Tiempo después XII

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"Urgencia"

La pelinegra se encontraba tirada en el suelo del despacho que alguna vez le perteneció a Gabriel Agreste, a su alrededor una criatura morada volaba sobre ella intentando despertarla, pero no tenia éxito, parecía que estaba inconsciente, aun respiraba, pero lo hacía con dificultad.

El pequeño ser entro en pánico, tomo el mechón rojo que la dama tenia y lo estiro con fuerza, nada sucedía, su cabeza solo se movió levemente en la dirección que este jalaba, pero no había respuesta, el ser voló más arriba y empezó a pensar, tenia que encontrar la forma de salvarla, ¿pero como?, apenas podía moverla.

Instantáneamente comenzó a sentir la presencia de Plagg, una idea apareció por su mente, con rapidez atravesó la puerta y con mucho sigilo se dirigió hacia la habitación del joven, una vez frente a esta, tomo aire y entro, encontrándose a portador y kwami peleando.

─Debemos hacer nuestra vida, sos rico, famoso, guapo, busquemos a alguien que nos quiera y esta disponible─ grito el ser mágico mientras sostenía un pedazo de queso

─No Plagg, eso no va a pasar─ respondió el rubio dejando caer su cabeza sobre el escritorio

─Disculpen mi intromisión─ hablo el ser violeta con mucho pudor, el rubio automáticamente se dio la vuelta y fijo sus orbes esmeralda en ella

─¡Un kwami!─ exclamo ─¿Que haces aqui, quien eres?─ pregunto caminando hacia ella

─Mi nombre es Nooroo─ hablo la criatura ─Soy el kwami vinculado al prodigio de la mariposa─ explicó volando hacia la mejilla del rubio ─Perdón maestro que sea tan irrespetuosa, pero la señorita Nathalie necesita ayuda, esta desplomada en el piso del atelier

─No.

Grito Adrien y salio corriendo, sin pensarlo bajo las escaleras hacia el descanso, una vez allí se dirigió hacia el despacho de su padre y de una patada abrió las puerta. La escena del otro lado era aterradora, su fiel asistente tirada en el suelo, toda sudada, y con su pelo todo desarreglado, el rubio no lo dudo, entro allí, la tomo entre sus brazos y bajo a la entrada.

Allí salio afuera y comenzó a los gritos, su chófer se despertó y asomándose por la ventana de su dormitorio vio como el joven pedía auxilio a los gritos con lo que parecía ser una mujer entre sus brazos, no lo dudo, se vistió, alistó el carro y se dirigió a la entrada para brindarle ayuda.

Con la limusina frente a el, Adrien subió depositando delicadamente a la mujer en el asiento, luego se sentó el a su lado y cerro la puerta, el chófer aceleró y salieron con suma rapidez hacia el hospital.

─Tranquila Nathalie, estarás bien.

Susurro el mientras miraba con desesperación por la ventana, se sentía terrible, si algo le llegaba a pasar a esa mujer, el se quedaría solo, ella desde hace tiempo que era su familia, y no podía permitirle que le pase algo.

Desde la torre los héroes continuaban con su platica mientras veían la tranquilidad de la ciudad, la noche era muy tranquila, todos dormían a esa hora y la paz reinaba, el mejor momento para muchos era ese.

─¿Esa no es la limusina de Adrien?─ pregunto la castaña señalando el automóvil que toda velocidad pasaba por debajo de ellos

Miraculous: Las Crónicas de Dark Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora