Eran las tres de la tarde y ya sentía que el techo le hablaba. Había pasado toda la mañana y lo que iba de tarde encerrada en su cuarto. Ni su hermana ni Dolores estaban en casa. Tenían unas horas fuera. Las había escuchado salir y su hermana le grito que estarían fuera toda la tarde.
Sus lágrimas habían parado en algún momento de la mañana. Ya no tenía caso llorar. Ella no había hecho nada malo.
El sexo era muy natural entre los humanos y a su edad era normal tener curiosidad.
Que experimentará no estaba mal, qué pasara de la teoría a la práctica era lo racional. Lo esperado. Todos sus años eran iguales, aburridos.
Este año quería que fuera diferente y lo estaba haciendo diferente, no como esperaba pero poco importaba ya.
El mundo que se fuera a la mierda, ella se acostaría con la chica. Daba igual si la odiaba, tampoco era que la quería para esposa. Solo sería sexo y lo disfrutaría.
Se levanto al escuchar el timbre sonar. Esa era Dinah. Tenia que ser ella por la forma tan desesperada en la que empezó a tocar.
Ella no podía bajar, estaba encerrada. Su padre se había excedido y ella había cambiado mucho en tan solo una semana. Lauren la tenía mal, muy mal. Pego la oreja a la puerta, gritar no era una opción.
Entonces sintió algo, un ruido que provenía de otro lado. Fue a asomarse en la ventada cuando una piedra que rompió el vidrio llego a ella.
- ¿Pero que? - fue hasta la ventana rota y allí estaba, su mejor amiga tapándose la boca para no reír - Estas loca.
- Lo siento. Sabes que eso de ser o hacer algo con delicadeza no se me da. Tengo un brazo potente y una puntería mala.
Camila rodó los ojos y después los entre cerro. Su idea estaba tomando forma. Gracias a su amiga. Ella era su clave.
- ¿Que pasa contigo? Ve a abrirme. O pretendes que establezcamos conversación así.
- Estoy encerrada. Castigada.
- Eso lo supuse. Tu padre llamo a casa y mamá le dijo que no estabas. Lo siento.
- No fue tu culpa. Lo entiendo.
- Claro que no fue mi culpa. ¿Que diablos hiciste?
-Sube.
-¿Por donde?
- Por la pared - dijo de manera natural.
- Ni que fuera una araña. ¿Estas loca? Me caeré y moriré.
- No seas exagerada. Hay como una escalera. Yo te ayudare. Sube rápido. No tenemos tiempo.
- Ahora me da miedo preguntar para que no tenemos mucho tiempo. Es más, debería irme antes de que me metas en problemas o termine haciendo algo descabellado por ti.
-Solo sube.
Camila se quito de la ventana y empezó a recoger los vidrios rápidamente y con cuidado. Ahora tenía que pensar en reparar lo que su amiga había hecho, si su padre veía la ventana rota... Jamás la dejaría salir de nuevo.
- Camila - chillo Dinah.
Camila sabía que tenía que abrir la ventana o su amiga se cortaría. Fue a abrirla y considero dejar a su amiga guindando de la pared que daba a su cuarto. Una lastima que no tuviera su celular.
Dinah coloco sus brazos al borde de la ventana y Camila la jalo. Haciendo que entrara de golpe en su cuarto.
- Más cuidado para la próxima - dijo tirada en el suelo y reflexiono - Por supuesto que no habrá una próxima.
ESTÁS LEYENDO
Mi Alocada Obsesión
Roman pour AdolescentsEl amor puede ser un tónico para la muerte o una fuente de vida, todo depende de como te golpee. Para dos adolescentes totalmente diferentes puede ser el fin de su perfecto mundo. Todas las alumnas de la Escuela secundaria del condado de Marsha...