El Lado Oscuro de la Vida

Capitulo 24 "Nuevas amistades"

Elena

Al terminar todas las asignaturas del día, camino por los pasillos junto a Dylan hacia la salida, al llegar allí vemos a Tyler esperando a Dylan y caminamos hacia el.

—¿Vienes con nosotros? —me pregunta Dylan.

—No, papá vendrá por mí —les respondo y unos momentos después llega papá, me despido de ellos y ambos me dan un beso en la mejilla, camino hasta llegar al auto y me subo bajó la mirada asesina de papá y sé la razón.

Durante el camino vamos en silencio, al llegar a casa, voy hacia mi habitación y siento los pasos de papá detrás de mí y en un rápido movimiento me toma fuerte del brazo haciéndome soltar un quejido.

—¿Quiénes son esos con los que estabas? —

—Son unos... amigos, vi... viven en la casa de al lado, son nu...estros vecinos —

—Por la confianza que les tienes parece que los conocieras hace mucho —

—No es... ninguna confianza... solo me estaba despidiendo de ellos —

—Y ¿Por qué carajos estabas con esos? —pregunta haciendo más presión en el brazo.

—Porque... porque uno de ellos esta en la mis...ma clase que yo —vuelvo a tartamudear a causa de los nervios.

—No quiero volver a verte con esos gilipollas ¿Entendido? Tú tienes que estar sola —

—Pero ¿por qué? Ellos son solo mis amigos —le respondo y me arrepiento al instante, ya que la palma de su mano impacta fuerte contra mi mejilla.

—¡Porqué yo lo digo! —me grita y se va furioso, me observo en el espejo y me ha dejado marcada la mejilla al igual que mi brazo ha marcado sus dedos, ya que debido a mí piel blanca las marcas se hacen muy notorias rápidamente.

Me recuesto en la cama cuando nuevamente siento arcadas, voy al baño rápidamente, me arrodilló cerca del inodoro y vuelvo a expulsarlo todo, me levanto y como la vez anterior lo único que hay es sangre.

Mariela llega al baño y rápidamente tiro de la manecilla del inodoro para ocultar la sangre.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —

—Si, solo que creo que comí y me hizo algo mal —miento, Mariela asiente no muy convencida luego me observa fijamente y cierra los ojos fuertemente con enojo.

—Y ahora ¿Por qué te golpeó? —

—Ha ido a recogerme al instituto y me ha visto con los vecinos, uno de ellos va en mi clase —

—¿Y eso qué? Pero ¿Qué pretende Thomas? ¿Qué la única con la que hables sea conmigo? —se pregunta con obviedad y me encojo de hombros.

—Eso no importa, ya déjalo —niega con la cabeza, salgo del baño con Mariela detrás de mí y entro en mi habitación, me cambio el uniforme y me coloco un short negro con una camisa blanca, me vuelvo a recostar en la cama pero cuando intento cerrar los ojos regresan las ganas de vomitar, vuelvo al baño y vómito sangre nuevamente.

La verdad no sé lo que me pasa y esto me aterra.

Al día siguiente.

Me encuentro sentada en una banqueta en el patio del instituto, cuando observo a unas chicas pasar delante de mí, las dos son de baja estatura, una es morena y la otra de tez blanca, la chica morena tiene el cabello castaño oscuro y los ojos negros, y la otra chica su cabello es también castaño pero es claro y sus ojos son marrones claros, las dos me miran como si yo fuera algo repugnante, las ignoro y me imagino que deben de ser las típicas chicas populares del instituto que les gusta llamar la atención y por ello se sienten superiores a los demás, detesto a ese tipo de personas.

Escucho el timbre que indica que se a terminado la hora del receso y que debemos volver a clases, cuando entro a la clase de historia, observo a todos los que se encuentran allí, el profesor aún no ha llegado, paso y me siento al lado de un chico que no se percata de mi presencia porque esta metido en su celular, busco a Dylan con la mirada ya que es al único que conozco aquí pero no doy con el, aunque tampoco he visto a Tyler yo creo que hoy faltaron.

El profesor llega, nos saluda y se disculpa por la tardanza.

—Buenos días alumnos, siento llegar tarde pero me encuentro resolviendo unos asuntos y por hoy no daré la clase pero antes de que se vayan les dejare un trabajo pendiente para discutirlo en la próxima clase —todos hacen muecas de disgustos pero el profesor los ignora y prosigue —Sera en grupo de seis personas, van a investigar y a plasmar en el trabajo un suceso que haya ocurrido y haya sido memorable para nuestros antepasados en la historia de los EE.UU, el tema que ustedes quieran y se les haga más fácil de investigar y discutir, bueno ya pueden salir —nos dice y todos comienzan a salir, me levanto para hacer lo mismo pero escucho a una chica hablarme, la observo al igual que a las otras chicas que se encuentran con ella.

—Hola, queremos saber si te gustaría estar en nuestro grupo para hacer el trabajo, sabemos que eres nueva en la clase y suponemos que no tienes grupo, yo soy Gabriela pero puedes decirme Gaby —me dice la chica con una sonrisa.

—Hola yo soy Elena, si soy nueva aquí pero conozco a Dylan y a su hermano, son mis vecinos y sí me gustaría estar en su grupo —le respondo y sonrió de vuelta.

—Ok, entonces seremos nosotras cinco y Dylan para que no quede fuera —dice y asiento, Gaby es muy delgada, así como yo, tiene el cabello negro con puntas rubias, sus ojos son celestes, su piel blanca, es de medíana estatura y sus labios gruesos.

—Yo me llamo Lorena pero me llaman decirme Lore, puedes estar con nosotras para que no estés sola —me dice otra de las chicas, es de estatura alta,piel morena, su cabello es castaño claro, sus ojos son verdes y sus labios finos.

—Si, también me encantaría estar con ustedes y conocerlas —les sonrió y ellas igual.

—Bueno, yo me llamo Sara y puedes decirme Sara —me dice la siguiente chica y todas reímos por su broma — Encantada de conocerte —

—Igualmente —ella es de estatura baja, sus ojos son grises, su cabello castaño oscuro, su piel blanca y sus labios gruesos.

—Y yo soy Ángela, puedes llamarme Angie —me sonríe amablemente al igual que yo a ella, es de estatura mediana, piel blanca, ojos cafés, cabello castaño claro y sus labios también gruesos.

Estas chicas además de ser agradables son muy lindas, caminamos hacia las gradas y nos sentamos, comenzamos hablar animadamente y a conocernos pero unos momentos después algo extraño ocurre, las chicas se me quedan viendo y no apartan su mirada de mi, las veo confundidas hasta que Gabriela por fin rompe el incómodo silencio que se ha formado.

—Elena tu nariz, esta...está sangrando —me dice y en ese momento la sangre llega hasta mis labios y sin decir nada corro al baño, dejándolas a todas aún más confundidas...

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(Gaby en multimedia)

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