Capítulo 33 "Sin ganas de seguir"

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Dylan

Me siento como el peor de las basuras, no fue mi intención hacerla enfadar, solo estoy preocupado por ella y me duele que no haya confiado en mí por muy difícil que sea, pero la comprendo y me golpeo mentalmente por mis palabras insensatas.

Soy un imbécil, ella esta pasando por un momento muy fuerte, donde necesita el apoyo de todos, ¿y que es lo que hago yo? hacerme el ofendido y ofenderla a ella, soy el más grande de los idiotas, lo he jodido todo, Angie me pide que me vaya, miro a Elena y veo enojo y dolor cruzando por su rostro, me odio, me odio inmensamente por haber sido el causante de ello ya que lo último que quiero es causarle dolor y molestias, la quiero mucho, más de lo que yo creía y no voy a perdonarme el hecho de haberle causado daño.

Salgo de la habitación y cuando cruzó la sala de espera, la madre de Elena me mira y se ve confundida.

—¿Ya te vas? —pregunta y asiento.

—Si, ya no tengo nada que hacer aquí —

—Pero ¿Por qué dices eso?—me cuestiona.

—Porque soy el más grande de los idiotas —le respondo, veo a Tyler venir hacia acá y sin más salgo dejando a la madre de Elena más confundida, encuentro un taxi, Tyler me alcanza, le doy la dirección de casa al taxista y sin decir nada subimos.

...

—Eres un grandísimo imbécil —me dice Tyler molesto al llegar a casa.

—Lo se, lo sé y me estoy odiando por eso, pero ya esta hecho y no puedo hacer nada —

—Disculparte con ella, eso es lo que debes hacer —

—Ya lo hice, pero no sirvió de nada —

—Si aún te gusta y la quieres ¿Por qué le reprochado algo que no debes? —

—No lo sé, solo se que soy un completo imbécil ¿A tí todavía te gusta? — me atrevo a preguntar ya que de un momento a otro me ha surgido la duda y aunque desde que descubrí que a él también le gusta Elena me molesta el hecho, quiero saber si sigue siendo así.

—¿De qué hablas? —pregunta haciéndose el desentendido como si yo estuviera loco.

—No te hagas, se que igual que a mí te gusta Elena —rompe el contacto visual conmigo, mirando hacia todas partes menos a mí.

—Yo... pués...yo me dije a mí mismo que ésto era absurdo, somos hermanos y no nos puede gustar la misma chica, además a ella no le gustas y yo aunque nunca me le he declarado, puedo saber tampoco le gusto, así que debemos aceptarl, olvidarnos de ella y aceptar que solo puede ser nuestra amiga, no vale la pena estarnos peleando por una chica que no quiere con ninguno —me responde y me quedo pensando unos momentos antes de hablar.

—Puede que tengas razón, pero no es tan fácil de olvidarla, ella me ha gustado desde el primer instante en el que la vimos el día que llegó a su casa y no pienso rendirme tan fácil, puede que no sienta nada por mi aún, pero haré que eso cambie, intentaré ganarme su corazón —estoy decidido a ello y no cambiaré de parecer.

—Bueno tu sabrás lo que haces, pero yo intentaré olvidarme de ella,  mí también me gustó desde que la vi, se que va ser difícil olvidarla, dejar de sentir cosas por ella pero eso no es imposible — me deja saber y siento un alivio al saber que no tendré problemas con el por esto, aunque si pensara como yo con respecto a Elena no se como reaccionaria al tener que enfrentarme precisamente con mi hermano por una chica.

Elena

Me encuentro en la habitación con la enfermera, ella está administrandome un sedante y ya estoy empezando a sentir los efectos, veo a papá entrar, me mira y me da una sonrisa que no le llega a los ojos.

—¿Ya todo está listo? —le pregunta papá a la enfermera.

—Si, ya le administre el sedante —papá asiente vuelve a posar su mirada en mi y se coloca a la altura de la camilla.

—Tienes que ser fuerte, tienes que luchar hasta el final, no te dejes vencer,tu puedes, tu eres capaz de soportar esto, aquí todos te estaremos esperando —siento una lágrima rodar por mi mejilla y papá la limpia rápidamente.

—Lo haré, no me dejaré ganar —musito con el poco aliento que me queda ya que el sedante termina de hacer su efecto y papá sonríe.

1 mes después.

Luego de una alta dosis de quimioterapia y radioterapia, estoy en la habitación del hospital recostada en la cama, me siento muy cansada, las sesiones son muy agotadoras y muy fuertes, siento mi cuerpo muy fatigado, no quiero seguir con esto, no tengo vida social ya que desde que está mierda del tratamiento comenzó mi vida ha consistido solamente a ir de casa al hospital y viceversa, ya no puedo ver a los chicos ya que siempre que van a casa es después de las terapias y me encuentro muy agotada, no he vuelto al instituto debido a lo fuerte del tratamiento pero tengo que hacer las tareas asignadas aquí en casa y me resulta difícil ya que no tengo energías para concentrarme y lo que hago es dormir, pero papá y Mariela son de gran ayuda.

Voy al baño hacer mis necesidades y me observo en el espejo, mi aspecto es un asco, tal cual como lo imaginé y a lo que tanto le temía, mi piel blanca ahora es pálida, mis ojeras son enormes y mi cabello rubio ya ni sé ve, solo quedan unos mechones, los huesos de mis costillas y cuello son muy visibles ya que con el tratamiento no me quedan fuerzas ni para comer, cada día pierdo mucho peso, papá y Mariela han estado muy al pendiente de mi dieta ya que debo seguir una dieta estricta debido al tratamiento, papá me administra vitaminas pero con las terapias creo que no me hacen efecto ya que cada día me siento más decaída.

El tío Frank y Luke han venido a verme, no quiero ver a nadie, no quiero que me vean en este estado tan deplorable, pero con todo mi pesar accedí a su visita ya que se tomaron la molestia de venir hasta aquí.

Ellos me miraban de una manera cariñosa, protectora, me miraban con ojos que me trasmitían paz y seguridad al estar con ellos.

Todos estos días me la he pasado llorando, ya no puedo más, no tengo fuerzas para seguir luchando, muchas veces he pensado en dejarlo y dejarme vencer, al fin y al cabo no tengo nada que me ate a este mundo, pero papá y Mariela se han dado cuenta de mis piensos y me han dado palabras de aliento para seguir y cuando lo hacen me siento con energías, pero luego viene mi dia a dia con las radioterapias y quimioterapias y vuelven esos pensamientos perturbadores.

Sin darme cuenta mis lágrimas han empezado a salir nuevamente, veo a Mariela entrar en la habitación, limpio mis ojos con el dorso de mi mano, ella me mira con amor y me sonríe levemente.

—Me duele verte así, se que estás sufriendo mucho, todos lo sabemos, pero no dejes que esos malos pensamientos te acorralen, no puedes perder la batalla cuando ya has estado luchando mucho día a día — ella tiene razón, he luchado tanto para dejarme vencer ahora, pero como ya lo he dicho antes no se que pensar porque mis pensamientos son muy cambiantes dependiendo el momento en el que este.

—Ya no aguanto Mariela, ya no soporto más, no tengo energías, mírame estoy más muerta que viva, mi cuerpo ya no soporta las radioterapias, ya no quiero batallar más —

—No digas eso, no cuando aún te queda mucha vida, mucho camino que recorrer, estamos contigo apoyándote, ten eso en cuenta, piensa que Andrew tiene que disfrutar a su hermana, al menos hazlo por él —la abrazo y comienzo a sollozar.

Ya no resisto más, ya he gastado todas mis energías, siento que cada vez estoy más cerca de mamá, pero también tiene razón en esto último.

Andrew me necesita bien y yo quiero estar con el...

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(Angie en multimedia)

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Chanti 💕

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