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El día transcurrió como el anterior. La señora Hurst y la

señorita Bingley habían pasado unas horas por la mañana con la

enferma, que seguía recuperándose, aunque lentamente; y por la

tarde Elizabeth se reunió con ellos en el salón. Sin embargo, la

mesa de juego no apareció. El señor Darcy estaba escribiendo,

y la señorita Bingley, sentada junto a él, observaba cómo

escribía la carta al tiempo que le distraía con repetidos mensajes

para su hermana. El señor Hurst y el señor Bingley jugaban al

piquet, y la señora Hurst observaba el desarrollo del juego.

Elizabeth se puso a engrasar la culata de su mosquete,

escuchando divertida la conversación entre Darcy y su

acompañante.

—¡La señorita Darcy estará encantada de recibir esa carta!

Darcy no contestó.

—Escribe usted muy deprisa.

—Y usted no deja de parlotear.

—¡Debe de escribir muchas cartas en un año! ¡Me refiero

también a cartas de negocios! ¡Que odioso que se me haya

ocurrido pensar en ellas!

—Y qué odioso que tenga que escribirlas a menudo en su

presencia.

—No olvide decir a su hermana que estoy impaciente por

verla. —Ya se lo he dicho una vez, tal como me pidió que hiciera.

—¿Cómo consigue escribir con una letra tan pareja? Darcy

guardó silencio.

—Diga a su hermana que me alegra saber que ha mejorado

con el arpa, y que su maravilloso boceto para una mesa me ha

encantado.

—Señorita Bingley, los gemidos de un centenar de

innombrables serían más gratos a mis oídos que otra palabra

salida de sus labios. Si no se calla, me veré forzado a cortarle la

lengua con mi sable.

—Da lo mismo. Veré a su hermana en enero. ¿Siempre le

escribe unas cartas tan largas y encantadoras, señor Darcy?

—Suelen ser largas, pero soy el menos indicado en decir si

son encantadoras.

—Siempre me guío por la máxima de que una persona

capaz de escribir una carta larga, no puede escribir cosas

desagradables.

—Tu comentario no halagará al señor Darcy, Caroline —

dijo su hermano—, porque lo cierto es que no escribe con

facilidad. Estudia demasiado para emplear palabras de cuatro

sílabas, ¿no es así, Darcy?

sílabas, ¿no es así, Darcy?

El señor Darcy siguió escribiendo en silencio, aunque

Orgullo y prejuicio y zombisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora