Capitulo 27: Se ha roto

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La noche cayó en la ciudad, siendo iluminada por el manto precioso de estrellas que cubrió el cielo, nuestra pareja caminaba alegremente por el parque mientras eran seguidos de lejos por el rubio, este había sido descubierto e invitado a pasar el día con ellos, la idea le repugnaba pero fue obligado, y ojo, no le agradaba no por verlos juntos, si no por el miedo a que cuando las cosas se presenten la maldición  no se rompa por culpa de este idiota.

─¡Dupain-cheng!

Se escucho a alguien gritar, David fue el primero en reconocer la voz, la pareja se dio lentamente la vuelta encontrándose con Marinette parados detrás de ellos, a David se le ilumino el rostro.

Se escucho a alguien gritar, David fue el primero en reconocer la voz, la pareja se dio lentamente la vuelta encontrándose con Marinette parados detrás de ellos, a David se le ilumino el rostro

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Adrien se sonrojo levemente al ver la vestimenta de la contraria, Alya sintió una sensación fea dentro de ella, no sabia porque pero sentía rabia de ver  a aquella chica parada frente a ellos.

─¿Podemos hablar?─ dijo decidida dando unos pasos para acortar la distancia entre ella y los demás

─C~Claro─ respondió algo nervioso soltando la mano de la que supuestamente era su novia, ella frunció el seño ante esta acción

─Lo siento─ dijo acercándose rápidamente al rubio, tomándolo de su mano y jalandolo hacia ella ─Me lo tengo que robar─ agrego y comenzó a caminar con el

─¡Ha funcionado!─ exclamó el otro rubio muy emocionado ─Por fin el maleficio se romperá y volveremos a la normalidad

─No quiero─ replico Alya con su voz sería, el contrario la miro intrigado

─¿Perdón?─ cuestiono cambiando su semblante a uno intranquilo

─Soy feliz con Adrien, no quiero perderlo─ menciono con lágrimas en sus ojos

─Te aseguró que tu vida es mejor Alya─ contesto tranquilo, mientras con su mano daba suaves palmadas sobre la cabeza de la castaña

─¡Quiero esta vida, con el!─ replico con algo de furia

─No puedes, y así tenga que combatir contigo, voy a asegurar que este maleficio se rompa─ contesto más molesto que ella

Que atrevido es mi hijo─ se escucho decir a una voz que le erizo la piel a ambos

No muy lejos de ellos Marinette y Adrien se encontraban sentados en la banca que estaba en el centro del parque frente a la fuente, los dos en completo silencio, y con un poco de rubor en sus mejillas.

─¿Y dime, que quieres decirme?─ pregunto el de mirada esmeralda cortando el silencio que había en el ambiente

─No es fácil, ¿sabes?─ hablo calmada ─Una chica como yo no suele hacer estas cosas─ supira ─Más después de lo que ambos pasamos

─¿A que re referís?─ interrumpió

─¡Me gustas!─ soltó sin mas preámbulo viéndolo fijamente a sus ojos color verde ─Es extraño, te rechace, pero verte con ella me hace sentir miserable, todos estos días sufrí en silencio, me trate de convencer que no era real, pero no puedo, no resisto más─ dijo en un tono desesperado

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