MI NIÑERO GARRY

Cap. 33 Proteger no es querer

Había estado pensando todo este tiempo si asistir o no a el evento en la Universidad, de verdad que no quería, pero por alguna manera quiero ir... y para qué me hago tonta, quiero verlo, necesito verlo y entender su indiferencia.

Este día llevaba un uniforme semejante al que llevaba en la primaria, mi camisa era blanca y mi imagen en el espejo ya no era el mismo... mi cuerpo había cambiado, coloqué mis manos en mi cintura y las dejé bajar a mi cadera, mis pechos crecieron un poco, no mucho pero lo hicieron... bueno, ya no doy una tabla así que eso es bueno.
Suspiré y acomodé mi falda, cepillé una última vez mi cabello y salí a la universidad retomando clases.

-Uh, ahí está la niña- comentó una chica rica de gran vanidad
- Ajá, pero ahí está el nuevo profesor- mordiendo su labio con una voz sexy su amiga de ojos color miel intentaba distraerla.
- ES cierto, es más divertido que ver a la tipa esa de vestimenta ridícula, a quien quiere impresionar?-

Ah... las vistas eran pesadas para mi, me sentía con un peso no sólo en mis hombros, en mi espalda también, gracias al cielo que mi cabello cubría ambos lados de mi rostro, mordia mi labio ya que la sensación era verdaderamente incómoda, pedía auxilio en mi interior y quería marcar la retirada, pero cuando despejo mi rostro y levanto mi mirada, ahí está él, entre tantas chicas, con una sonrisa que me hizo hacer lo mismo, cuando cambiamos tanto? Porqué no pudo quedarse el tiempo fijo entre los dos, tan sólo crecimos y empezamos a llenarnos de problemas.

- Oye Ryu, parece que alguien está viendo lo que es tuyo-
- Quien...- la japonesa buscó con la mirada a esa persona- ah...- encontrándose con la castaña de fleco- Ib- formuló su nombre con desprecio.
- Qué se te ocurre?- de verdad... ellas disfrutan hacer leña para él fuego.
- Vengan-

-...- mi corazón estaba apurado, sentía que iba a estallar, estaba paralizada por la vergüenza y el miedo, mi camisa blanca se había tornado a un rosa pastel, y también, lo que antes me protegía ahora exhibía parte de mi cuerpo gracias a que se hacía transparente con la humedad, mis brazos apenas iban a cubrirme cuando un cuerpo más grande y angosto que yo  se puse frente a mi, unos brazos rodearon mi cuerpo y me abrazaron esperándome a él, era un calor... y una protección que ya había sentido alguna vez en mi vida. Su mano hizo que mi rostro se escribiera en su pecho y de una manera me sentía más tranquila.

- Es desagradable ver una actitud tan inmadura por parte de personas universitarias que el día de mañana van a ser el nuevo futuro de Francia o del mundo... pero si este mismo comportamiento de adolecentes van a mostrar, de una vez les recomiendo que dejen está institución y vuelvan cuando sus cabezas hayan realmente madurado y crecido, no sólo han dañado la imagen de una alumna o de una compañera, han manchado su persona y han quedado como seres irracionales y sin empatía, gracias al gracioso que hizo esto, mañana van a presentar examen sorpresa y la fiesta se suspende así que tomen sus absurdos autos o marquen a mamá y papá, porque esto se acabó... ah! Y antes de que me culpen y me odien, recuerden que aquí la cabeza que rueda es la del culpable, no la del inocente, a mi oficina el culpable, tienen hasta las 9, si no... espero que de verdad estudien hasta que el sol salga- nunca había escuchado su voz tan diagustada, su sentimiento de decepción y desagrado... Garry... otra vez... me salvaste.

-Bueno... y estos dos qué se traen?-

Garry me llevó hasta su oficina, me dio su saco y algo de tomar, cuando el se apartó de mi había sentido un frío de ultratumba que me envolvía de pies a cabeza.

-Estás bien? O bueno, al menos mejor?- me preguntó él, era hermoso que volviera a dirigirme la palabra.
- Si..  gracias- él me sonrió como siempre, esa sonrisa de mi niñero.
- Te llevaré a casa, prefiero eso a que cualquier chica o chico te persiga por las calles hasta burlarse más de ti- mi mayor suspiró y se levantó dejando ver el tamaño de su cuerpo y su rostro con su ondulado y colorido cabello.

Garry y yo subimos a un coche, casi a escondidas, fue un camino... silencioso, muy callado, el no me preguntó nada y yo... tampoco hice nada porque fuera así, cuando llegamos yo iba a abrir la puerta pero la manera en que Garry salió del coche me lo impidió, me sentía pequeña, me sentía esa pequeña niña a su lado, la puerta se abrió y yo salí, a metros de la puerta de mi casa Garry yo nos miramos una vez más.

- Garry, escucha- no tonta no- el que me ayidaras no...- deja de hablar pedazo de...
El de cabello violeta puso una mano frente a la boca de la menor indicando que gusrdara silencio- no se confunda señorita Ib, el acto que hice en aquella sala fue el acto que haría por cualquiera que fuera o no mi alumno, sin importar género. Fue un acto que me corresponde como autoridad y mayor... no tiene nada que ver con una demostración sentimental o de interés, así que dejé de sentirse especial, si no mal recuerdo usted misma me pidió guardar distancia, hasta ahora he hecho lo que me ha dicho, jamás la vi en mi vida y usted mucho menos, porfavor entre a casa y tome un baño, que tenga buenas noches señorita Ib- dijo Garry como despedida, sin frenar una palabra así fue como su paso también tomó, ni una mirada de debilidad, ni una mirada atrás, subió a su coche y tan rápido como las llaves entraron arrancó, no quería pasar más tiempo ahí porque sentía su interior hacerse garras y su nudo en la garganta... había sido tan difícil pero no iba a doblarse.

Quedé helada, petrificada... estaba de pie aún... lo cual es sorprendente porque mis piernas casi flaqueaban, sin avisar sentí un leve ardor en mis ojos mientras que mi vista se hacía como la consistencia de una gota de agua y las lágrimas comenzaban a caer, corrí a mi habitación... Entonces me di cuenta, de el grabe error que cometí. 

"SALUDO muy especial a Ximena12345tgsjgd67k a quien le doy gracias por sus palabras y también por su participación, gracias por tu apoyo, y tu lectura.
Gracias a todos."