Tiempo después XIV

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"Abrazo que alivia"

Luego de un rato Marinette salio junto con el chófer de Adrien a buscar a su amado y a su pequeño, quería que Nathalie viva una noche única, y que sienta en su totalidad lo que es una verdadera familia.

Aunque la molestaba mucho el tener que ir a la mansión Agreste no estaba lista para que su hijo conozca a su ex amor, ni mucho menos que el rubio se digne a intentar entablar una conversación con el niño, este era muy curioso y el rubio aveces podía ser muy infantil, hasta incluso podría tratar de poner a su hijo en contra suya para molestarla.

Mientras tanto en la mansión de los Agreste Nathalie junto con Alya preparaban todo para que la cena fuera más que perfecta, la de mechón rojizo se veía diferente parecía que no había rastros de la mujer estricta y fría que solía ser, ahora se veía amable tranquila y con un espíritu maternal que enternecia a cualquiera.

En el jardín trasero los rubios conversaban amigablemente mientras bebían algo, la noche era tranquila pero uno de ellos tenia los nervios de punta, aunque todo eso fue idea de el, sabia que al final era una muy mala idea, ahora tendría que fingir estar tranquilo frente al amor de su vida y la familia que había armado sin el, eso sin duda le dolía y lo ponía bastante molesto.

─Aun me cuesta creer que Mari tiene pareja y un hijo─ hablo el ojiceleste tomando la botella y bebiendo un sorbo de esta ─No la juzgo, me alegro por ella, debió ser muy doloroso pasar por lo que paso.

─Lo se amigo─ suspira y deja la botella en el espacio que había entre ellos ─Me arrepiento cada día, si tan solo me hubiera ido con ella─ vuelve a tomar la botella y la mira ─Pero no, tenia que quedarme ahí, tenia que seguir tomando, tenia que meterme con ella─ lanza la botella con ira y esta se rompe derramando el contenido de su interior ─Me odio─ grito con furia ─Perdí lo más valioso que tenia, solo por un rato de diversión. . .

─Tranquilo, las cosas mejorarán─ el rubio contrario lo mira con pena ─Ahora debes relajarte y por lo menos intentar forjar una amistad con ella─ hace una pausa y lanza también la botella, esta se rompe muy cerca de la otra nada mas que la de David estaba vacía ─Buena terapia─ susurro ─Vamos adentro que no deben tardar en llegar─ hace una leve pausa ─Tranquilo y se tu mismo

─Lo dices como si fuera fácil─ replico fastidiado

Ambos entraron y se toparon con las chicas organizando todo, habían cambiado los manteles, las cortinas y pusieron la vajilla especial, la que no se usaba desde el incidente, Nathalie se había cambiado, ahora lucia un pantalón color azul marino, una blusa de ceda roja, zapatos de tacón rojos y no llevaba sus lentes

─¿Que les parece?─ pregunto con una amplia sonrisa en su rostro

─Esta perfecto─ contesto el ojiverde devolviéndole la sonrisa

─Que bien, me alegro que te guste─ replico sentándose en una silla a un costado de la mesa ─Ustedes tres váyanse a cambiar─ ordenó con seño fruncido ─Vamos que Marinette no tarda en llegar─ dijo con preocupación

─Ven Dave, veamos que te puedo prestar─ musitó el joven caminando hacia la puerta

─¿Y yo que?─ cuestiono la castaña molesta ─¿Debo usar traje también?─ pregunto con ironía

─Es la ultima moda en españa─ interrumpió la de mechón rojo ─Pero no te preocupes─ continuo levantándose ─Te deje en mi despacho un lindo vestido de la colección Agreste 2020─ finalizo colocando sus manos en los hombros de la chica ─Te quedará excelente─ agrego tranquila

Los tres se marcharon y la mujer camino hacia a entrada, allí se paro en el descanso de la escalera, tal y como solía hacer Gabriel y espero a que la susodicha regresará con la persona que quería que ella conociera, por su mente pasaron muchas ideas, pero jamás se imagino la sorpresa que llegaría, jamás pensó en aquel infante que le daría amor como si ella fuera familia, como si fuera una abuela más para el.

De repente el sonido del motor del auto inundó los oídos de la mujer, esta aclaro su garganta, estiro su postura y se puso seria, como siempre lo había sido, quería imponer respeto desde el primer momento, no se quería mostrar débil, mucho menos después de su pequeño incidente.

El picaporte comenzó a moverse lentamente, la puerta se abrió extrañamente rechinando y causando un gran estruendo, cuando por fin estuvo abierta por completo dejo ver a la chica, de su mano estaba tomado un pequeño de pelo azabache de ojos verdes, tenia puesto un Jean de color negro, zapatillas azules, una camisa blanca y un chaleco de vestir marrón, detrás de el estaba parado un hombre vestido muy similar a el, nada mas que este tenia el pelo negro con las puntas que terminaban de color turquesa.

─Llegamos─ hablo la azabache entrando junto al pequeño, siendo seguida de cerca por el joven

─¡Guau!─ exclamo asombrado ─Este lugar es enorme─ comento observando la mansión con lujo de detalles ─¿Ella quien es?─ pregunto rápidamente al chocar su vista con la recta figura de Nathalie

─¿Recuerdas cuando mama te pedía que hagas silencio porque tenía que hablar con alguien importante?─ pregunto frenando al pie de la escalera, la pelinegra suspiro nerviosa

─Si, ¡la mujer de la tableta!─ dijo alegre mientras una gran sonrisa se pintaba en su rostro

─Bueno, ella es Nathalie, la mujer de la que te hable mientras veníamos, es  una muy buena amiga, ayudo a mama a ir a Londres, y gracias a ella pude conocer se tu papa─ dijo soltando su mano

─H~Hola─ saludo tímida sin quitar su vista del joven, este al darse cuenta que su madre no lo sostenía subió las escaleras rápidamente y abrazo la parte baja de la mujer

─Hola, mi nombre es Lució, mama me dijo que estuviste en el hospital, odio el hospital, me alegra que estés bien.

Dijo de forma rápida e hiperactiva, una vez dejo de hablar hundio su rostro en la pierma de la mujer, Nathalie quedo sorpendida sin saber como responder a dicha muestra de afecto, miro shockqueada a la chica y esta sonrió mientras hacia un gesto de aprobación, la asistente suspiro y se arqueo un poco para corresponder al abrazo del niño, su alma por primera vez en mucho tiempo se sintió aliviada.

Miraculous: Las Crónicas de Dark Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora