Capitulo 33: Mayura y Duusu

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Chat y Mayura llegaron a una pequeña choza alejada de la ciudad, estaba entre lo que parecía ser una zona deshabitada, los dos entraron con suma prisa y la mujer cerro la puerta con llave y un par de trabas, el de negro la miro extrañado, la villana tenia la habilidad de entrar en donde ella quisiera, por lo que todo eso no sería de ayuda.

─No puede entrar en donde no puede ver─ dijo serenamente acercándose a el ─Ven, recostala por aquí, veo que sigue en trance

─¿Trance?─ replico confundido

─Si, algunos portadores tienen la habilidad de comunicarse con el mundo espiritual, a través de los sueños─ explicó haciendole una seña para que la siga, el rubio lo hizo sin cuestionar escuchándola atentamente ─Ella es Ladybug, es mas que obvio que tiene esta habilidad, mientras este allí debemos dejarla tranquila o cualquier disturbio podría arruinar la conexión, podríamos perderla

─Bien─ contesto el depositando delicadamente a la joven en una cama ─¿Cómo sabe tanto, acaso es una guardiana?─ pregunto dándose la vuelta y viendo fijamente a la dama

─-Lamentablemente no soy una guardiana, se necesita mucho entrenamiento para eso, aprendí todo de mi maestro, el sabia mucho de los miraculous, y me compartió toda su sabiduría─ hace silencio y camina hacia una mesa que había no muy lejos de ahí, Chat la sigue y toma asiento a su lado ─Desgraciadamente ni mi maestro, ni mis conocimientos que aprendí de forma particular son suficientes para poder encontrar una manera de derrotar a la reina─ vuelve a hacer una pausa y choca miradas con el gato quien la veía atentamente ─No puedo permanecer mucho tiempo transformada, compromete mi bien estar

─Tranquila, prometo no ver─ soltó el chico e instantáneamente se dio la vuelta

─No es necesario─ hablo serena  ─Además no sería justo que yo si sepa tu identidad─ suspira ─Duusu plumas ocultas

El sintió una luz azul resplandecer a sus espaldas, acto seguido escucho la dulce y tierna voz de una criatura que exigía alimento, seguido de un pequeño bostezó.

─Puedes ver Adrien─ acotó la mujer seguido de una risilla, temeroso el rubio se dio la vuelta viendo el verdadero ser de Mayura

─¡Nathalie!─ exclamo asombrado al ver a su secretaria sentada frente a el ─¿Cómo?─ pregunto intrigado, ella sonrió ladinamente

─Hace unos años tus padres encontraron dos joyas junto con un libro en una selva durante uno de sus viajes de descanso. Cuando regresaron aqui, descubrieron que esas joyas eran parte de la colección de miraculous, poderosas joyas que gracias al poder de los kwamis, le otorgaban a los humanos grandes habilidades─ suspira y toma aire para luego continuar ─Emilie y Gabriel usaban los miraculous para hacer pequeñas tareas heroicas en el anonimato, salvar niños, ancianos, combatir ladrones y la inseguridad; con el tiempo tu madre comenzó a sentirse extraña, sus signos vitales variaban mucho, había enfermado. . .era muy extraño, el señor Agreste contrato a los mejores especialistas que Paris podía tener, pero ninguno logro determinar que sucedía con ella, mientras, su condición empeoraba cada vez más, con el pasar de los dias, y una ardua investigación, descubrí que este miraculous esta maldito, absorbe la energía de su portador al punto de vaciarlo, y eso fue lo que le paso a tu madre, los días fueron terminantes para ella, hasta que un día nos dejó─ la voz de la mujer empieza a entrecortarse, Adrien se levanta pero se queda estático en su lugar mientras sus ojos se cristalizan ─Luego de eso tu padre guardo el miraculous en la caja fuerte de la mansión, y decidió usar los poderes de Hawk Moth para conseguir los prodigios que según el libro, concedían la habilidad del poder supremo, capaz de cumplir deseos que vayan más allá de lo común, los miraculos de Ladybug y Chat Noir; la tarea seria difícil puesto que no sabia donde estaban, su plan era perfecto, causar el caos hasta que estos sean activados, y así fue, pero lamentablemente nunca logro su cometido─ Adrien se sienta y ella aclara su voz, ambos ya estaban más tranquilos, el recuerdo de la difunta ya había pasado ─Durante la maldición Gabriel me despertó, no se como, pero lo hizo, me dio instrucciones específicas, apenas ese embrujo se rompiera debía tomar el miraculous y vigilarte de cerca, y si era necesario usarlo, ya que el ya no sería capaz de protegerte, la reina había determinado su destino

─¿Que paso con el?─ pregunto alarmado

─Escuche que lo envío de nuevo a su celda, podes estar tranquilo corrobore que eso sea cierto.

─Que alivio─ suspiro el deshaciendo su transformación ─Nathalie. . .¿por que arriesgas tu vida?─ hace una pausa y agrega antes de que ella consteste ─¿No tenes miedo de que te pase lo mismo que a mama?

─Tranquilo, si no lo uso con frecuencia estaré bien─ suspira ─También deberé evitar mi poder oculto, pero no es nada que no pueda hacer

─Gracias por arriesgarte de todas formas─ dijo con una sonrisa en su rostro, la contraria suspiro

─Haría cualquier cosa por ella─ sonríe y mira hacia el techo ─Ella te amaba, más que a su propia vida, y a pesar de que mis tratos no son los adecuados, estoy haciendo lo que ella me pidió, cuidarte, y preocuparme por ti─;el rubio bajo su mirada apenado ─Así tenga que poner mi vida en riesgo, lo haría una y mil veces más, siento que se lo debo por no haberla podido ayudar, ahora solo me queda ayudarte a ti

─Gracia─ susurro con voz quebrada, ya no podía aguantar más y estallo en llanto ─¿Puedo abrazarte Nathalie, solo esta vez?─ pregunto sin despegar su vista del suelo

─Claro que puedes.

Contesto ella y se paro, el ojiverde levanto su vista, encontrándose con la mujer frente a el, acto seguido el también se paro y la abrazo fuertemente, los dos se quedaron unidos en ese cálido abrazo por varios minutos como si fueran madre e hijo, como si el rubio por fin estuviera teniendo ese habrazo de madre que nunca pudo conseguir; y ella bueno, ella sentía como si abrazara otra vez a su vieja amiga, como si nunca la hubiera perdido, finalmente estos tuvieron que separarse forzadamente de ese confortable momento, ya que Ladybug había comenzado a hacer quejidos, la de rojo se retorcía en la cama mientras un sudor se hacia notar en su rostro, las cosas no iban bien en el otro mundo.

Miraculous: Las Crónicas de Dark Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora