

- Más bien es al revés - cuestionó esta sentándose en la cama - ¿ Que me hiciste tu a mi?  - y no se refería a lo de anoche. Ella tampoco recordaba mucho, pero si lo necesario,  levantándose sin importar su desnudez abrió sus brazos señalando todo - Bienvenida a la guarida Jáuregui,  su humilde morada durante este fin de semana.

***

- No contesta - dijo una angustiada Dinah volviendo a marcar - ¿ Donde Diablos se metió?

- Creí que tu la llevarías a casa - le reclamo Mani moviéndose de un lado a otro viendo su muñeca como si tuviera un reloj - Mira la hora que es. Su padre no deja de llamar, Ezra esta afuera esperando a que le abra.

- Relajate si, de seguro esta... - Dios, rogaba para que estuviera con ella. Rebobino un poco sobre la noche anterior para dar con el momento exacto en que dejó de verla.

Tres cabezas trataron de recordar lo sucedido lo mejor que pudieron.

Flash back

Ver a Vero reír junto al grupo solo confirmó que la tonta de Lauren estaba en los baños, ahora con su muy borracha amiga,  la cual había confesado que se volvería a costa con ella si se daba la oportunidad. Esperaba de corazón que le estuviera metiendo los dedos en ese momento.

Mi Alocada Obsesión  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora