Capítulo 32 "Dura decisión"

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Elena

Siento una presión en mi mano y escucho un ruido, observo que me encuentro en una cama de hospital, miro mi mano y tengo una vía intravenosa allí, luego ñ miro a los lados y el ruido proviene de una máquina que controla mis latidos y pulsaciones.

Estoy sola en la habitación y recuerdo que estaba con Dylan antes de caer en la inconsciencia, veo que se abre la puerta y una enfermera aparece detrás de ella, me mira y sonríe.

—Que bien que ya despertaste ¿Cómo te sientes? —

—Me siento muy cansada y tengo la garganta seca —

—Ok, te traeré un vaso de agua y buscare al doctor —sale dejándome sola nuevamente, comienzo a pensar en lo que pasó e imagino que los chicos ya sabrán de mi enfermedad, que les mentí y estarán molestos conmigo.

El doctor entra en la habitación seguido de papá y de la enfermera, ella se acerca a mi, me extiende el vaso y lo tomo.

—¿Así que te sientes cansada? —me pregunta el doctor.

—Si, algo así como si hubiera estado corriendo o algo parecido —el me mira con preocupación al igual que papá, se miran entre sí y comienzo a ponerme nerviosa.

—¿Qué... qué pasa? —papá me mira y sus ojos se empapan de lágrimas.

—Elena la enfermedad está avanzando con rapidez y no podemos seguir perdiendo tiempo, debemos intervenir —me responde el doctor.

—Pero...papá aún no es el momento, Andrew es muy pequeño aún, el acuerdo era que se haría el trasplante cuando el tuviera como mínimo seis meses para que no corriera riesgos mayores —interfiero en la decisión.

—Elena esto es por tu bien, Andrew no correrá riesgos mayores, el es fuerte y vino a salvar la vida de su hermana —me dice y mis lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas —Entiende que no podemos esperar Elena, cada día que pasa tu vida se encuentra en peligro y tuviste una fuerte recaída —me informa.

—Asi es, Elena llevas ocho horas inconsciente, realizamos los estudios y debemos actuar con rapidez —me dice ahora el doctor.

—Papá no quiero perder mi cabello, no quiero que todo el mundo me mire con lastima, no quiero la lastima de nadie —

—Es necesario realizar la quimioterapia, se debe destruir la médula ósea antes del trasplante — papá me abraza y mis lágrimas siguen sin detenerse —No quiero perderte a tí también, no podemos dejar que la leucemia siga avanzando, no quiero que tengas el mismo destino que... —se detiene ya que no es capaz de mencionar que esto mismo le ocurrió a mamá, mi enfermedad lo tiene sensible.

—Si, el mismo destino qué mamá —termino de decir.

—Si y no quiero eso para tí, Emma dejo que la enfermedad la consumiera con su negativa de no perder el cabello y su miedo a los efectos secundarios de la quimioterapia y...y ya ves lo que paso —bajo la mirada aún sin poder controlar mis lágrimas.

—Esta bien, lo haré —digo resignada y papá me abraza.

—Yo voy a estar aquí apoyándote, no te dejaré sola al igual que Mariela, estaremos contigo —ahora papá intenta alentarme.

30 minutos después.

Aún me encuentro acostada en la camilla cuando la enfermera abre la puerta, me informa que tengo visita y veo a los chicos entrar.

—Elena que susto nos metiste ¿Cómo estás? —me pregunta Angie.

—Eh está todo bien, no pasa nada —todos se miran entre sí y luego me miran a mi con el ceño fruncido.

El Lado Oscuro de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora